sábado, 19 de enero de 2008

A sangre fría / El Viejo Topo / 2007

Aquí tienen disponibles, en formato pdf, todos los archivos de A sangre fría del año 2007.

Enero / Febrero / Marzo / Abril / Mayo/ Junio / Julio-Agosto / Septiembre / Octubre / Noviembre / Diciembre

Farmacéuticas en el punto de mira de la UE.

Recientemente ha aparecido en prensa la noticia de la investigación que realizará la Comisión Europea a las grandes farmaceuticas. Las acusaciones son muy graves y vuelven a cuestionar que la gestión privada de areas que deberían ser publicas, como la investigación en salud. Manuel Jara, autor de Traficantes de Salud y Conspiraciones Toxicas, nos cuenta su opinión al respecto.

La noticia se ha publicado hasta en El País. Ya lo sabréis a estas alturas. Trataré de contaros algunas otras cosas que no se publican y/o que no se investigarán. "La Comisión Europea anunció ayer la puesta en marcha de una investigación a gran escala -redadas y registros incluidos- para averiguar si las grandes empresas farmacéuticas violan el derecho de competencia comunitario aferrándose a sus patentes y retrasando de forma indebida la salida al mercado de medicamentos genéricos", según el que era diario independiente de la mañana.

A las autoridades europeas de Competencia les parece chocante que durante los últimos años los laboratorios farmacéuticos han puesto muchos menos medicamentos supuestamente innovadores en el mercado que lustros atrás. También, que muchos fármacos genéricos (con el mismo principio activo que los de marca pero mucho más baratos, en general, que los primeros al estar vencida la patente) no llegan a comercializarse con la debida rapidez, cuando no que directamente no aparecen.
Con respecto a lo primero, los propios portavoces de la patronal farmacéutica reconocen que es cierto que cada año les cuesta más encontrar nuevos medicamentos innovadores. No hay nada raro en ello, es verdaderamente difícil encontrar año tras año muchos fármacos innovadores de verdad.
Pero una de las cosas que podía investigarse es si los fármacos que son patentados como nuevos son nuevos pues la mayoría son copias de otros ya existentes que no presentan novedad terapéutica de importancia. Y esto sí que es un fraude pues se venden a altos precios como "nuevos " productos que no merecen tal consideración.

Llama la atención que pese a que desde la Comisión Europea no han confirmado qué laboratorios son los investigados, la Agencia Reuters cita a Pfizer, GlaxoSmithKline (GSK), AstraZenecea, Johnson&Johnson, Merck y Sanofi Aventis.

Curioso porque hay muchos laboratorios farmacéuticos en el mundo con muy diferentes prácticas empresariales, como es lógico, pero estos están entre los doce que escogí para dedicarles un capítulo a cada uno en el segundo bloque de mi libro Traficantes de salud y que titulé Crímenes corporativos, que abunda en las prácticas irregulares de los mismos.
Con respecto a si ciertas farmacéuticas han intentado que se retrase la comercialización como genéricos de sus principios activos una vez vencida la patente de los mismos no puede extrañar, no es la primera vez que ocurre. Por poner un ejemplo en el que haya estado implicada alguna de las que Reuters dice que son investigadas ahora: GSK perdió hace unos años en un Tribunal de Chicago un caso que involucraba una patente estadounidense de su fármaco estrella, el antidepresivo Paxil, también conocido como Seroxat, Paroxet o Aropax.
El periódico financiero The Wall Street Journal publicó: “el fallo significa que Paxil, que registró ventas de 3.250 millones de dólares el año pasado, podría enfrentar la competencia de imitaciones más baratas en 2004, dos años antes de lo previsto”. La sentencia mantiene que una versión genérica de Paxil, fabricada por la empresa canadiense Apotex Inc., no infringe la patente de Glaxo. La licencia de Paxil en Europa ha estado vigente hasta el año 2006.
Pero poco antes de acabar 2003 ya las compañías GlaxoSmithKline y Boehringer Ingelheim concedieron tras fuertes presiones sociales nuevas licencias en Sudáfrica para la fabricación de medicamentos genéricos contra el VIH/SIDA. Las dos multinacionales estaban conminadas a ello por la Comisión Sudafricana sobre Competencia. Ésta estaba dispuesta a que los responsables de las compañías declarasen ante el juez en caso de no ceder sus patentes.
Aplicando la lógica capitalista estas compañías no sueltan sus patentes por nada del mundo. Es lícito que aprovechen al máximo sus inventos. Pero no que traten de retrasar por cualquier medio posible la introducción de genéricos. Más grave es que nieguen el derecho al acceso a medicamentos de las poblaciones empobrecidas.

Dentro del grupo de escapados del pelotón farmacéutico multinacional, cuidado con Sanofi Aventis. No lo digo por los varios miles de denuncias que tienen interpuestas en los tribunales por el fármaco Agreal. No. Lo digo porque es mala compañera de escapada. La firma tiene el dudoso honor de ser la primera empresa no estadounidense sentenciada por defraudar a la FDA. También ha recibido una de las multas más altas impuesta en un juicio sobre medicamentos, 33 millones de dólares. Aventis admitió los cargos de conspiración e importación de medicamentos adulterados con intención de defraudar al Departamento de Justicia de Maryland (EE.UU.).
Lo de las escapadas va porque durante su carrera, Aventis ha creado o participado en lobbies a los que luego ha traicionado colaborando con la Justicia para librarse de una sanción mayor. Así lo hizo cuando la Comisión Europea multó a Degussa AG y Nippon Soda Company con 118 y nueve millones de euros respectivamente, por participar junto con Aventis, en un cártel de fijación de precios de la metionina (un aminoácido utilizado en piensos para aves de corral y cerdos).
A Aventis se le concedió plena inmunidad ante una posible sanción porque reveló la existencia del lobby a la Comisión y proporcionó pruebas determinantes sobre su funcionamiento. La multinacional francoalemana también formó parte de un lobby de vitaminas creado por ocho compañías multado con casi 800 millones de dólares.
En aquella ocasión la instigadora de estos negocios ilegales fue Roche pero Aventis volvió a traicionar a sus competidoras colaborando en la investigación, que duró dos años, para así lograr la anhelada inmunidad jurídica.
Otro cantar o muy parecido es el de las "redadas" en las sedes de las farmacéuticas. Tampoco es la primera vez que ocurre en Europa, por desgracia. La policía italiana descubrió en 2004 la concesión de comisiones ilegales y regalos a miles de médicos italianos por parte de la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline como premio por recetar sus productos a los pacientes. En la operación fueron denunciados más de 4.000 médicos.
Varios meses antes otro fiscal, esta vez alemán, relacionó a 1.600 médicos de dicho país con la obtención de importantes regalos de GSK. Otros 5.000 galenos del país germano se sospechaba que podían incurrir en las mismas faltas. Más de 380 visitadores médicos de SmithKlineBeecham fueron acusados de soborno.

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Orwell en "Los escritores y la guerra de España"

...por Pepe Gutiérrez-Álvarez

Orwell se ha convertido en una “bête noire” para los restos del naufragio estalinista. En su afán de desmontar el “mito Orwell”, no reparan en medios. Hasta se le culpa de haber contribuido de manera importante en la descomposición de lo que llamó el “socialismo real”…

Últimamente, elaborando en un libro sobre La cuestión Orwell (en preparación para editorial Sepha), he dedicado una cierta atención a la campaña denigratoria que contra él se ha desarrollado desde el negacionismo estalinista, campaña en la que –a pesar de mi modesta estatura de divulgador- también tengo el honor de formar parte. Me preguntaba de donde surgían las posibles lecturas de los dardos anónimos que –invariablemente- aparecían en cualquiera de los “blogs” abiertos en los que se hablaba del escritor británico. Pensaba que –necesariamente- tendría que haber algún estudio con afán demoledor en el que encontrar más o menos razonadas que animaban a su linchamiento.

La verdad es que no he encontrado nada parecido. En medio de un inmenso océano de biografías, reediciones, exposiciones, ensayos de todo tipo, y un largo etcétera, todo lo que encontré fueron un par de trabajos que no daban ni para una isla, si acaso para unos cuantos frutos secos. Lo único de cierto que tenían para agarrarse era la historia de las listas en las que el escritor agonizante trataba de impresionar a una amiga que trabajaba para los servicios secretos británicos, los mismos que un poco antes habían colaborado con los soviéticos en la guerra contra el Eje. Se trata de una mancha en una historial de integridad que podía indicar una posible deriva derechista del escritor, no fue otra cosa lo que sucedió con otros no menos radicales anteriormente como por ejemplo John Dos Passos, Rafael J. Sender o André Malraux.

De haber sido así, lo cual queda por demostrar, el gesto no habría invalidado el cojito de su obra, como la derechización cierta de los mencionados no invalidada el carácter abiertamente subversivo de obras como El gran dinero, Viaje a la aldea del crimen o La condición humana, respectivamente. Existe en la historia del comunismo una anécdota en la propia biografía de Stalin quien –después de haber cambiado su actitud inicial de apoyo al gobierno provisional-, escribió un artículo bramando contra “Plejanov, Kropotkin, Breshkóvskaya, Zusilith y, en general, todos los viejos revolucionarios cuya única notabilidad es ser viejos. Nos tememos que los laureles de estos “puntales” no den sosiego a Gorki. No tememos que Gorki se vea “mortalmente” atraído hacia donde ellos están, al archivo. ¡Qué se la va hacer¡. allá cada cual…La revolución no sabe ni llorar ni enterrar a sus cadáveres políticos” (citado por Isaac Deutscher, en Stalin. una biografía política, México, ERA, 1969, p. 170)…En esta actitud se percibe –nos dice Deutscher- “el triunfo del oscuro y anónimo hombre del comité sobre las `celebridades’ del socialismo ruso”.

En resumen, la mezquindad más absoluta. Por el contrario, Lenin se preocupó y muy seriamente porque la obra de Plejanov fuese pródigamente editada, en ofrecer los máximos honores a Kropotkin en el momento de su muerte, y por recuperar a Gorki. La revolución no solamente no puede ser vengativa con sus forjadores iniciales, y sin haber llegado hasta el final, estos grandes hombres y mujeres hicieron posible que organizaciones e ideas alcanzaran niveles que sin ellos jamás habría alcanzado. Por lo mismo, no se puede dejar la obra revolucionaria de autores como Dos Passos, Sender o Malraux a lo que luego hicieran con sus vidas. Sus obras ya no eran suyas, eran mucho más de los que las leían y se adueñaban de ella. En el caso de Orwell, ni tan siquiera hay tiempo para ningún giro, solamente un gesto absurdo, impropio.

Por lo demás, ¿quienes se erigen en jueces?, ¿qué han hecho, aportado, escrito?, ¿qué cualidades humanas puede tener quienes desde el anonimato hace una pintada insultado a un autor que ni tan siquiera se atreve a leer?, ¿qué clase de escritores, de publicistas o de lo que sea pueden ser quienes dedican su empeño en denigrar una obra tan representativa y tan reconocida como la de Orwell?. Son gente que no lo han leído, que no lo quieren leer, que ya tienen su pequeña Biblia que les dice donde está la verdad y donde el mal. En esta categoría se inscribe el incalificable libelo de Albert Escusa titulado ¿Quién fue realmente George Orwell?, que resume todos sus supuestos en el siguiente subtítulo: Los mitos orwellianos: de la Guerra Civil española al holocausto soviético, sobre el que ya me he ocupado tanto en el citado libro como en un pequeño ensayo pensado para Rebelión que es donde originariamente apreció el suyo.

En este que presento a los lectores de Kaos, me limitó a llamar la atención sobre una cita de su trabajo, aquella en la que se dice: “La vida real de Orwell ha sido poco estudiada, seguramente de manera interesada por la fuerza anticomunista que tuvieron sus obras. Tras su muerte, se publicaron sus cartas, que en España no se conocen o se conocen poco, lo que dio más razones para pensar que Orwell fue bastante diferente a la biografía comúnmente divulgada: Orwell era un pseudónimo y como lo han revelado sus cartas recientemente publicadas, Eric Blair era muy distinto -y mucho menos admirable- que el literato George Orwell”, y cita el capítulo del profesor canadiense Murray A. Sperber en Los escritores ingleses, incluido en la antología sobre Los escritores y la guerra de España, que reunía otros trabajos firmados por autores como Corrales Egea, Muñón de Lara y otros, y que fueron reunidos por Marc Hanrez para Libros d Monte Avila (Barcelona, 1977), por cierto, en una editorial de la que, por cierto, se comentó en su tiempo que había trabajado para…la CIA. Como de mi lectura no desprendía ninguna pretensión ni lejanamente parecida a la que parece querer inducir Escusa en su utilización, me he repasado el trabajo, y como lo he encontrado del mayor interés, lo he reproducido para hacerlo llegar al máximo posible de lectores que puedan de esta manera constatar su significado.

Sperber dice concretamente sobre Orwell: “Sólo un escritor británico en España se distinguió de todos sus colegas, y éste fue George Orwell. Al considerarse siempre como un no-conformista, Orwell podía evitar la moda y situarse en una tradición literaria mucho amplia: la del hombre honesto, la del simple portavoz. Orwell fue a España a titulo individual, y luchó junto a los poumistas impopulares, y compuso el mejor libro en inglés sobre la guerra: Homage to Catalonia (1938). (Entonces sólo se vendieron unos centenares de ejemplares; desde entonces se ha reimpreso varias veces y es el libro más frecuentemente leído de un autor inglés sobre la guerra de España.)

La guerra de España fue la aventura más grande de George Orwell. Primer participó en ella como hombre y luego como escritor. No envió despacho o poemas heroicos desde el frente (en realidad, su principal experiencia militar fue el aburrimiento y vio al miedo provocar más acción que heroísmo); si se hubiera muerto a resultas de su herida en el cuello, nunca será convertido en mártir como los escritores muertos de las Brigadas Internacionales. Por haber sido España, desde los puntos de vista personal y político, el momento más intenso de su vida, para siempre se le quedó grabado. Motivo por el cual hallamos a lo largo de su obra ensayos sobre el conflicto español, incluido el excelente Looking back on the Spanísh War, y otras muchas referencias. Con todo, España no significa para Orwell este sentimentalismo que marca las alusiones de Spender. España representa-ara él, seres verdaderos, como el inolvidable miliciano italiano, y la auténtica muerte.

Homage to Catatonía es una composición simple y sutil a la vez. Orwell dc de forma directa, descriptiva y da una imagen viva de las condiciones reales en España. Recuerda un poco a los soldados que han contado la Gran Guerra, en particular a los ingleses, tales como Graves y Sassoon, con su búsqueda —no de pacifismo— sino de honestidad. Orwell intenta al mismo tiempo convencer a sus lectores ingleses, no comprometidos, de lo acertado de sus concepciones políticas. A tal efecto, divide su obra en capítulos des­criptivos y en capítulos polémicos (la mayoría de los críticos han considerado a estos últimos como intrusiones inútiles). En realidad todos los capítulos guardan una relación entre sí mediante puntos de referencias constantes y un matiz literario). Todo lleva a las escenas culminantes de la batalla que se desarrolla en las calles de Barcelona entre comunistas, anarquistas y poumistas, en la que política y acción sólo forman un todo. (¿Y cómo podemos comprender el sentido y asir la ironía de esta guerra-en-la:guerra si no conocemos a los participantes políticos?) La estrategia retórica de Orwell actúa de un extremo al otro; más por un sistema literario que propagandístico trata de persuadir a sus lectores ingleses apolíticos de esta verdad que, en una época política, a un hombre sin conciencia política no solamente lo matarán: sino que morirá en la ignorancia.

La intención final de Orwell es, sin embargo, profundamente británica e irónicamente, fuertemente antipolítica. Para Orwell, las virtudes humanas son la honestidad y la dignidad personales; los vicios son la deshonestidad, sobre todo en el campo de la política, y la deshumanización. A diferencia de todos los demás ingleses de su época, comprende que en el mundo moderno el individuo no puede subtraerse a la política. Todo hombre debe pasar de la inocencia a la consciencia soportando los horrores de la política. Esta odisea, Orwell la ilustra con su personaje de narrador de Homage to Catatonía. (1)

La fuerza de esta obra, así como de los mejores libros de Orwell, reside en que el lector se identifica con el narrador. Lo llama George Orwell y logra convencernos de que nos está hablando directamente y ello con toda honestidad (desde luego, Orwell era un pseudónimo y como lo han revelado sus cartas recientemente publicadas, Eric Blair era muy distinto –y mucho menos admirable— que el literato George OrweIÍ). Antes de la guerra de España, Orwell había utilizado con sumo éxito la técnica de la narración personal en Down and Out in París and London (1933) y en The Road to Wigan Pier (1936), pero con Homage realiza su obra maestra.

Porque es en Homage donde Orwell logra plenamente integrar la experiencia personal en la experiencia política. Uno de los motivos es que España le constriñe a fundir sus experiencias políticas con su personalidad madura. En Homage, la política lo invade y controla todo: no está enlazada en sus venturas de trotamundos como en Dow and out; tampoco sale escupida en diatribas socialistas, entre las bajadas a la mina de carbón, como en The Road o Wigan Pier. Desde un principio, en cuanto Orwell llega a España, comprende que lo personal y lo político se confunden, pero para él y por encima de todo, había la fe en la revolución y el futuro, el sentimiento de haber de pronto surgido en una era de igualdad y de libertad. Los seres humanos trataban de comportarse como seres, humanos y no como engránales en la ma­quinaria capitalista_(p. 6).

Y sólo en último término accede a la consciencia (que se remite una vez más a la individualidad y a la inocencia): “Esta guerra en la que he desempeñado un papel tan ineficaz me ha dejado recuerdos que en su inmensa mayoría son malos, y sin embargo no deseo no haberla conocido. Cuando se ha tenido aunque sólo sea una idea general de un tal desastre —y, sea cual fuere el desenlace de la guerra de España resultará haber sido un terrible desastre, aparte de las muertes y de los sufrimientos físicos— el resultado necesariamente no es la decepción y el cinismo. Aunque parezca mentira esta experiencia me ha dejado no con menos, sino con más fe en la dignidad de [os seres humanos» (p. 230).

Finalmente resulta difícil resumir el acierto de Orwell en Homage to Catalonia. Después de todo, sólo ha visto una parte mínima, y además una parte rara, de una guerra vasta y complicada, y con todo, ha sido capaz de extrapolar a partir de esta experiencia el significado esencial, no solamente de la guerra de España, sino del hombre moderno en la política y la guerra. La inmensa mayoría de los escritores, emplazados en un terreno tan difícil y limitado, hubieran desistido ante la contrariedad (los pocos que han intentado escribir sobre Cataluña han fracasado), pero Orwell, ha logrado dar vuelta a la cosa en su favor. Ha convencido al lector, —sin mentirle nunca— que era una de las experiencias más importantes que un hombre pueda vivir. Logró incluso que muchos de sus lectores abrieran los ojos sobre nuevas perspecti­vas. Los escritores que participaron con las Brigadas Internacionales en todos los sucesos “importantes” —desde la defensa de Madrid hasta las retiradas— fueron incapaces de alcanzar tal acierto.

Salvo contadas excepciones, los escritores ingleses fueron a la guerra de España por motivos personales más bien que políticos. Eran tributarios de una tradición literaria británica que subrayaba la individualidad y las relaciones privadas. En su mayoría desconocían la política (incluso la de la clase obrera inglesa) y carecían de ideología. Comprendían menos la guerra de España, y en realidad todas las guerras, que sus colegas del continente. Habiendo te­nido mayores ilusiones, mayor fue su decepción y pronto abandonaron su breve compromiso político para dedicarse de nuevo a sus preocupaciones ínti­mas y a sus capillas literarias.

Como todos los que actúan por delegación, los escritores y los intelectua­les británicos militando en la misma en Inglaterra fueron los más amargados después de la derrota de la República española. Como nunca habían exami­nado de cerca los clisés de la guerra —contrariamente a los que combatían— forjaron mitos para substituirlos. «España» llegó a ser palabra mágica, un tótem, significando, supuestamente, que el orador había buceado en el fondo de la experiencia política y había vuelto totalmente horrorizado para siempre. Para este tipo de personas les era más fácil, más agradable, vivir con estos mitos que el estar atormentado, como Orwell, por el recuerdo de los verdaderos españoles y de cadáveres humanos.

Nota de Sperber

1. Orwell se ha interesado toda su vida por el lenguaje, y la guerra de España le brindó cantidad de ejemplos de mentira y de deformación de orden político. En Homage to Catalonia, analiza ampliamente varios artículos de prensa, sobre todo la explicación que dan los comunistas de su exterminación del POUM (los acusaron de ser agentes trotskistas de Franco). Estos análisis se integran perfectamente en la estructura del Homage; pero ulteriormente Orwell desarrolló los puntos esenciales en importantes ensayos corno «Politics and the English Language», de los famosos «eslogans» como «Algunos cerdos son más iguales que otros» (Animal Farm) y las declaraciones de Big Brother. 1984. Por lo demás, la lengua inglesa ha adoptado las expresiones de Orwell “Nuevahabla» y «doblepensar.», así como el adjetivo «orwelliano»: todo lo cual designa a lo que Orwell se ha referido en Homage to Catalonia.

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Chile lleva treinta años bajo ataque económico terrorista.

...por Arturo Alejandro Muñoz

Las políticas económicas neoliberales han hecho un exitoso trabajo subliminal en algunos sectores de la población chilena. El consumismo es cosa seria y, para aumentar el problema, los grados de burda imitación que muestra el país en relación al modo de vida norteamericano son representativos de la carencia de identidad que hoy nos distingue.

A muy pocos chilenos les interesa empaparse culturalmente del desarrollo humano que tuvo esta franja de tierra desde la época prehispánica hasta pocos años atrás. Quien desconoce el pasado, no entiende el presente y tendrá graves dificultades para construir el futuro.

No hay real conciencia de nuestra característica oceánica que desde los comienzos de nuestra propia Historia dejó a disposición y libre albedrío la utilización de un extenso mar que nos permitía comunicarnos con quien deseásemos, pero el interesado discurso patronal y ultramontano -que durante dos siglos le ha servido a los dueños de la nación para dominarla sin contrapeso-, supo imponer la idea de que constituíamos una olvidada república, aislada de las grandes corrientes migratorias, lo cual terminó por instaurar en el alma nacional una mentalidad isleña conservadora y doble estándar, que hasta este momento –pese a los avances tecnológicos y al fenómeno de la globalización- continúa siendo una impronta grabada a fuego en el subconsciente de muchos.

Queremos ser demócratas modernos, y no lo queremos. Nos movemos entre un nacionalismo ramplón y una búsqueda de grandeza al estilo europeo occidental que encuentra cada vez gruesos obstáculos para replicarla en nuestra nación. En este trámite, hemos experimentado fracasos y decepciones. Aislamiento, autarquía, desarrollismo, integraciones hemisféricas impuestas a punta de promesas y fracasadas en los hechos ciertos (como la Alianza para el Progreso, el Mercado Andino, etc.), y también débiles intentos por asumir tendencias ideológicas y/o sociales que no encontraron respuestas efectivas. Hasta que en el detestable gobierno de las bayonetas, a sangre y fuego, impuso sus estructuras el poder del dinero…poder único e imbatible que supera cualquier intento por volver a ser humanos, solidarios y racionales, independientes y soberanos.

Pareciera ser que el neoliberalismo económico llegó para quedarse. Lo aceptamos calladamente durante veinte años, pero ya hemos comenzado a expresarle quejas, diatribas y propuestas de cambios, pues ha sido incapaz de satisfacer las necesidades verdaderas de la ciudadanía. Quizá, sabemos muy bien qué es lo que no deseamos, pero nos resulta difícil acordar mayoritariamente lo que sí queremos. En materia económica simula existir una adormecida opinión mayoritaria o un seudo consenso básico que procura transformar –aún débilmente- el panorama actual, pero en lo político el tema se nos enreda a grados de rompimiento, pues las diferencias insalvables se sitúan en la pésima distribución de la riqueza y en las casi inexistentes formas de participación ciudadana para administrar el país.

Tal vez hemos olvidado (o lo desconocíamos) que el sistema capitalista no puede existir sin corrupción, mano de obra cesante, delincuencia permanente, clasismo, racismo y brecha económica significativa. No entender ello, es pedirle peras al olmo. ¿Dónde está entonces el discutible éxito de ese sistema en un país a medio hacer como el nuestro? En la macroeconomía, por cierto… y en una ínfima igualdad de oportunidades que permite a muchos desavisados creer a pie juntillas que viven una moderna y civilizada democracia plena rumbo al desarrollo total.

El único capitalismo que conocemos los chilenos es aquel del endeudamiento personal que encarcela nuestros bajos ingresos en la penitenciaría de las megatiendas, supermercados y financieras, mientras los patrones principales –que tienen a sus mayordomos administrando el Congreso Nacional- incrementan exponencialmente sus ganancias, amparados, e incluso defendidos, por una casta política que abrió de par en par las puertas de la nación a prestamistas, avaros legales, estafadores con patente y expoliadores sin fronteras.

Esa casta politiquera ha estructurado la presente institucionalidad para garantizar a los agiotistas financieros y comerciales la máxima impunidad y, de ese modo, esquilmar a la gente de trabajo hasta la médula misma del dolor. Esa institucionalidad perfecciona día a día su objetivo principal dictando leyes que menoscaban, empobrecen e insultan al empleado, al funcionario, al obrero, al profesional, al jubilado, a la vez que perfecciona el andamiaje legal para otorgarle a los dueños del capital nuevas formas de enriquecimiento dulce.

Es así que sólo en Chile –y nada más que en Chile- los Bancos y Financieras no pagan impuesto alguno por las ganancias. En Chile –y sólo en Chile- hay una tozuda negativa oficial por eliminar o rebajar sustancialmente el impuesto específico a los combustibles. Y en Chile –sólo en Chile- se paga doble por utilizar carreteras, ya que el mentado impuesto específico fue creado para “el mantenimiento de autopistas y carreteras”, pero estas fueron entregadas a empresas concesionarias extranjeras, las que cobran peaje por ese tránsito…y los gobiernos concertacionistas, asociados a los empresarios, determinaron mantener un impuesto por la misma acción.

Basta recordar que nuestro país posee hoy la tercera peor distribución del ingreso en América. La llamada ‘brecha económica’ señala –según datos oficiales- que el porcentaje más rico del país obtiene ingresos 32 veces mayores que el recibido por el porcentaje más pobre. No obstante, otros datos –entregados por organizaciones independientes- señalan una distancia superior a las 87 veces. Como simple ejemplo, el actual salario mínimo alcanza los $147.500, mientras que el sueldo promedio de un gerente supera la cifra de $22.000.000 mensuales.

La participación de los salarios y pensiones en el Ingreso Nacional, que en 1972 era del 63%, a comienzos del gobierno de Ricardo Lagos era del 46%, a fines del gobierno Lagos bajó al 39%, el 2006 al 37%, este año 2008 bajará nuevamente al 35%. Basta ver las cifras de la Cuentas Nacionales 2003-2006 del Banco Central en Internet para comprobarlo.

Seamos realistas, en Chile resultará en extremo difícil lograr darle cierto aire ‘social’ al actual escenario económico, donde dominan y predominan legislaciones ampliamente favorables para los inversionistas, ya que tanto en lo impositivo como en lo laboral, desde hace treinta años, las reglas del juego no sólo han girado en favor exclusivo del empresariado sino, además, lograron decantar las posturas progresistas que muchos políticos mostraban como principal componente de sus programas parlamentarios.

Como simple botón de muestra, podemos asegurar que el año 2007 un puñado de empresas privadas trasnacionales del Cobre -que de paso sacan gratis y sin procesar miles de millones de dólares en oro, plata y molibdeno-, se llevó de Chile US$30.000 millones de dólares, como ganancias líquidas, y pagarán apenas US$4.000 millones en impuestos, pero recién en abril del 2008. Las 10 principales empresas privadas y trasnacionales, que en 1999 significaban el 20% del PIB chileno, este año significarán el 45% del PIB. Esa es la real situación del neoliberalismo salvaje que opera en Chile, y por la misma razón se asegura que el Cobre (nacionalizado el año 1971 durante el gobierno de Salvador Allende con la aprobación unánime del Congreso), hoy ha sido ‘desnacionalizado’ absolutamente.

El propósito de esa sociedad de intereses –constituida en una especie de ‘dictadura perfecta’- no es otro sino lograr que la gente, el pueblo, hipoteque sus vidas y las de sus familiares en beneficio de quienes poseen la máquina predadora del dinero y del poder político.

Si la decisión mayoritaria de los chilenos es mantener el actual sistema económico-social, aun con ciertos mejoramientos, se hace necesario concluir que esta democracia nuestra, lamentablemente feble y en pañales mientras permanezcan los actuales representantes políticos en las altas instancias legislativas, carece de capacidad para realizar un saneamiento profundo –un aseo quirúrgico- que borre de una plumada tanta corrupción, tanto familisterio político y tanta desvergonzada usura oficial y ‘legal’.

El camino a seguir no es corto. Sin embargo, el país puede comenzar a transitarlo en las próximas elecciones edilicias y parlamentarias, con la firme convicción de que aquellos diputados y senadores que se han caracterizado por su apoyo irrestricto al capital financiero y comercial, no deberían contar con el voto o sufragio necesario para continuar depredando al pueblo desde sus cómodos, y bien pagados, cargos en el Congreso Nacional.

Chile lleva ya treinta años bajo ataque económico terrorista, y una parte de la ciudadanía no quiere enterarse. Son tres décadas de explotación, despojo, usura, agiotismo. Treinta años en los que la brecha económica aumenta dramáticamente, pero hay ingenuas y desinformadas personas que aplauden los tres decenios de imposición de un sistema que no ha satisfecho –ni satisfará nunca- las necesidades verdaderas, concretas y rutinarias de la gente. Por eso es posible asegurar que Chile lleva treinta años bajo un feroz ataque económico terrorista, amparado -e incluso aplaudido- por nuestra actual clase política.

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El río más grande del mundo se queda sin agua.

Los más optimistas sostienen que sequías, inundaciones, huracanes y otros males ha habido siempre, pero de todos modos la conjunción del cambio climático y las acciones de los seres humanos con poder, estan trayendo cosas novedosas. En las últimas horas, el gobierno de China informó que una severa sequía provocó que el nivel de agua en una parte del río más grande del país, el Yangtzé, cayera a su nivel más bajo desde que se iniciaran los registros hace 142 años. Las autoridades dicen que es por el cambio climático y que la construcción de la represa más grande del mundo no influye. En la imagen, uno de los cuarenta barcos varados en el cauce del río.

En la ciudad portuaria de Hankou, en el centro del país, los niveles de agua disminuyeron a 13,98m a principios de enero, lo cual no se había registrado desde 1866, indicó el periódico China Daily, citando medios locales.

El hecho ha dejado a millones de personas sin acceso a agua potable y a más de 40 barcos encallados en el principal cauce del río, desde octubre.

El viceministro del Ministerio de Recursos Hídricos, Jiao Yong, dijo que las extremas condiciones atmosféricas también han contribuido al deterioro de aproximadamente 37.000 diques a lo largo del país, que se encuentran en peligro.

Las autoridades aseguran que los bajos niveles de agua registrados en el río no están relacionados con la construcción de la central hidroeléctrica más potente del mundo, la represa de las Tres Gargantas.

Más bien, advirtieron las autoridades, el cambio climático podría endurecer las condiciones atmosféricas en China durante los próximos años.

El mes pasado, grandes cantidades de agua también fueron almacenadas detrás de la represa de las Tres Gargantas, lo que ocasionó 50% de reducción en el volumen de la corriente del Yangtzé, indicó el diario China Daily.

Sin embargo, la Comisión sobre Recursos Hídricos del río Yangtzé indicó que ésta no era la causa del problema, añade el periódico.

De acuerdo con el corresponsal de la BBC en Pekín, Daniel Griffiths, las autoridades han dispensado agua desde la represa para ayudar a los buques varados río abajo.

China enfrenta sequías anualmente pero este año ha sido uno de los peores.

Partidarios de la represa señalan que las Tres Gargantas impedirá inundaciones devastadoras y proveerá el muy necesitado poder hidroeléctrico. Sin embargo, existe preocupación sobre su impacto ambiental.

Griffiths informó que otros ríos y embalses también registran bajos niveles hídricos.

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El aumento espectacular de bombardeos sobre Iraq y Afganistán indica un cambio de estrategia de las fuerzas de ocupación.

En uno de los mayores ataques desde que comenzó la invasión en 2003, aviones de combate estadounidenses lanzaron más de 18.000 kilogramos de explosivos en un lapso de diez minutos hace una semana. Los expertos militares prevén un aumento de los bombardeos si Estados Unidos disminuye el número de soldados en Irak. También se registró un número sin precedente de ataques aéreos en Afganistán. Los bombardeos de la OTAN (recoremos que España forma parte de esta alianza) superaron los 3.500 el año pasado, duplicando la cantidad que tuvieron lugar en 2006.

Nuevas cifras del Pentágono indican que Estados Unidos llevó a cabo el quíntuple de ataques aéreos en Irak durante el año pasado que en 2006. Según el Washington Post, las fuerzas estadounidenses arrojaron más de 1.400 bombas, lo que representa un promedio de casi cuatro bombas por día. En el año 2006 se lanzaron un total de 229 bombas, un promedio de cuatro por semana. La ONU calcula que al menos 200 civiles murieron en bombardeos estadounidenses desde abril hasta fin de año. Estas cifras surgen mientras Estados Unidos continúa con una gran campaña de bombardeos en Arab Jabour, en el sur de Bagdad.

Sobre Blackwater

El Departamento de Justicia le está restando importancia a las expectativas de que haya un proceso penal por el asesinato de diecisiete civiles iraquíes perpetrado por la firma militar privada Blackwater Worldwide en septiembre. El New York Times informa que el Departamento de Justicia le dijo a los legisladores en una reunión privada el mes pasado que es posible que no presente cargos contra Blackwater o ningún guardia en particular. Funcionarios del Departamento de Justicia dicen que afrontan grandes obstáculos legales. A cuatro meses del tiroteo y casi cinco años del comienzo de la invasión a Irak, aún no se sabe con certeza si Blackwater está sometida a alguna jurisdicción legal para sus operaciones en Irak. Investigadores del Departamento de Justicia también le otorgaron inmunidad a los guardias de Blackwater a cambio de su testimonio inmediatamente después del tiroteo. En un nuevo informe, el grupo Human Rights First dice que la falta de acciones judiciales se debe a la falta de voluntad política más que a la incertidumbre legal. El informe dice: “La respuesta del gobierno estadounidense al tiroteo se ha caracterizado por la confusión, la actitud defensiva, una multiplicidad de investigaciones ad hoc no coordinadas y acusaciones entre las agencias. Estos fracasos subrayaron la falta de voluntad o de capacidad del Departamento de Justicia para investigar y procesar de forma sistemática las acusaciones de graves crímenes violentos”. Blackwater está siendo demandada en un caso civil presentado en nombre de algunas de las familias de las víctimas.

www.insurgente.org

El TSJM autoriza la manifestación del domingo convocada por Democracia Nacional.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) autorizó hoy la manifestación que bajo el lema 'Así no se puede vivir. Por la Seguridad Ciudadana. Recuperemos Madrid' ha convocado para el domingo Democracia Nacional (DN), según informó la formación a través de un comunicado.

La marcha, que comenzará a las 12.00 horas frente al Ministerio de Asuntos Sociales, en la calle José Abascal 39, y que terminará en la plaza de Chamberí con un discurso del presidente de DN, Manuel Canduela, fue prohibida por Delegación de Gobierno tras las presiones recibidas debido al carácter racista de la convocatoria.

En ella, se pide a los ciudadanos participar porque en Madrid 'la situación comienza a ser invivible', porque 'cada vez en más barrios la única ley que rige es la ley de los delincuentes, la gran mayoría para colmo, venidos de fuera' y porque 'si no había bastante con las bandas callejeras locales ahora hay que aguantar a los Latin Kings, Ñetas, Trinitarios y a toda esa escoria venida de lejanas tierras'.

Así, DN insta a la población a recuperar Madrid 'para los ciudadanos honrados' y seguir después con el resto de ciudades españolas.

Además, los detractores de la marcha alegaban que en la última concentración de este tipo se produjo la muerte de Carlos Palomino, supuestamente a manos de un neonazi que se dirigía a otro acto convocado por DN.

Sin embargo, Democracia Nacional presentó un recurso ante el TSJM para que autorizar la marcha lo que, tal y como afirma la formación, ha sucedido.

www.lahaine.org

En Público: "Democracia Nacional podrá manifestarse el próximo domingo"

Aumentan los homicidios en EEUU por parte de veteranos de la guerra de Iraq.

Una investigación realizada por el periódico ’New York Times’ ha descubierto que, al menos, 121 veteranos de las guerras de Irak y Afganistán han cometido un homicidio o han sido acusados de uno después de su regreso a casa. Las cifras indican un aumento de casi el 90% en los homicidios que involucran al personal militar en servicio y nuevos veteranos durante seis años desde la invasión a Afganistán en el 2001, según informa ’The New York Times’. Ni el Pentágono ni el Departamento de Justicia siguen estos casos, ya que sólo los reciben juzgados civiles. Sin embargo, un portavoz del Ejército precisó que el reportaje no ofrecía un panorama completo.

En su investigación, el periódico destaca que tres cuartas partes de los veteranos acusados aún pertenecían al Ejército en el momento del homicidio , y que, en más de la mitad de los casos, el presunto delito se había cometido con armas.

Unos 25 de los acusados se enfrentan cargos de asesinato u homicidio por accidentes de tráfico con resultados fatales, debido a que conducían bajo la influencia del alcohol , de manera imprudente o de forma suicida.

La abrumadora mayoría de los afectados no tenía antecedentes criminales previos, pero, según informó el diario, en algunos casos "el hecho de que el sospechoso haya participado en la guerra no guarda una relación aparente con el crimen cometido".

’The New York Times’ asegura que un tercio de las víctimas eran esposas, novias, niños u otros familiares , mientras que un 25% correspondía a compañeros en servicio.

Inestabilidad mental y paranoia

El portavoz del Ejército Paul Boyce intentó rebatir los datos aportados por el periódico y explicó que las estadísticas militares "muestran un leve o ningún aumento en el uso de drogas , crímenes por manejar bajo la influencia de sustancias o abuso doméstico en los últimos años entre los más de 300.000 soldados que han sido desplegados en esta guerra".

Sin embargo, muchos de los familiares de los veteranos consultados coinciden en un diagnóstico común cuando vuelven de la guerra: "Cuando regresan, están diferentes". De hecho, se han dado casos de abuso de sustancias, inestabilidad mental e incluso paranoia.

Según su testimonio, de los 121 veteranos a muy pocos se les realizó un examen médico mental tras su paso por la guerra. Por tanto, a muchos de ellos no se les diagnosticó un estrés post-traumático hasta después de que cometiesen los homicidios.

El portavoz del Ejército intentó quitar hierro a las estadísticas aportadas por el periódico y aseguró que "parecen estar basadas en una revisión básica de las historias de crímenes de los periódicos estadounidenses desde el 2004 al 2006, en lugar de las estadísticas que entrega el Ejército de Estados Unidos o el Departamento de Defensa".

www.rebelion.org

Las Comunas de Green Mountain.

...por David Van Deusen

Desde 1965 hasta 1975 se estima que unas 100.000 personas jóvenes emigraron al norte a Green Mountains [las Montañas Verdes]; la mayoría simplemente pasó de largo. Sin embargo, muchos miles se quedaron. Estos recién llegados, la mayoría blancos, de entornos de clase entremezcladas y principalmente de las ciudades del este, compartían la comunalidad de ser parte de lo que se suele definir como la contra-cultura de los 60. Esta emigración juvenil culminó en la fundación de entre 50-100 comunas para 1970. Sus formas variaban; algunas se organizaron entorno a la política radical de izquierdas, otras entorno a la agricultura, muchas otras carecían de cualquier característica definitoria más allá de los vagos parámetros de la contracultura hippie. Lo que todas tenían en común, ya estuvieran articuladas individualmente o no, era el deseo de trascender la América convencional. Por tanto, la experimentación social como opuesto a la adhesión a las estructuras políticas-sociales-familiares se volvió la norma de la contracultura.

La primera oleada de comuneros llegó a Green Mountains a mediados de los 60. Para 1967 ya había un buen número de comunas establecidas, especialmente en la parte sudeste del estado. De estas, bastantes de sus miembros salían del Movimiento por los Derechos Civiles, y de la resistencia continuada a la guerra de Vietnam.

Robert Houriet, antiguo comunero y actual residente de Northeast Kingdom, recuerda, "El movimiento de las comunas comenzó con el Movimiento de los Derechos Civiles. Las Freedom Houses [Casas de la Libertad] en el sur fueron las incubadoras de las comunas... La gente continuaba viviendo en comunidad porque querían restaurar la comunidad más amplia del Movimiento de los Derechos Civiles".

Sin embargo, Houriet [que escribió Getting Back Together (Volviéndonos a juntar), un libro sobre las comunas en 1969] reconoce que esta primera oleada no trataba necesariamente de organizar Vermont -al menos no al principio. De hecho él entiende a estos primeros pioneros comunalistas como refugiados políticos que sufrían represión policial y "queme" político.

"La primera fase fue una escapada, pero era una escapada con un elemento utópico... El big bang llegó después de la Convención [Nacional Demócrata] de Chicago. La convención de Chicago [y los disturbios que la rodearon] fue el suceso vital en el que la gente se dió cuenta de que el movimiento político se había terminado -fracturado sin remedio. Puedes ir a los Weathermen o puedes ir a Vermont," nos dice Houriet.

Muchos de estos primeros emigrantes, un buen número de ellos eran miembros formales o aliados de los radicales Students for a Democratic Society (SDS), que buscaban refugio en estas montañas del norte. Era tiempo para la reflexión, la experimentació con drogas psicodélicas, y de evaluación de sus vidas personales y sociales. Pero no iba a tardar mucho en que las dos cosas ocurrieran. Primero, tras el 68 los emigrantes de la contracultura se convirtieron en inundación. Esta segunda oleada masiva llevó rapidamente a la formación de docenas de nuevas comunas, especialmente en el norte. Segundo, los viejos elementos SDS/políticos se dieron cuenta que cualquier intento de superar la alienación personal y económica estaba íntimamente vinculado con la comunidad exterior. Y de aquí, surgieron nuevos esfuerzos de organización política.

Una comuna, Red Clover, estuvo a la vanguardia de estos nuevos esfuerzos. Sus miembros, que incluían a John Douglas, Jane Kramer, Robert Kramer, y Roz Payne, comenzaron como un colectivo de contrainformación en Nueva York llamado Newsreel. Para 1969, este grupo, ahora trasplantado en Putney, formó una organización llamada Free Vermont. El objetivo de Free Vermont era, simplemente dar forma a una revolución popular en Green Mountains. Para hacer esto trabajaron para consolidar los elementos contraculturales recién llegados en la izquierda radical. En una escala más pequeña, y con resultados distintos, también quisieron radicalizar la población nativa. El análisis político de Free Vermont también defendía que los centros urbanos de los Estados Unidos estaban rozando la revuelta, especialmente las comunidades negras. En el caso de extenderse una insurrección urbana, era su idea que Vermont y otras zonas rurales, deberían estar preparadas para actuar como apoyo. Para este fin adquirieron armas de fuego como métodos de autodefensa. Pero adquirir armas no era considerado en sí mismo estratégico para Free Vermont. Se dieron cuenta de que para instigar una revolución significativa y socialista y para proveer el apoyo necesario a esta revolución, era necesario primero construir sus propias instituciones efectivas que a su vez darían a la izquierda contracultural unos medios de subsistencia y de producción no capitalistas (o al menos más participativos). Para crecer estas nuevos instituciones tomaron forma de cooperativas y colectividades de producción, de consumo y de servicios. Para atraer nueva gente a las cooperativas se esperaba que los posos culturales de individualismo y de autoritarismo podrían ser, en parte, reemplazados con un nuevo cooperativismo compatible con los principios básicos del socialismo.

Según Free Vermont comenzó a llegar a las comunas, pronto lanzaron un buen número de cooperativas por todo el estado. En Brattleboro abrieron un taller de coches gratuito (Liberation Garage) y gestionado por los trabajadores y un restaurante (el Common Ground). Iniciaron docenas de cooperativas de suministro de alimentos. En Burlington se formó una clínica libre. En el sur de Vermont se formó una escuela para niños colectiva llamada Red Paint. Se creó un Banco Popular en el que las comunas más ricas depositaban el dinero para que pudiera ser utilizado por comunas con menos recursos. Organizaron foros contra la guerra, grupos de mujeres, de asuntos ecológicos. Free Vermont también editó un periódico izquierdista que era distribuido a miles en los institutos y en las comunas a la vez. En el norte, donde muchas comunas tenían fines agrícolas, se formaron cooperativas de granja. Se trató de evitar los mercados capitalistas de Boston y Nueva York estableciendo un centro de distribución cooperativo. Los éxitos de estas empresas variaron, pero durante años, quizás entre 1969 y 1973, uno abría los ojos y casi podía ver una verdadera revolución cultural en el horizonte. Free Vermont, que sin embargo contaba con una base de activistas de no más de 100, atrajo pronto diez veces más este número; una fuerza considerable en un estado que en la época tenía una población total de menos de 400.000 personas.

John Douglas, cofundador de Free Vermont y actual residente de Charlotte, recuerda "[Nuestra meta era] la puta revolución! Free Vermont era... la organización global que habíamos montado... Viajábamos por todo Vermont contactando comunas y colectivos. Realmente estabamos por politizar el estado entorno a la [oposición a la] guerra [de Vietnam], entorno a las Panteras [Negras], [y] los Derechos Civiles."

Roz Payne, que más tarde iba a formar otra comuna de Free Vermont en Burlington llamada Green Mountain Red afirma, "Estábamos viviendo juntos y estábamos tratando de crear un mundo mejor juntos... Tratábamos de hacer cambios en nuestras vidas y en la política del mundo en cuanto al racismo, al imperialismo y el capitalismo."

Pero la historia de Free Vermont no es la historia completa. En Plainfield la comuna Maple Hill, que tenía tratos con Free Vermont pero no debería considerarse como parte de su entorno político, también tuvo su propio impacto en los alrededores.

Jim Higgins, antiguo residente de Maple Hill, y actualmente columista del Barre-Montpelier Times Argus, recuerda "[En 1971] me fui a formar la cooperativa Plainfield con unos cuantos de mis viejos comuneros... Uno de nuestros objetivos era traer a nuestra red cooperativa adultos locales. Fue un esfuerzo titánico llegar con nuestras ideas de prácticas de negocio cooperativo y comida ecológica y subertir el sistema a través de precios tremendamente bajos... Había muchas discusiones en la cooperativa sobre los productos que podíamos ofrecer para llenar el hueco, asi que decidimos mover productos no alimenticios como estufas de madera, motosierras, jarras, raquetas para la nieve, y eskíes; productos que generalmente interesan a los que tenemos alrededor y no están necesariamente interesados en arroz integral y soja. Esto ayudó un montón a romper las barreras sociales. Tenían que entrar en la cooperativa a comprar."

La experiencia de la comuna Maple Hill, también iba a jugar un papel activo en organizar manifestaciones y talleres contra el conflicto de Vietnam, no es distinto de las experiencias de docenas de otras comunas de todo el estado. En poco tiempo el movimiento de las comunas era una fuerza o al menos un punto de conversación en muchos pueblos pequeños de Vermont.

Internamente, un buen número, sino la mayoría, de las comunas trataron de romper las sutiles y no tan sutiles cadenas del sexismo. Generalmente (y como regla general en las comunas de Free Vermont), las decisiones se hacían democraticamente, por todos los miembros, se esperaba que los hombres trabajaran en casa, mientras las tareas tales como cortar leña también las hacían las mujeres. El cuidado de los niños estaba colectivizado y llevado a cabo por ambos sexos. Los encuentros políticos también incluían encuentros de mujeres. El Liberation Garage en Brattleboro que hacía clases de autoreparación de coches, estaba organizado por Jane Kramer, estaba especialmente orientado a enseñar a las mujeres cómo arreglar sus coches y camiones. En Burlington el colectivo Green Mountain Red fue básico en la apertura de una clínica de salud femenina gratuita (que hoy se ha fundido con Planned Parenthood [paternidad planificada] local). El colectivo Red Clover organizó un tour de performances que enseñaban y celebraban la historia de las mujeres.

En muchas formas, las comunas de Vermont, o al menos las más politizadas, no sufrieron la misma fractura que gran parte de la izquierda de EEUU sufrió cuando el feminismo fue por su camino a comienzos de los 70. Esto fue resultado de la génesis del movimiento Free Vermont. Free Vermont, estuvo esencialmente fundado por el colectivo Red Clover, que en sí mismo había nacido del colectivo Newsreel. Y aquí, el colectivo Newsreel ya reconocía los problemas del sexismo interno y encontró formas de corregir estas tendencias.

Roz Payne, considerado uno de los pesos pesados políticos del movimiento, añade, "Free Vermont era una actividad política que había conseguido organizar y politizar a todas las comunas [de Vermont]. Y éramos los que... saliendo del colectivo Newsreel, hablábamos de asuntos de mujeres desde el 67, 68, y el 69 cuando hacíamos películas en Nueva York y teníamos estas discusiones. '¿Porqué las mujeres sólo sujetan los micrófonos cuando todos los que sujetan las cámaras son hombres?' Entonces John Douglas consiguió cámaras para que las usaran las mujeres... Eran temas que habían salido antes. Así que ya habíamos tratado estos temas... Nunca me sentí oprimida en mi comuna por mujeres o por hombres."

Sin embargo, sus esfuerzos no resultaron totalmente perfectos. La comunera Lou Andrews, recuerda sus días en la comuna rural Frankin (que formaba parte del núcleo de Free Vermont) como un tiempo en el que se sentía mucho más liberada que en la sociedad convencional previa, pero que aún los hombres tenían una influencia desproporcionada en la dirección general de la comuna. En su opinión esta influencia era una fuerza subconsciente; que no estaba garantizara por un proceso formal, pero que existía de todas formas.

En cuanto a la división de tareas, Lou, que ahora vive en Burlington, recuerda su comuna como un cajón de sastre, pero uno que cae claramente más en la dirección de la igualdad sexual que del modelo tradicional nuclear. "Siempre fue una lucha que los hombres fregaran los platos... [Pero] todos cultivábamos. Hombres y mujeres enlatábamos la comuda. Hombres y mujeres montábamos los caballos. Y hombres y mujeres trabajábamos el azúcar, aunque los hombres eran principalmente lo que llamábamos "bomberos" que en la azucarera alimentaban el fuego del evaporador. Y esta era la clase de cosas de macho que pasaban. Porque ellos tenían que ser los cowboys (jajaja)"

Roz, actual residente de Richmond, Vermont, también recuerda que no todas las comunas estaban libres de las divisiones tradicionales de tareas en cuanto a sexo. "Te encontrabas alguna comuna más rural que las mujeres estaban en la cocina, y que los hombres estaban fuera haciendo cosas. Así que [Free Vermont] les hablaba sobre esto, y teníamos encuentros con las mujeres, un grupo comunal de mujeres que comenzara a discutir estas cosas que pasaban con otras personas."

Mientras Free Vermont buscaba construir relaciones equitativas en las comunas y una base de operaciones radicales en Green Mountains, no olvidó el segundo propósito. Según la contracultura local se organizaba mejor, se ofrecía ayuda al movimiento revolucionario urbano. En algunos casos los hijos de los Panteras Negras de las ciudades del este eran enviados al norte para asistir a la escuela colectiva Red Paint. Se ofreció apoyo político también. Un antiguo comunero (que permanecerá anónimo) recuerda que la primera dinamita proporcionada a la Weather Underground Organization [un grupo armado izquierdista que llevó a cabo 27 atentados con bomba entre 1969 y 1977, incluyendo el Capitolio y el Pentágono] vino de una cantera de granito en Barre. John Douglas, por su parte, dice que Free Vermont ayudó a establecer pisos francos para los Weathermen y los Panteras Negras que iban a la clandestinidad. También facilitaron cruces clandestinos de la frontera a Quebec. Pero estas actividades no se hacían sin pagar un precio. Las comunas de Free Vermont fueron asaltadas por la policía y el FBI. Se sabía que había informadores del gobierno en muchas zonas. Douglas habla de un encuentro al que asistión en la comuna Franklin (al norte del todo de Vermont) donde apareció un grupo de agentes federales haciéndose pasar por ciclistas que le ofrecieron granadas y dinamita. Douglas no aceptó. Esta vigilancia y acoso eventualmente llevó a una atmósfera permanente de paranoia y tensión. A su vez esta presión contribuyó al declive final del movimiento.

Aunque muchas de las comunas hippies se colapsaron debido a la falta de un enfoque u organización interna racional [ver Barry Laffan, Communal Organization and Social Transition, Peter Lang Publishing, New York, 1997] el declive de las comunas más abiertamente politizadas tiene más que ver con la represión política, con la desilusión (en tanto a que ni la insurrección local o urbana tuvo lugar), y una vez más en otra ronda de "quemes". Igual que se vieron incitados a abandonar las ciudades a finales de los 60, los comuneros radicales sentían una presión creciente, aunque de una forma más personalizada y difusa, para abandonar sus tierras comunales de cara a una nueva oleada de represión política y presiones interpersonales. Para 1976, siguiendo el fin de la guerra de Vietnam, menos de la mitad de las 100 comunas originales quedaban. Para 1980, todas excepto unas pocas se habían ido. Aunque muchos antiguos comuneros se quedaron en Vermont, y bastantes de las instituciones que fundaron continuaron, la tendencia general era abrumadoramente la de retornar de los modelos de vida y trabajo colectivos. En vez de eso volvieron a la vida hogareña privada, o a la familia nuclear tradicional. Las granjas cooperativas fueron reemplazadas por granjas privadas orgánicas. Las organizaciones agrícolas radicales, tales como la Northeast Organic Farmer Association (NOFA), se hundieron en un modesto reformismo. Las llamadas a la insurrección se oían menos, mientras las llamadas entorno al reformismo se hacían más altas. Mientras en 1970 el grito de batalla era por una nueva revolución social, el mantra de los 80 era por un congelamiento de los programas nucleares. En definitiva, según el movimiento comunero se iba rompiendo, y según sus participantes comenzaban a volver a una vida más individualista-tradicional, su política, aunque todavía de izquierda, se hacía más moderada.

Durante la fase de declive de la comuna Frankin es interesante ver las observaciones de Lou Andrew. Recuerda que cuando las dificultades de operar la granja cooperativa fueron desesperantes debido a un incendio serio de la casa, fueron los hombres los primeros en dejar la comuna, e incluso Vermont también. Por otro lado añade que las mujeres eran más aptas para tratar con las dificultades durante más tiempo, y finalmente para quedarse en Vermont. Andrews especula que la razón para esta dinámica es porque la mujer encuentró sus relaciones sociales y de poder en una estructura comunal más libres que las que habían vivido en la América convencional. Los hombres por otro lado, tenían un mundo ahí fuera dominado por hombres a donde volver donde tendrían los mismos derechos y privilegios que a menudo se negaban a las mujeres.

Al final el movimiento comunal no se desvaneció en el aire, ni todos los comuneros se marginaron de la vida social y política. El Vermont de hoy en día es inexcusablemente un producto de aquellos tiempos, de igual forma que es también producto de otras migraciones progresistas; ya sean los radicales que fueron al norte durante la Gran Depresión, los movimientos obreros anarquista y socialista traídos por inmigrantes italianos en 19000, o los campesinos granjeros [Green Mountain Boys] que llegaron a Vermont durante os 1760-1770. El movimiento de las comunas es sólo el último de estas etapas definitorias de la historia de Vermont, y sus epitafios y avaces son quizá más aparentes en su relativa novedad. El Bread & Puppet Theater (ahora considerado como la cima de la cultura de Vermont), las docenas de cooperativas de alimentos (quizás la zona con más número per cápita del mundo), una clínica libre en Burlington (que ahora emplea a 60 personas), bastantes negocios gestionados por sus trabajadores (como Common Ground en Brattleboro), el NOFA (y por extensión Rural Vermont que comenzó a partir de NOFA), y los incontables mercados granjeros son el resultado directo de la organización hecha por Free Vermont y los comuneros de los 60 y 70. Sin embargo, este legado auténtico puede quizás verse mejor a través de sus contribuciones más indirectas.

La difusión generacional de los valores básicos de los 60-70 de la contracultura ha resultado en que la izquierda está más arraigada en todos los rincones de Vermont haciendo del estado el más progresista del país; el único estado nunca visitado por el presidente G.W. Bush. En años recientes Vermont (población 600.000) ha liderado la nación en muchos asuntos importantes. La sanidad universal se garantiza a todos los niños (y continuará siendo así a pesar del debate sobre el Federal SCHIP), los fondos para una educación pública han sido socializados, las parejas gay tienen los mismos derechos civiles que las heterosexuales, y más del 70% de la gente se opuso firmemente a la guerra de Iraq (en el 2003 tresmil personas marcharon en la capital rural para oponerse a la guerra). Incluso el movimiento obrero organizado de Vermont está grandemente influido por el movimiento de las comunas.

En 1998 un grupo anarquista de Vermont central conocido como #10 Collective [miembos ellos mismos de la Love & Rage Revolutionary Anarchist Federation y bastante influidos por las enseñanzas políticas del radical de los 60 de Vermont Murray Bookchin] jugó un papel importante en la formación del Vermont Workers’ Center [Centro Obrero de Vermont]. Uno de los principales activistas de este colectivo era un joven llamado Jason Winston. Jason, como miles de vermonteses, era hijo de padres de la contracultura. Y hoy el Workers' Center, con una afiliación por encima de los 20.000, funciona como una gran coalición de los principales sindicatos de Vermont, así como de trabajadores individuales. Como tal el movimiento obrero de Vermont ha destacado en su oposición a la guerra actual, y en la lucha por el establecimiento de un sistema sanitario universal. Este hecho también puede entenderse como otra influencia directa del izquierdismo de los 60-70. En una palabra, esos comuneros que se quedaron, los que organizaron, aquellos que eventualmente se convirtieron en vecinos y amigos de miles de vermonteses obreros nativos, de hecho tuvieron su impacto en la opinión pública.

Electoralmente Vermont, a diferencia de la mayoría de los EEUU, reconoce cuantro partidos políticos principales. Aparte de los demócratas y los republicanos, también existe el ultraizquierdista Liberty Union Party. Este partido, que recibió el 5,7% del voto para el State Treasurer en el 2006, fue formado en los 70 como expresión electoral del movimiento de las comunas. Más allá del Liberty Union, también existe el Vermont Progressive Party de tendencia socialdemócrata. Los progresistas fueron formados por el antiguo miembro del Liberty Union Bernie Sanders (actualmente es el primer socialista en el senado de los EEUU) e incluye a muchos activistas y simpatizantes de la época de las comunas. Sanders ganó su primera elección en 1981, convirtiéndose en el alcalde socialista de Burlington. Formó la Progressive Coalition, antecesora del Progressive Party, poco después. Su victora era el resultado no sólo de ganarse el apoyo de los sindicatos clave, sino también del apoyo de los anteriores comuneros. Una comunera de la comuna Franklin, Barbara Nolfy, trabajaría en su administración como miembro del recién organizado Consejo de Mujeres de Burlington. Además, el portavoz del Progressive Party Anthony Polina (que ganó el 25% de los votos en la carrera para teniente-gobernador en 2002 y está considerando la carrera a gobernador para 2008) fue una vez organizador del aliado de la contracultura, NOFA. Ahora los Progresistas son el tercer partido más fuerte de la nación, con seis escaños en la asamblea del estado (con la cartera del House Agriculture Committee), la alcaldía de la ciudad más grande (Burlington, población: 39.000), varias concejalías del City Council, e incontables puestos en otros lugares.

Y una vez más, nuestro presente parece atestiguar una resurrección generacional del cooperativismo. En 2006, tras la enorme caida de los precios de la leche, Dairy Farmers of Vermont (cofundada por Anthony Polina) abrió una planta de procesamiento de leche gestionada por granjeros en Hardwick. Más en general, de los cuarenta negocios gestionados por sus trabajadores del estado (que emplean 2000 personas), el 10% están organizados como cooperativas democráticas. Desde la compañía de construcción Red House de Burlington, al colectivo informático Brattleboro Tech Collective, al popular Street Café de Langdon y la librería Black Sheep en Montpelier, las cooperativas de obreros y granjeros están una vez más al alza.

Pero igual que el movimiento de las comunas ha tenido su efecto en el viejo Vermont, el viejo Vermont también tuvo su efecto en los activistas e instituciones de la contracultura que sobrevivieron. Su larga tradición de democracia local a través de la Asamblea del pueblo ha encarrilado muchos de los esfuerzos de la izquierda que salió de las comunidades cerradas, y en estos ayuntamientos de democracia directa, es donde sus ideas se han extendido a la población. No debería sorprender que cientos de pueblos de Vermont hayan aprobado resoluciones contra la guerra, por el enjuiciamiento del presidente, contra los OMGs, y en apoyo de la sanidad universal. Y donde los viejjos cooperativistas han caido en prácticas de negocio más tradicionales, los sindicatos han estado ahí para organizar a los trabajadores [tal como la United Electrical Workers hizo en Hunger Mountain Co-op de Montpelier y con City Market de Burlington -ambas emplean muchos trabajadores de la zona]. En un sentido realista la relación entre el viejo Vermont y el Vermont de las comunas se ha hecho simbiótico: elementos de ambos llevaron al estado en una dirección más democrática y socialista.

Esta tendencia continua hacia la izquierda incluso puede observarse en las declaraciones de la Asamblea General del Estado y otros cuerpos de Vermont que se han reunidos en el parlamento de Montpelier. Presionados por las bases, en el 2007, el senado del estaod aprobó una resolución pidiendo el enjuiciamiento del presidente Bush, y tanto el parlamento como el senado aprobaron resoluciones pidiendo la retirada de Iraq. En 2003, el día que los EEUU invadieron Iraq, cientos de vermonteses se reunieron ante la State House (parlamento) donde aprobaron unánimemente resoluciones condenando los actos del gobierno federal como ilegales e inmorales. Y también en el 2006 más de 200 vermonteses se reunieron en la State House para discutir la posibilidad de secesión de los Estados Unidos (una causa ahora apoyada por el 13% de la población). Los antiguos comuneros de los 60-70 estaban indudablemente presentes en ambos eventos. Todas estas declaraciones, por muy simbólicas que puedan ser, señalan la trayectoria hacia la izquierda de la política en Vermont; trayectoria que, en parte, fue puesta en marcha por el movimiento comunero hace una generación.

El capítulo final del movimiento de las comunas en Vermont no puede escribirse hasta que la historia no revele si aquellos días de los 60 y 70 fueron una abrasión cultural, o un preludio de lo que está por llegar.

Para Robert Houriet el futuro, y por tanto el pasado, tienen una amarga promesa. "Estábamos por encima de la economía", dice Robert. "Tratábamos de volver a 1930 en un tiempo en el que la economía estaba boyante en términos de abundancia. Una falsa abundancia, como finalmente fue... [La victoria final del movimiento cooperativista] tendrá que ser económicamente determinada. La gente lo hará porque tendrá que hacerlo, porque elegirán hacer lo que es posible. Y lo que lo hace posible está [determinado] por el precio del petróleo cuando éste sea demasiado alto, cuando el precio del medioambiente sea demasiado alto para no hacerlo de esta forma. No por razones idealistas, sino porque no hay más remedio. El granjero [por ejemplo] sentirá el pinchazo...-No pueden lograr la mecanización, el almacenamiento, la distribución sin hacerlo cooperativamente. Así que el cooperativismo se hará eficiente. Será necesario adoptar métodos cooperativos."

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