jueves, 17 de enero de 2008

Jefe de espionaje de Estados Unidos quiere autoridad para monitorear todo el tráfico de Internet.

El director de los organismos de espionaje del país reveló que el gobierno quiere tener autoridad para leer toda la información que pasa por Internet en Estados Unidos, incluso mensajes de correo electrónico personales. La revista The New Yorker informa que el Director de Inteligencia Nacional Mike McConnell está redactando un borrador de un plan para reescribir las normas acerca de la vigilancia en Internet. Le dijo a la revista que el debate sobre la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés) será como “un paseo por el parque comparado con esta”.

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Human Rights denuncia la existencia de 227 menores de edad condenados a cadena perpetua en California.

El Senado del estado de California debe aprobar este mes una ley para poner fin a la condena de menores de edad a prisión perpetua sin posibilidad de obtener el beneficio de libertad condicional, señaló hoy Human Rights Watch en un informe sobre una práctica abolida en casi todo el mundo.

En el informe de 100 páginas titulado "Cuando muera me enviarán a casa: Jóvenes sentenciados a prisión perpetua sin libertad condicional en California", Human Rights Watch describe que en muchos de los casos donde los delincuentes juveniles fueron procesados junto con un adulto, los jóvenes recibieron condenas más severas que sus copartícipes mayores. Hay 227 presos en el estado de California condenados como delincuentes juveniles a prisión perpetua sin derecho a libertad condicional.

"El hecho de condenar menores de edad a prisión perpetua sin libertad condicional significa que morirán en prisión sin la posibilidad de una segunda oportunidad en la vida", señaló Elizabeth Calvin, defensora de los derechos de los niños de Human Rights Watch y autora del informe. "La población puede permanecer segura sin la necesidad de encerrar a los menores de por vida por crímenes que cometieron cuando aún eran demasiado jóvenes para votar, beber o incluso conducir".

Para la elaboración del informe, Human Rights Watch entrevistó a 27 personas condenadas de por vida sin derecho a libertad condicional por crímenes cometidos en edades que van desde los 14 a los 17 años. El informe se basa en archivos del Departamento de Corrección y Rehabilitación de California y analiza datos obtenidos en una encuesta llevada a cabo por Human Rights Watch que abarcó a más de la mitad de la totalidad de los jóvenes que cumplen este tipo de condenas.

Pese a la creencia popular contraria, Human Rights Watch reveló que la prisión perpetua sin derecho a libertad condicional no está reservada para aquellos menores que cometen los peores crímenes o que muestran signos de ser criminales irredimibles. De hecho, el 45 por ciento de los jóvenes californianos condenados a prisión perpetua sin libertad condicional por haber participado en un homicidio no mataron a la víctima. Muchos fueron condenados por homicidio preterintencional, o por cooperar o asistir en el asesinato, pues custodiaban el área mientras se cometía el delito o bien participaban en otro acto delictivo al tiempo que tenía lugar el homicidio.

En aproximadamente el 70 por ciento de los casos reportados a Human Rights Watch en los que el joven no actuaba solo, al menos uno de sus cómplices era un adulto. La encuesta revela que en el 56 por ciento de estos casos el adulto recibió una sentencia menor que el joven.

Muchos de los jóvenes encuestados escribieron mensajes emotivos expresando su remordimiento y ofreciendo disculpas a las familias de sus víctimas.

A nivel nacional, en un estudio realizado por Human Rights Watch en 2005 se estimó que el 59 por ciento de los infractores juveniles que cumplían cadena perpetua sin derecho a libertad condicional en los Estados Unidos habían cometido por primera vez un delito, y ni siquiera existía en sus antecedentes algún registro de un caso delictivo en su contra.

Otros estados que están considerando reformas o han iniciado esfuerzos para eliminar la sentencia incluyen Florida, Illinois, Louisiana, Michigan y Washington.

El derecho internacional prohíbe la condena de infractores juveniles, y esta práctica se encuentra igualmente establecida en casi todos los demás países del mundo. Human Rights Watch estima que sólo siete personas fuera de los Estados Unidos se encuentran actualmente cumpliendo condenas perpetuas sin derecho a libertad condicional por crímenes cometidos cuando eran menores de edad.

"La misma inmadurez que lleva a los menores a cometer los crímenes en primer lugar los deja mal preparados para navegar el sistema de justicia criminal, por lo que son más propensos que los adultos a recibir condenas más severas", señaló Calvin. "Algunos de los jóvenes que entrevisté, por ejemplo, no comprendían el sistema de aceptación de culpabilidad a cambio de una reducción de la pena, de manera que rechazaban una sentencia de quince años por considerarla muy larga y terminaban recibiendo prisión perpetua".

Uno de los entrevistados, Dave U., quien tenía 16 años de edad al momento de cometer el crimen, dijo que tuvo varios cómplices adultos, uno de los cuales era más de 10 años mayor que él:

"Pensé que esos tipos mayores serían mis amigos, pero al final, dijeron que fui yo quien hizo todo".

Casi todos los entrevistados dijeron que no comprendían enteramente el procedimiento judicial, su rol en el proceso y las consecuencias que estaban en juego. Jeff S., quien tenía 16 años de edad al momento de cometer el crimen, señaló a Human Rights Watch:

"Ni siquiera sabía que me habían dado prisión perpetua sin derecho a libertad condicional hasta que hablé con mi abogado luego de la audiencia."

California tiene los índices más altos a nivel nacional en disparidad racial en la imposición de condenas de por vida sin derecho a libertad condicional para delincuentes juveniles. Los jóvenes afroamericanos cumplen este tipo de condenas en una proporción 18 veces mayor que los jóvenes blancos, mientras que los jóvenes latinos lo hacen en una proporción cinco veces mayor.

A pesar de que no existe evidencia que indique que dichos jóvenes no pueden ser rehabilitados, muchos de los jóvenes que cumplen condenas perpetuas sin libertad condicional señalaron que sus sentencias no les permiten participar de programas de rehabilitación dentro de la prisión.

Se prevé que la Ley de Reforma de la Cadena Perpetua sin Derecho a Libertad Condicional para Delincuentes Juveniles (SB 999) será sometida a votación en el Senado estatal antes del 31 de enero de 2008. En caso de ser aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes, el proyecto de ley, propuesto por el senador Leland Yee (D-San Francisco/San Mateo) pondría fin a la condena de delincuentes juveniles a prisión perpetua sin derecho a libertad condicional en el estado de California. Los jóvenes procesados por homicidio aún podrían ser sentenciados a cadena perpetua, pero tendrían la oportunidad de obtener la libertad condicional tras haber cumplido 25 años o más de condena. El proyecto de ley se encuentra avalado por un número considerable y variado de organizaciones, coaliciones y grupos religiosos.

"Incluso los menores procesados por crímenes que han causado terrible sufrimiento son capaces de reformar sus vidas", señaló Calvin. "Los delincuentes juveniles de California deben ser condenados por sus crímenes, pero también merecen la oportunidad de rehabilitarse. Los dirigentes políticos de California deben darles la oportunidad de hacerlo mediante la aprobación de la ley SB 999".

Testimonios seleccionados del informe:

"Cuando nos ofrecieron [a mi cómplice y a mí] 30 años, –30 años exactos, no de 30 a prisión perpetua – teníamos 17 [años de edad]. No comprendíamos. ¿Treinta años? Tenía 17 y en 30 años tendría 47. Me parecía una eternidad. Estábamos en un centro de detención de jóvenes. Dijimos que no".
– Robert D.

"El juez me dejó abrazar a mi madre, y lloré y no podía parar… me dieron perpetua sin libertad condicional y yo no había matado a nadie".
– Ray J., quien tenía 17 años de edad al momento de cometer el crimen, describió el momento en que escuchó la condena.

"Cuando eres chico no te das cuenta cuán frágil es la vida o cuán frágil se vuelve".
– Billy G., quien tenía 17 años de edad al momento de cometer el crimen.

"Mis pensamientos sobre lo que les había hecho – he estado pensando acerca del crimen, mi caso y las víctimas... no comprendí mi situación hasta que tuve más o menos 24 ó 25 años. Comencé a pensar acerca de toda mi vida, lo que mi familia tuvo que atravesar – su dolor y sufrimiento. Comencé a despertar. Comencé a arrepentirme… Sólo yo aceptando lo que les había hecho".
– Roland T., 33 años, describió el proceso mediante el cual comenzó a comprender lo que había hecho y sus remordimientos al respecto.

"[Estaba] muerto de miedo. Medía 5 pies y 6 pulgadas, pesaba 130 libras y me enviaron a la Prisión Estatal de la Bahía Pelícano. Intenté matarme porque no podía soportar lo que me decían las voces en mi cabeza…‘Te van a violar.’ ‘No volverás a ver a tu familia’".
– David C., 29 años de edad, describe el momento en que fue enviado a los 18 años de edad a una de las prisiones de máxima seguridad de California. David tenía 16 años al momento de cometer el crimen.

Informe completo (en inglés)

Más información sobre los derechos humanos en EEUU

www.rebelion.org

La crisis de IU.

-Crisis:

La candidata de Iniciativa -la corriente crítica de EU reconvertida en partido- Isaura Navarro propuso ayer al PSOE un pacto para formar listas conjuntas al Senado en las tres circunscripciones de la Comunitat. Los representantes de Iniciativa en Castelló cargaron contra el sector oficialista de Glòria Marcos, a quien responsabilizaron del "espectáculo circense" que está dando EU y de judicializar la vida interna del partido.
Carles Mulet, miembro Consejo Político Federal de IU, fue el encargado de presentar a las candidatas Isaura Navarro, "la sexta diputada de la provincia" pese a concurrir por Valencia, y Anna Claramonte, que irá por Castelló. Mulet pidió disculpas al electorado por la imagen "bochornosa" y atribuyó el cisma a la "imposición" de candidatos por parte de la dirección autonómica, "a través de una asamblea en la que se excluyó al 30% de representantes". Los críticos, con la bendición de Madrid, han impulsado un proceso de primarias -"un afiliado, un voto"- que ha sido objeto de demanda por parte de la cúpula de EU. De hecho, hoy está prevista que una jueza decida si anula o valida las primarias.

Por su parte, Isaura Navarro, propuso a los socialistas "ir unidos en las listas al Senado" para impedir que el PP gane la cámara alta. Esta hipotética coalición la integrarían el PSPV, Bloc, Iniciativa y Els Verds. Según señal, la opción que representa "es la de la izquierda útil que solventa los problemas".
Navarro criticó el "espectáculo lamentable" que se está dando en EU. "Cuando se lleva la política a los tribunales, ésta se ha acabado, ya que demuestra la incapacidad para dialogar". En este sentido, mostró su rechazo a que "sea un juez el que decida lo que es bueno o malo para EU". Subrayó que el Consejo Político Federal de IU decidirá el domingo las candidaturas "y si hay otra que no sea la nuestra, estará fuera de IU".

www.levante-emv.com

Se veía venir y ya está aquí. El "todos los progres unidos y el que no se suma es que no es de izquierda", que podría ser perfectamente el eslogan de Llamazares y los suyos, está servido. En medio de una crisis total de la Coalición en la Comunidad Autónoma de Valencia, la diputada Isaura Navarro, afin a las tesis llamazaristas, se descuelga con una propuesta al PSOE para que su sector vaya unido en las listas del senado. La iniciativa recuerda a lo pactado en el año 2000 entre Francisco Frutos y Joaquin Almunia.

www.insurgente.org


Iniciativa del Poble Valencià, el Bloc, Projecte Obert i els Verds-Esquerra Ecologista han proposat al PSPV de concórrer conjuntament al senat espanyol a les eleccions del 9 de març. La diputada d’EU Isaura Navarro ha dit que havien mantingut contactes informals amb els socialistes i que n’esperaven una resposta. Les formacions que han fet la proposta al PSPV ja van arribar divendres a un principi d’acord per presentar-se en coalició per al congrés.

Ara queda pendent de definir el programa electoral i que l’acord, que suposa que Isaura Navarro sigui la cap de llista per València, sigui ratificat pels òrgans de direcció de les formacions que integraran la coalició.

Aquest acord s’assolia al mateix temps que la militància d’EUPV ratificava en referèndum les candidatures oficialistes a les eleccions del 9 de març. La direcció d’EUPV considera que els únics candidats legítims són aquests, i ha denunciat el procés de primàries decidit per la direcció federal d’Izquierda Unida. La coordinadora, Glòria Marcos, va presentar una demanda contra la convocatòria de les primàries, per a qual cosa la direcció d’EUPV i la d’IU hauran de declarar demà als jutjats.

www.vilaweb.cat

La dirección de IU considera que si Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) no retira la demanda de protección de los derechos fundamentales presentada contra IU y sigue adelante sus listas ratificadas por la militancia en el referéndum de la semana pasada, se situará "fuera del partido".

Eso señalaron dirigentes de IU después de que el juzgado de primera instancia número 6 de Valencia citase para hoy a las partes en el procedimiento abierto a raíz de la demanda presentada contra IU por la coordinadora de EUPV, Glòria Marcos, los cabezas de lista por las tres circunscripciones elegidos en la Asamblea de diciembre -Antonio Montalbán, Miguel Ángel Amorós y Concha Amorós- y otros cinco militantes.

EUPV pide en la demanda que se anule el proceso de primarias acordado por la Presidencia Federal de IU el pasado 18 de diciembre por entender que "vulnera" el derecho fundamental a la participación ciudadana recogido en la Constitución y supone un "absoluto fraude" que "carece de todo apoyo estatutario".

La dirección IU dijo que si EUPV mantiene la demanda, sus candidaturas "no van a tener mucha discusión el próximo domingo", cuando se reúna el Consejo Político Federal.

"Cualquier posibilidad de diálogo de aquí al domingo pasa por retirar esa demanda", señalan los "llamazaristas", quienes pretenden hacer público los resutados de unas primarias, a las que no se han presentado más que los candidatos llamazaristas, el próximo 18 de enero, dos días antes de que se reúna el Consejo Político federal.

Según la dirección llamazarista, si EUPV mantiene sus candidaturas y decide concurrir con ellas a las elecciones de marzo, "ya no lo haría desde dentro de IU", sino "desvinculada" de la organización federal.

La citación realizada por el juzgado a IU va dirigida a su coordinador, Gaspar Llamazares, que delegará en el coordinador permanente y responsable de Finanzas, Rubén Fernández, quien acudirá acompañado del abogado de IU federal.

Mientras tanto, los "llamazaristas" del País Valenciá, Iniciativa del Poble Valencià (IdPV), Bloc, Projecte Obert y Els Verds-Esquerra Ecologista han propuesto al PSPV concurrir juntos al Senado en las próximas elecciones generales.

Según la diputada nacional Isaura Navarro, con esta medida se pretende aunar esfuerzos para que la izquierda obtenga más senadores y no se deje paso a la derecha.

Preguntada por la posibilidad de que este pacto para la Cámara alta salga adelante, Navarro, representante de IdPV, explicó que, sólo se ha mantenido una "conversación informal" con el PSPV, "por lo que estamos a la espera de que nos den una respuesta". IdPV ya ha suscrito un principio de acuerdo con el Bloc, Projecte Obert, y Els Verds para concurrir en coalición al Congreso.

www.larepublica.es

-¿Crisis resuelta?

Glòria Marcos se felicita por “un acuerdo que devuelve las cosas a la normalidad, reconociendo la competencia de EUPV para hacer las listas de IU en el País Valenciano de acuerdo con sus procedimientos estatutarios”.

El acuerdo al que han llegado las direcciones de IU y de EUPV en el Juzgado de Instrucción Civil número 7 de Valencia (16/01/08) tiene valor de sentencia firme, y por tanto debe ser acatado en todos sus términos.

En el mismo, se reconoce por IU la validez de la Asamblea de EUPV del 17 de noviembre que eligió las listas encabezadas por Antonio Montalbán, Concha Amorós y Miguel Ángel Pavón, que IU ha de considerar “con carácter preferente” al resultado del proceso de primarias, que no tiene carácter vinculante.

Ambas partes se comprometen a reunirse para aproximar posiciones, pero en el acuerdo se deja absolutamente claro que “Esquerra Unida formalizará las candidaturas definitivas que someterá a la ratificación del Consejo Político Federal sin que en ningún caso éste pueda proceder a la sustitución o modificación de las mismas, conforme a las competencias estatutarias de EUPV y de IU Federal”.

La coordinadora de EUPV, Glòria Marcos, se ha felicitado por “un acuerdo que pone fin a una situación indeseada, y calla definitivamente a quienes han estado poniendo en duda la legalidad y legitimidad de los procesos democráticos de EUPV para la elección de sus candidaturas”. “Este es un buen acuerdo para los afiliados y afiliadas de Esquerra Unida, y sobre todo para nuestros votantes y la ciudadanía en general”, remarca la coordinadora.

Marcos se ha mostrado, “como siempre”, dispuesta a dialogar con la dirección federal de IU, pero “sobre la base del respeto a las decisiones soberanas y democráticas de la militancia de EUPV, que eligió las candidaturas en una Asamblea con todas las garantías, y las ratificó en un referéndum por más del 90% de los votos”. La coordinadora de EUPV avisa que esto afecta no sólo a las listas, sino también a la política de alianzas, ya que la afiliación de EUPV ha ratificado el pacto con Izquierda Republicana, y “quienes han negociado por su cuenta un acuerdo con el Bloc no tienen ninguna legitimidad ni competencia para utilizar las siglas de EUPV ni de IU”.

La coordinadora ha manifestado que “EUPV cree firmemente en el proyecto federal de Izquierda Unida, del que somos parte fundadora”, y que espera que “las cosas vuelvan a su cauce y todos unamos esfuerzos para hacer la mejor campaña electoral y conseguir los mejores resultados para el proyecto de izquierda alternativa que representan EUPV e IU”, concluye Marcos. 16 de enero de 2008 Gabinete de Prensa de EUPV.

www.eupv.org

Las direcciones de Izquierda Unida y de Esquerra Unida del País Valencià (EUPV) alcanzaron hoy (16/01/08) un acuerdo, en la vista celebrada en el juzgado de primera instancia número 7 de Valencia, por el que la federación valenciana pide el archivo de las medidas cautelares que había solicitado para la suspensión de las primarias y la organización federal acepta "tomar en consideración con carácter preferente" las listas ya aprobadas por EUPV y considerar además "no vinculante" la consulta interna convocada por la Presidencia de IU.

Ambas partes se comprometen también a "reunirse con posterioridad al objeto de aproximar posiciones", según figura en el acuerdo suscrito por ambas partes, que también establece que EUPV "formalizará las candidaturas definitivas que someterá a la ratificación del Consejo Político Federal" sin que "en ningún caso" este último órgano "pueda proceder a la sustitución o modificación de las mismas, conforme a las competencias estatutarias" de EUPV y de IU.

IU federal acepta "tomar en consideración con carácter preferente" las candidaturas aprobadas por EUPV en su Asamblea del pasado 17 de noviembre, que eligió como cabezas de lista a Antonio Montalbán, Miguel Ángel Pavón y Concha Amorós, y a no dar "carácter vinculante" al proceso de primarias que finaliza el próximo viernes y que tiene por objeto que la militancia se pronuncie también sobre las opciones de Isaura Navarro, Ana Claramonte e Ismael Vicente.

El acuerdo fue rubricado en el juzgado en presencia del coordinador de la permanente y responsable de Finanzas de IU federal, Rubén Fernández, y la coordinadora de EUPV, Glòria Marcos, y supone que ambas partes "de común acuerdo" piden el archivo de las medidas cautelares de suspensión de primarias propuestas por la federación valenciana en la demanda de protección de derechos fundamentales presentada contra la dirección federal.

La Coordinadora de EUPV, Glòria Marcos, que estuvo acompañada de los cabezas de lista, se mostró satisfecha del acuerdo alcanzado, porque, según dijo, reconoce la legitimidad de la federación valenciana para presentar las candidaturas, así como la "validez" de la Asamblea que eligió a los número uno por las tres circunscripciones. Supone, según dijo, que "en todo caso, nadie podrá sustituir la capacidad de EU de presentar las listas de EUPV".

Para el sector critico de IU y los sectores que apoyan a la federación valenciana de IU, EUPV, "este acuerdo es la prueba de la apuesta y la defensa de IU, frente a otros modelos no acordados en órgano de dirección alguno", así entienden que los esfuerzos de todo este sector de IU, en defensa de la federalidad y la democracia empiezan a dar sus frutos cuando el Consejo Político de IU ratifique las candidaturas que EUPV aprobó en su asamblea y el acuerdo de coalición con Izquierda Republicana que se refrendo la militancia el pasado día 11 de enero.

Estos sectores han mostrado su disposición a que el CPF del día 20 se a un consejo, en el que el debate político y los acuerdos sustituyan al enfrentamiento y las decisiones de formal unilateral y se cree un nuevo clima que haga posible un trabajo de campaña colectivo y de movilización de toda la militancia y de toda la organización, para ello pedirán participación en la comisión electoral y en la elaboración de las políticas para llevar adelante este proceso.

Gloria Marcos subrayó que la federación valenciana facilitará que se continúe negociando para alcanzar "el acuerdo que mejor conviene a los afiliados y, sobre todo, a la ciudadanía", pero dejó claro que considera irrenunciable que se mantengan los cabezas de listas aprobados ya por EUPV en su Asamblea.

Matizó que, en el caso de la Comunitat, "ha hablado ya la afiliación no sólo en una Asamblea, sino en un referéndum, y eso es muy difícil tirarlo hacia atrás". Marcos destacó así que defenderá "hasta el final" la soberanía y las competencias de EUPV y, sobre la posibilidad de que el Consejo Federal de IU no ratifique estas listas, señaló que "queda claro" en el acuerdo firmado hoy que será EUPV "quien vuelva a presentar una candidatura" si eso ocurre, porque "nadie puede sustituir la competencia de EU" a la hora de formalizar las listas.

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Israel asesina a diecinueve palestinos pero los medios de desinformación masiva guardan un silencio sospechoso.

¿Se imaginan ustedes que un atentado palestino hubiese causado tantos muertos?¿Se imaginan las portadas de hoy de toda la prensa internacional?¿Se imaginan a los correveidiles de la CNN, la FOX o Euronews conectando en directo? ¿Se imaginan a los sesudos analistas que llenarían diarios y programas de todo tipo para decirnos lo muy terroristas que son los palestinos? Nada de eso ha ocurrido esta vez porque los muertos son palestinos.

El ejército israelí mató ayer en Gaza a 19 palestinos, 13 de ellos del movimiento Hamás.

La incursión en Gaza, calificada de “masacre” por el presidente palestino Mahmud Abas, se produjo pese a las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos que, según planes de EE. UU., deberían desembocar en un acuerdo de paz en el 2009.

Según Hamás, entre los 13 miembros de su brazo armado muertos ayer, figura Husam A-Zahar, hijo de 24 años del dirigente fundador del grupo, Mahmud Al Zahar, y Rami Farahat, hijo de una diputada de Hamás.

Ambos fueron abatidos por impactos de balas o de proyectiles de tanque en la incursión israelí en el barrio de Al Zeitun en Gaza.

Cuatro palestinos, cuyas identidades se desconocen, también murieron y otros 50 resultaron heridos, según fuentes médicas.

El ejército israelí afirmó que la operación iba dirigida “contra las amenazas terroristas” y, según una portavoz, los militares abrieron fuego contra combatientes que se acercaban a ellos y contra un vehículo con hombres armados.

Según la vocera, los soldados de Israel los identificaron y a continuación abrieron fuego.

Por la noche, dos palestinos murieron y cuatro más sufrieron heridas por el disparo de un misil israelí en Beit Hanun, en el norte de la franja de Gaza, agregaron.

Zahar, que ya perdió a su primogénito en un ataque israelí en 2003, dijo que responderá a Israel “con el único lenguaje que entiende”, en alusión al uso de la fuerza.

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Hubo una vez, una revolución en Alemania.

Dos libros relativamente recientes nos hablan de esta revolución clave en la historia del siglo XX. El primero es La revolución alemana de 1918-1919, de Sebastián Haffner (Inédita Editores), el segundo es Rosa Luxemburgo y Leo Jogiches, de Maria Seidemann (Munich Ed), de lectura recomendada para comprender todos los desastres provocados por su frustración.

El estallido de la Primera Guerra Mundial fue una tragedia para los trabajadores. En Alemania, en agosto de 1914, el desencadenamiento del nacionalismo y del chovinismo no excluye a la socialdemocracia. El “socialchovinismo” rechazado por los internacionalistas tenía en realidad raíces bastante profundas en este partido. Su líder y principal fundador, August Bebel, autor de un magnífico libro sobre La Mujer, había mostrado el peso de la influencia “patriotera” cuando, ya en 1912 se había declarado dispuesto a tomar el fusil “para defender nuestro pueblo contra el despotismo: ruso...”. No se trata de un fenómeno aislado. Mientras que en las publicaciones del partido y en particular desde la Neue Zeit, el célebre órgano teórico dirigido por Karl Kautsky, se preconiza constantemente el internacionalismo, eso sí un poco abstracto, pero eso era muy habitual en todo el movimiento obrero. La “idea de la nación” se abre también camino en el interior del movimiento. Algunos intelectuales, agrupados en torno a la revista Sozialistische Monatshefte, obran activamente en este sentido. Sus principales representantes, Cohen-Reuss y Joseph Bloch, admiten con cierta reserva incluso la política colonial del Gobierno y critican únicamente algunos de sus “excesos”, pero en sus denuncias apuntaban más contra los británicos.

Los trabajadores se encontraban particularmente influidos por la actitud general del partido y de las organizaciones sindicales. El radicalismo totalmente formal que sigue siendo la línea oficial del movimiento y que impide que los grandes problemas de la época -la guerra, el imperialismo, el papel internacional de Alemania- puedan ser cuestionados seriamente (salvo por algunos muy raros intelectuales) permitirá que este vasto movimiento se encuentre absolutamente desarmado ante el gran cataclismo que va a trastornar a la sociedad. Los numerosos cuadros permanentes, sobre los cuales descansaba el movimiento y que son muy fieles a la organización, se hacen una idea bastante simple del mundo que les rodea: no piensan, en realidad, que la socialdemocracia, ante la hostilidad cotidinianamente reafirmada del feudalismo y de la burguesía, pueda llegar jamás a tomar las responsabilidades de gobernar.

De hecho, casi toda la literatura socialista de la época testimonia un profundo fatalismo. Los dirigentes del partido permanecen adheridos al radicalismo verbal, pero también muestran una gran comprensión frente al “reformismo” cotidiano. Ellos serán los principales artesanos del repliegue del movimiento sobre sí mismo. De un cierto aislacionismo: destinado a preservar las organizaciones socialistas y sindicales. Están preocupados por evitar un choque demasiado brutal con el orden dominante, de algo incontrolado que les exponga a una verificación de la visión vaga e idealista de la alternativa que creen representar. Ésta y no otra es su preocupación esencial. Al mismo tiempo, se conserva cuidadosamente el vocabulario radical, revolucionario. Esto explica la impresión, para los observadores de la época, de que este gran movimiento, mantenido firmemente al margen por las autoridades y denunciado como incurablemente “subversivo”, se planteaba como tarea inmediata el derrocamiento de las estructuras sociales y de la sociedad.

Cierto es que, mucho antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, el ala marxista revolucionaria de la socialdemocracia había criticado ya violentamente la política del verbalismo, había negado que “el período tranquilo” pudiese prolongarse eternamente. Dicha corriente revolucionaria que se inspira, a veces, en las enseñanzas de la revolución rusa de 1905 y en los enormes movimientos huelguísticos de la época, y se expresa en dos libros clásicos de Rosa Luxemburgo, Reforma o revolución, y Huelga de masas, partidos y sindicatos. La dificultad radica en que, al querer definir de manera más precisa su proyecto revolucionario, a una dificultad considerable: la de que la sociedad alemana, con todo y ser retrógrada en sus estructuras políticas, en su comportamiento respecto a las fuerzas obreras crecientes, está fuertemente marcada por el extraordinario crecimiento de las fuerzas productivas, por el fantástico desarrollo de la industria, que proporciona innegables posibilidades de promoción a la clase trabajadora.

La pregunta es, ¿cómo, en estas condiciones, elaborar un proyecto socialista que se adapte a estas estructuras, y cómo no sucumbir a la tentación de un revolucionarismo puramente verbal? A esta dificultad objetiva se encuentra constantemente enfrentada el ala izquierda del partido, obligada, a lo largo de su tentativa, a admitir su impotencia, ya que el movimiento es “reformista” en sus profundidades, dispuesto a disolver la contrasociedad que él forma ya unirse al mundo exterior, es decir, a la sociedad tal como es, a condición de que se pueda arreglarla e introducir el bienestar y la democracia política. El fracaso del ala izquierda del movimiento se explica por esta contradicción entre la voluntad revolucionaria de una minoría débilmente anclada en la socialdemocracia y la realidad reformista.

Aunque derrotado en los debates teóricos, el curso de los acontecimientos demostrará que, al contrario que la izquierda, el “revisionismo” está situado en “el sentido de la historia”. Su creciente implantación se explica, en lo esencial, la evolución ulterior del movimiento socialista en Alemania: la adhesión a la guerra, expresión a la vez del deseo de formar cuerpo con la nación y de la esperanza -o ilusión de aprovecharse de ello en el plano político y social, despeja el camino para el reformismo, e inaugura al mismo tiempo la política de la “paz cívica”; es más, el revisionismo práctico ha acabado desbordando al propio Eduard Bernstein, profundamente pacifista, debería desaprobar por razones morales la orientación de los dirigentes del partido como expresión moderada de ciertos socialistas, poco numerosos al principio, que adoptaron la misma de oposición pasiva. Ni hubo, como lo creyeron, en especial Lenin que tenía el referente alemán como intachable hasta 1914, una ruptura radical con la tradición. Hubo una ruptura en la situación, y una continuidad en los métodos. La guerra no hizo sino revelar más claramente la verdadera orientación del movimiento socialista.

Todavía, a principios de la Primera Guerra Mundial, los socialdemócratas alemanes estaban desorientados. Ciertamente, durante los años que precedieron al cataclismo, habían levantado su voz para estigmatizar el “lenguaje fuerte” de Guillermo II y para denunciar a los ilusos que pensaban que se iba una “guerra fresca y alegre”. Al igual que los representantes de otros partidos de la Internacional Socialista, los socialistas germanos habían prestado toda clase de juramentos por la paz. En todos sus papeles y discursos afirmaban que se opondrían a la guerra con todas sus fuerzas. Incluso llegarían hasta desencadenar una huelga general para impedir la “matanza general”. En Basilea, en 1912, con ocasión de una conferencia internacional de los partidos socialistas, habían unido sus voces a las de sus camaradas extranjeros en este sentido, y nadie lo dudó. Pero la historia no fue así. A la hora de la verdad de agosto de 1914, cuando los acontecimientos se precipitaron de forma trágica y sorprendente, se puso en evidencia que no existía identidad entre el concepto teórico y la realidad profunda del movimiento. Su mayoría mostró su tendencia irresistible hacia la integración.

El viejo internacionalismo verbal que predicaba el entendimiento entre los pueblos, la paz entre los países, el que denunció las tendencias militaristas y los preparativos de una guerra de anexión, busca su acomodo entre el torrente monárquico-patriotero. Salvo la minoría internacionalista, la sociedad de los trabajadores socialistas no se había preparado por contrarrestar la oleada bárbara que se desencadenó sobre el país. No supo como oponerse a esta corriente nacional que acabó sumergiendo a todas las clases, a darla la primacía a los “héroes”, y causar el éxtasis de la intelligentzia, como sería el caso distinguido del sociólogo Max Weber que habló “de esta maravillosa guerra”, y del mismísimo Thomas Mann que proclamó que ya no admitiría más que los “valores alemanes”. Luego, no todos se arrepintieron como el autor de Los Bundebroock.

Los socialdemócratas y los sindicalistas establecidos, así como la mayoría de las asociaciones obreras, con algunas excepciones, se sintieron identificados con el discurso de su portavoz que declaró en los primeros días en los que se lamenta que las negociaciones no hayan resultado, para situar la responsabilidad en el enemigo, y acabar hablando de un pueblo que dará su sangre en la lucha por la libertad. Es más, cuando tienen lugar la proclamación en favor de la Unión Sagrada, les llega un sentimiento que antes no tuvo ocasión de manifestarse tan claramente: “Por fin el régimen se decide a reconocer a nuestro movimiento como a un interlocutor válido», exclama un diputado socialista.

El canciller Bethmann-Hollweg se declaró feliz por la “evolución de la socialdemocracia”, y no dejó de traslucir su satisfacción. Explicó que contrariamente a lo que se ha dicho, la socialdemocracia no había establecido ningún “pacto”, secreto o no, con el Gobierno. No ofreció su apoyo al esfuerzo de guerra para obtener a cambio la promesa de la creación de “una Alemania más social y más democrática”. Pura y simplemente, la mayoría del movimiento obrero alemán, anteriormente rechazado por la jerarquizada sociedad bismarckiana, considerado como un cuerpo extraño por un régimen dominado socialmente por los industriales, por los Junker y las antiguas castas aristocráticas, se aferró ávidamente a la “oportunidad” que les daba la Historia, de escapar a la marginación política y de formar parte de la patria.

Este fue el espíritu con que Ebert, Scheidedemann y Legien, jefes del partido socialista y de los sindicatos, actuaron en 1914, y lo seguirían haciendo después. Habían cruzado el Rubicón en un camino opuesto al del socialismo y la libertad, y se sintieron respaldados por la gran mayoría de la clase obrera y de sus adheridos. De todos los diputados del Reichstag, solamente los jóvenes Karl Liebknecht y Otto Rühle, votaron en contra de los créditos de guerra. La calle estaba literalmente ocupada por la corriente nacional-imperialista. Los internacionalistas fueron apartados como “lunático”, como un “cuerpo extraño”. Esta minoría persistió, sin conservar otros apoyos que los del ala radical del movimiento, enraizada esencialmente en Berlín, en Bremen, en varias ciudades de Sajonia, y sobre todo en Leipzig. Se había impuesto la “comunidad nacional”, cuyo elogio hicieron todos los representantes del Gobierno imperial, los portavoces de todos los partidos, incluyendo ahora el socialdemócrata. Semejante unanimidad llevó al emperador Guillermo II a proclamar: “No conozco a los partidos, conozco sólo alemanes".

Obviamente, para Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg, esta actitud de los dirigentes socialistas no podía dejar de aparecer como la expresión de una traición respecto a los ideales del socialismo, respecto a la doctrina enseñada a lo largo de todos los años que habían precedido a la guerra. Pero la gran masa de la clase obrera hizo indiscutiblemente causa común con sus dirigentes, otra cosa es que esto no les justifica de ninguna manera. Para los trabajadores menos conscientes, rechazar el orden existente es una cosa, pero tener que hacer además con los líderes que hasta el momento habían estado con ellos, resulta doblemente arduo. Está claro que el concepto de “traidores” resulta insuficiente, no contribuye a la explicación del porqué ya que el “socialchovinismo” se situaba en todos los niveles, incluyendo a los socialistas de los demás países. En realidad, la actitud patriótica de la población obrera, reflejo de su deseo profundo de ser «admitida" en el seno de la nación y de ser librada de su aislamiento moral, tan difícil de soportar, fue, al comienzo de la “Gran Guerra”, la expresión más profunda de la mentalidad dominante en un movimiento más atraído por los cambios parciales que por una nueva sociedad.

Pero ahora venía otra pregunta, si se trataba de mejores parciales, ¿en qué la guerra y la Unión Sagrada iban a permitir dichas mejoras, las reformas sociales y políticas que hasta la derecha repetía?. Salvo los más lúcidos, todo indica que para la mayoría de los líderes socialistas y burócratas sindicales, dichas reformas tendrían que llegar. La guerra, que ellos no habían querido, pero que había aceptado hasta el extremo de convertirse muchos de ellos en voluntarios entusiastas, tenía que ser para mejorar la situación social, aunque no se planteaban el precio. Seguían pensando que todo llegaría gradualmente, ni imaginaban todo lo que estaba por llegar.

La guerra y sus desastres trajeron la revolución. Esta tuvo lugar la semana del 4 al 10 de noviembre de 1918. El estallido revolucionario alemán, protagonizado por miles de trabajadores y soldados, supuso de entrada el derrocamiento coyuntural de la antigua autoridad y su sustitución. Alemania pasó de una dictadura militar a una república de consejos de trabajadores y soldados, como elementos -todavía embrionarios, sin un proyecto común como habían sido los soviets en Rusia- de un nuevo orden. Esa revolución, según Haffner, no fue en primera instancia ni socialista, ni comunista, aunque ambos partidos estaban en todas partes. Fue inicialmente republicana y pacifista y, sobre todo, antimilitarista, los soldados rusos y alemanes confraternizaron en muchos frentes. Alemania estaba perdiendo la guerra y las ilusiones del verano de 1914 habían dejado paso a un profundo pesimismo. Los nuevos órganos de gobierno y dirección no eran ni espartakistas ni bolcheviques, no lo podían ser, el partido de la revolución estaba muy por debajo de las circunstancias. El papel central lo jugaron los que inicialmente estaban en mejores condiciones para hacerlo: los socialdemócratas. Los mismos que habían apoyado el esfuerzo de guerra.

Medio año después, la revolución, cuyo objeto principal había sido terminar con la guerra y derrocar al poder militar ya la monarquía (lo que significaba, de paso, el arrumbamiento de las clases dirigentes), se había quedado a mitad de camino, sus líderes más reconocidos, Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht y Leo Jogiches, habían sido asesinados por tropas comandadas por el “socialista” gustav Noske. No lo hicieron en nombre del pasado, hablaban de una revolución, otra revolución, la intermedia, la que traería la paz y la concordia. Lo que sí trajo fue una "ola de derechas" que llevaría a ese país primero a la República de Weimar, y un poco más adelante al III Reich.

El historiador alemán Sebastián Haffner -cuya obra Historia de un alemán fue un éxito impresionante de ventas en su país- explica en su historia de la revolución que ésta, más que vencida, la revolución fue traicionada, no fue otra cosa lo que clamaron espartakistas y anarquistas en su momento. A la pregunta de ¿por quién?, La respuesta es elemental: por los dirigentes del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), a cuyo frente estaba Friedrich Ebert y el sanguinario Noske que, según el autor, hubiera estado mejor alistado en las filas del nacionalsocialismo que en las de la socialdemocracia. Los mismos que se habían apuntado a la “integración” cuando las calles estaban llenas de patriotas, lo volvieron a hacer cuando las calles estaban llenas de trabajadores en armas. Pero su lenguaje era ahora diferente, ahora la “integración” pasaba por la promesa de una “república socialmente avanzada”, un recurso que el estalinismo emplearía años más tarde para contrarrestar la revolución española.

La historia es conocida por los que nos hemos formado en las lecturas de la historia social, pero seguro que ya no lo es tanto. El “socialista” Ebert dijo que odiaba a la revolución "como al pecado", refiriéndose a la revolución socialista, la misma que teóricamente defendían los programas y los estatutos de su partido, y de la que se hablaba en los mítines en los “barrios rojos”. Pero esa revolución era todavía precipitada, significaba romper con las normas sociales liberales, y con la intención de encauzarla hacia la nada, lo que los dirigentes de la socialdemocracia prometieron hasta el último minuto fue para ellos un asunto que había que dejar “para mañana o pasado mañana”. De momento había que consolidar la democracia, por lo que la revolución nunca estaba en el orden del día. Cuando los obreros preguntaban, respondían que la revolución "llegaría" en algún momento; no era algo que se improvisaba. Había una primera etapa de consolidación democrática, la revolución llegaría en la etapa siguiente.

Cuando llegó no la reconocieron. Esta no es. Ante la incomodidad de la dirección del SPD, Ebert tomo partido de forma visible por el bando de la restauración del orden, aunque este orden significara el asesinato de Rosa, Karl y Leo, unos “excesos inevitables” según los actuales historiadores instalados, nos lo explicaba el amigo Rainer Torsstorff en las jornadas de la fundación Andreu Nin sobre los hechos de mayo, tan familiares. Ebert y sus amigos querían salvar exactamente lo que la revolución pretendía destruir: el antiguo Estado y la antigua sociedad, y se pusieron al frente de la vía “intermedia” con el apoyo de los Junkers y de la vieja sociedad que había perdido la iniciativa, y que no tardaría en recuperarla. En dicha recuperación no se detuvieron hasta que auspiciaron el ascenso del nazismo. En ese tramo trágico la socialdemocracia jugó la carta “constructiva” y “legal” hasta el final, hasta el extremo de votar a favor de los plenos poderes que Hinderburg decidió otorgar a Hitler. Este encabezaba un partido minoritario, nada comparable a lo que podía haber sido una coalición socialista-comunista, pero estos últimos -siguiendo los criterios de Stalin- habían optado con hacer antes la guerra a la socialdemocracia. Lo demás ya se sabe, o se debería saber.

Con su libro, Haffner ha tratado de combatir tres leyendas sobre un acontecimiento histórico que se ha tergiversado. En primer lugar hubo una auténtica revolución, la hubo y, como hemos descrito, la sofocaron Ebert y la dirección socialdemócrata. La segunda leyenda señala que lo ocurrido en 1918 no fue la revolución proclamada en los cincuenta años anteriores por la socialdemocracia, sino una revolución bolchevique, una leyenda fraguada por la historiografía socialdemócrata y retomada oportunistamente por el comunismo oficial para atribuirse una gloria que no les correspondía; mediaba un abismo entre los comunistas de principios de los años veinte con el que llevará a cabo la política del socialfascismo. Los primeros tenían el habito de los debates y la confrontación de las tendencias, los otros se habían alineado con el “marismo-leninismo” codificado por los “profesores rojos” al servicio de Stalin.

Las mejores páginas del libro de Haffner son las destinadas a analizar el papel secundario de mitos como Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo y Leo Jogiches, sobre los que el libro de Maria Seideman ofrece un retrato fehaciente y emocionante. En ellas describen la ignominia de su asesinato, y sus dificultades para encabezar el proceso revolucionario. El partido de las tres L (Luxemburgo, Liebknecht, Lenin), contaba con los mayores símbolos de una revolución que les había cogido sin tiempo para estar a la altura de las circunstancias. Este atraso es un factor inexcusable para situarse en los debates sobre el “leninismo” y el “luxemburguismo”, debate que normalmente se desplaza hacia las normas organizativas, así lo hace por ejemplo el Daniel Guerin luxemburguista.

La tercera leyenda según Haffner fue que la revolución tuvo la culpa de que Alemania perdiese la guerra y que apuñaló por la espalda al victorioso Ejército que luchaba en el frente; nada más incierto. La guerra ya estaba perdida cuando estalló la primera revuelta en Kiel, esta leyenda sin embargo fue uno de los grandes argumentos del nazismo La gran paradoja fue que los socialpatriotas, que todavía gozaban del apoyo de la mayoría de la clase obrera organizada, tuvieron que administrar con lealtad “a las instituciones” la derrota de un ejército en el que los soldados ya no creían en sus oficiales. Cuando en 1920 se firma el Tratado de Versalles y la "ola de derechas" se ha instalado en la sociedad alemana, los socialdemócratas acabarían siendo acusados de traición por la burguesía contrarrevolucionaria a la que habían salvado de la revolución.

Recuerdo que hace años, Salvador Giner declaraba que sí había una corriente política “inocente” de los grandes crímenes del siglo XX, esa era la socialdemocracia. Obviamente, se olvidaba de la “Gran Guerra” y del socialimperialismo, de cuando empezó todo. Fueron los principales responsables del aislamiento de la revolución rusa, o sea del primer factor generador del estalinismo, y encauzaron hacia la derrota unos procesos revolucionarios -el de los consejos obreros en Alemania, Hungría e Italia-, que no acabaron en sistemas democráticos consolidados sino que, por el contrario, abrieron el camino al nazi-fascismo.


El asesinato de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht

La Rosa roja ahora también ha desaparecido./Dónde se encuentra es desconocido./Porque ella a los pobres la verdad ha dicho/Los ricos del mundo la han extinguido. (Bertold Brecht)

La noche del 15 de enero de 1919 en Berlín, fue detenida Rosa Luxemburgo: una mujer indefensa con cabellos grises, demacrada y exhausta. Una mujer mayor, que aparentaba mucho más de los 48 años que tenía.

Uno de los soldados que la rodeaban, le obligó a seguir a empujones, y la multitud burlona y llena de odio que se agolpaba en el vestíbulo del Hotel Eden le saludó con insultos. Ella alzó su frente ante la multitud y miró a los soldados y a los huéspedes del hotel que se mofaban de ella con sus ojos negros y orgullosos. Y aquellos hombres en sus uniformes desiguales, soldados de la nueva unidad de las tropas de asalto, se sintieron ofendidos por la mirada desdeñosa y casi compasiva de Rosa Luxemburgo, "la rosa roja", "la judía".

Le insultaron: "Rosita, ahí viene la vieja puta". Ellos odiaban todo lo que esta mujer había representado en Alemania durante dos décadas: la firme creencia en la idea del socialismo, el feminismo, el antimilitarismo y la oposición a la guerra, que ellos habían perdido en noviembre de 1918. En los días previos los soldados habían aplastado el levantamiento de trabajadores en Berlín. Ahora ellos eran los amos. Y Rosa les había desafiado en su último artículo:

«¡El orden reina en Berlín! ¡Ah! ¡Estúpidos e insensatos verdugos! No os dais cuenta de que vuestro orden está levantado sobre arena. La revolución se erguirá mañana con su victoria y el terror asomará en vuestros rostros al oírle anunciar con todas sus trompetas: ¡Yo fui, yo soy, yo seré!».

La empujaron y golpearon. Rosa se levantó. Para entonces casi habían alcanzado la puerta trasera del hotel. Fuera esperaba un coche lleno de soldados, quienes, según le habían comunicado, la conducirían a la prisión. Pero uno de los soldados se fue hacia ella levantando su arma y le golpeó en la cabeza con la culata. Ella cayó al suelo. El soldado le propinó un segundo golpe en la sien.

El hombre se llamaba Runge. El rostro de Rosa Luxemburgo chorreaba sangre. Runge obedecía órdenes cuando golpeó a Rosa Luxemburgo. Poco antes él había derribado a Karl Liebknecht con la culata de su fusil. También a él le habían arrastrado por el vestíbulo del Hotel Eden.

Los soldados levantaron el cuerpo de Rosa. La sangre brotaba de su boca y nariz. La llevaron al vehículo. Sentaron a Rosa entre los dos soldados en el asiento de atrás. Hacía poco que el coche había arrancado cuando le dispararon un tiro a quemarropa. Se pudo escuchar en el hotel.

La noche del 15 de enero de 1919 los hombres del cuerpo de asalto asesinaron a Rosa Luxemburgo. Arrojaron su cadáver desde un puente al canal. Al día siguiente todo Berlín sabía ya que la mujer que en los últimos veinte años había desafiado a todos los poderosos y que había cautivado a los asistentes de innumerables asambleas, estaba muerta. Mientras se buscaba su cadáver, un Bertold Brecht de 21 años escribía:

La Rosa roja ahora también ha desaparecido.
Dónde se encuentra es desconocido.
Porque ella a los pobres la verdad ha dicho
Los ricos del mundo la han extinguido.

Pocos meses después, el 31 de mayo de 1919, se encontró el cuerpo de una mujer junto a una esclusa del canal. Se podía reconocer los guantes de Rosa Luxemburgo, parte de su vestido, un pendiente de oro. Pero la cara era irreconocible, ya que el cuerpo hacía tiempo que estaba podrido. Fue identificada y se le enterró el 13 de junio.

En el año 1962, 43 años después de su muerte, el Gobierno Federal alemán declaró que su asesinato había sido una "ejecución acorde con la ley marcial". Hace sólo nueve años que una investigación oficial concluyó que las tropas de asalto, que habían recibido órdenes y dinero de los gobernantes socialdemócratas, fueron los autores materiales de su muerte y la de Karl Liebknecht.

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Juicio penal contra el joven que sustituyó la bandera nacional por la republicana en un edificio oficial.

D´Urgell se sentará este viernes en el banquillo de los acusados tras sustituir la bandera nacional por otra republicana en un edificio público de la capital, durante la manifestación que se celebró el 14 de mayo de 2006 con el lema ‘Contra la Precariedad Laboral y por una Vivienda Digna’.

El Juzgado de lo Penal número 5 de Madrid tenía previsto celebrar el juicio el pasado 4 de octubre, pero dos días antes la letrada del acusado renunció a su defensa, alegando haber recibido fuertes presiones en su entorno profesional. Su precipitada renuncia obligó a suspender la vista oral del juicio.

La fiscalía solicita un año de cárcel

D'Urgell enfrenta una petición fiscal de un año de cárcel y el pago de una multa de 4.000 euros por los delitos de ‘ultraje a España' y ‘desórdenes públicos'.

Los hechos se produjeron cuando d'Urgell escaló la fachada de los Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo, ubicados en la Gran Vía de Madrid, e instaló una bandera republicana en el mástil donde se encontraba la bandera nacional. Tras ello, fue detenido por varios agentes del Cuerpo Nacional de Policía y tras permanecer detenido por espacio de 27 horas, fue puesto en libertad con cargos.

«Una acusación ficticia y otra de carácter político»

En declaraciones a la prensa en octubre de 2007, d'Urgell mostró su confianza en la Justicia, al asegurar que contra él se siguen «dos acusaciones: una por ‘desórdenes públicos', basada exclusivamente en declaraciones fabuladas por los policías de paisano que le detuvieron; y otra de ‘ultraje a España', de naturaleza política, y por tanto extemporánea a la luz de la doctrina penal en los países desarrollados».

En cuanto a la motivación para el cambio de la bandera en un edificio público, a preguntas de la prensa, d'Urgell declaró que «existe una clara relación entre la elevada tasa de precariedad laboral, el imparable aumento de los precios -sobretodo en el sector de la vivienda- y una forma de gobierno que no es plenamente representativa».

D'Urgell: «votar está despenalizado porque no sirve para nada»

«Que no se nos tenga en cuenta no es la causa, sino un síntoma: se nos roba durante toda la vida y se nos despide cada poco tiempo, porque sencillamente: no importamos», «Cada cuatro años, la ciudadanía asiste a esta simulación democrática por la que se nos concede el ejercicio del voto, permitiéndonos en realidad elegir entre los preelegidos -verdaderos comisarios políticos del capital-, sometidos a una estructura de poder tan firme, que ni siquiera siente la necesidad de disimular aspectos tan obscenos como el de estar encabezada por un militar no electo, vitalicio y hereditario, designado arbitrariamente por un genocida que traicionó su juramento de lealtad a las instituciones democráticas de su país... un país que no era suyo, sino de todos».

D'Urgell afirmó que «no hay separación de poderes, el único poder que cuenta es el de los intereses económicos, frente al que los trabajadores permanecemos indefensos», «(...) todavía hoy se secuestran publicaciones; se cierran partidos políticos; se ignoran derechos colectivos e individuales; se maltrata a detenidos; se procesa a personas acusándolas de haber quemado una hoja de papel (...) nuestro Estado participa en guerras de agresión; comercia con armas prohibidas y pretende ocultar buena parte de nuestra Historia común... todo ello supone una vulneración de las más elementales garantías democráticas que debemos poner de manifiesto y una buena forma de hacerlo es a través de actos pacíficos, sencillos pero llenos de simbolismo, como el cambio de la bandera».

En su opinión «España no debería preocuparse por el color de las telas que decoran el exterior de sus edificios públicos, sino por algo cada vez más evidente: en esta parte del mundo, las garantías propias de un Estado de Derecho no pasan de ser una mera ilusión», «la normalidad democrática en España todavía se percibe como una especie de utopía inalcanzable», «pero un país no son los colores de una tela, sino el bienestar y el respeto a la voluntad de su ciudadanía.», «(...) la naturaleza militar y antidemocrática de nuestra jefatura de Estado no representa un detalle aislado, sino la prueba palpable de que, desde hace 70 años ininterrumpidos, se viene gobernando de espaldas al pueblo».

Según d'Urgell, su intención no era la de menoscabar el honor o la dignidad de España, sino la de «otorgar el uso natural de los símbolos: comunicar ideas», en este caso, la necesidad de «introducir cambios estructurales que faciliten el acceso de los trabajadores al ejercicio de los derechos constitucionales de un puesto de trabajo y una vivienda digna», «Lo que hice con la bandera no fue un cambio, sino un restitución: arrié la rebelde, la enseña de quienes presencian desfiles disfrazados de militar, e icé la legítima, aprobada por unas Cortes Constituyentes que no eran herederas del odio, la vergüenza o el miedo».

Concluyó negando ser un ‘joven radical antisistema' como se le ha tildado en algunos medios y reivindicando su carácter de «trabajador en apuros, consciente de su ciudadanía y decidido a no resignarse hasta vencer», afirmación de la que se desprende el propósito de reincidir.

La vista oral del juicio se celebrará este viernes, 18 de enero de 2008, a mediodía, en el Juzgado número 5 de lo penal, en Madrid.

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