domingo, 27 de julio de 2008

El profesor de la Universidad Complutense de Madrid , C. Fernández Liria, fue expulsado de programa radial de la Cadena Ser por defender a Venezuela.

El profesor de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Fernandez Lira, fue expulsado de un programa de la Cadena Ser en el cual se realizaba un coloquio sobre Venezuela con el presidente de la opositora Plataforma Democrática de Venezuela Wiliam Cárdenas, conducido por la locutora Gremma Nierga. Cuando Fernandez Lira mencionó la complicidad del grupo Prisa en el golpe de estado contra el presidente Chávez la locutora se puso sensiblemente nerviosa e increpó al profesor Lira recriminándole sus palabras y literalmente lo echó del programa cuando todavía Cárdenas tenía que intervenir. A continuación el reporte enviado por Tomás Vicente Martínez:

Ayer, al regocijo del aire acondicionado del coche -fuera el aire quemaba-, mientras me dirigía al campo para abrirle el goteo a las tres tiras de naranjos que tenemos, conecté la radio y sintonicé en la Cadena Ser una intervención que me llamó de inmediato la atención: alguien estaba hablando bien de Venezuela y del presidente Chávez aportando datos, argumentos. Supe después que se trataba de un coloquio entre Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid y escritor, y Willian Cárdenas, presidente de la opositora Plataforma Democrática de Venezuela, todo ello conducido por la locutora Gemma Nierga en su programa La Ventana (audio del programa tratado).

Reconozco que me sorprendió escuchar una intervención tan clara y contundente como la del profesor Liria porque no es habitual que los grandes medios den cabida en sus tertulias a quiénes tan abiertamente discrepan con la homogeneidad mediática dominante. Todo marchaba bien hasta que Fernández Liria mencionó la complicidad del grupo Prisa en el golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez. Ahí, la locutora se puso sensiblemente nerviosa e interrumpió al profesor Liria recriminándole sus palabras. Lo más sorprendente fue el desprecio al finalizar su intervención: literalmente lo echó cuando todavía el señor Cárdenas tenía que intervenir.

Ese episodio me recordó el artículo leído en Rebelión el día anterior, firmado por el profesor Liria bajo el título Estatalizar la prensa en el que, haciendo referencia al libro de Pascual Serrano “Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra”, propone un servicio público de información como lo es el educativo o el judicial.

No sé si eso puede ser una solución pero lo que sí sé es que el llamado cuarto poder, en manos de grandes corporaciones, no tiene ningún contrapeso, ningún control que impida convertir la mentira en noticia o simplemente que omita aquello que no le interesa al que paga. Desde la izquierda deberíamos de pensar en alternativas que contrarresten el principal sostén del sistema capitalista. Y no estoy defendiendo un recorte en la libertad de expresión sino todo lo contrario: que la libertad de expresión sea para todos y no solamente para los que tienen el poder económico en sus manos.

Porque de nada sirve que exista libertad de expresión si no se tienen los medios para poder ejercerla. Y un amplio sector de la sociedad no se ve reflejada en los grandes medios porque estos no dan acceso a quienes pueden ofrecer puntos de vista que pongan en cuestión la propia naturaleza de esos medios.

Pero además, creo que actualmente el imperio de las corporaciones mediáticas es el principal obstáculo para propiciar cambios en profundidad en nuestras sociedades. Por eso, al igual que habría que ir pensando en contar con una banca pública potente que compita en el mercado y en unas empresas públicas poderosas en los sectores estratégicos, también habría que pensar en un ministerio de de Medios de comunicación que garantizara la libertad de expresión para todos.

www.aporrea.org

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