miércoles, 16 de enero de 2008

La persecución a la prensa en Iraq alcanza a los autores de blogs.

...por Miguel Angel de Lucas

En diciembre, el tiroteo contra un periodista iraquí se convertía en la mayor agresión contra el autor de un blog, pero en Iraq también se han vivido otras presiones contra estos diarios por internet.

Ali Shafeya Al Moussawi, autor del blog aliveinbaghdad.org (con vida en Bagdad) no volverá a actualizar su bitácora. El 17 de diciembre era asesinado en su domicilio de la capital iraquí. Según afirman sus vecinos, efectivos de la Guardia Nacional Iraquí entraron en su casa por la fuerza y le acribillaron. En el cuerpo se encontraron 31 impactos de bala. Su caso supone el último asesinato de un periodista en un escenario que ha sido definido como el “mayor cementerio histórico de periodistas”. Desde el inicio de la guerra en marzo de 2003, en el país árabe han muerto cerca de 170 periodistas o colaboradores de medios. Este número no sólo supera al número de informadores muertos en la II Guerra Mundial, también supone una cantidad mayor a la de dos décadas de guerra en Vietnam o de los conflictos de los Balcanes en los ‘90. Muchas víctimas no han sido accidentales.

Según denuncia la Federación Internacional de Periodistas, en Iraq las tropas angloamericanas han considerado blancos legítimos a los medios árabes que rompían el discurso homogéneo. Y no sólo árabes. Como demostró el asesinato del cámara de Telecinco José Couso, también periodistas occidentales fueron objetivo militar.

En Iraq, los blogs parecían exentos de estos riesgos. El asesinato de Al Moussawi marca un paso más en la persecución de los medios por internet. De hecho, a lo largo de 2007 algunos blogs de referencia sobre Iraq han tenido que despedirse. ‘Bagdad en Llamas’, escrito por una iraquí de 24 años, que bajo el seudónimo de Riverbend describía la vida corriente en las calles de la capital, continúa publicándose, pero el pasado julio, su autora abandonaba Iraq junto a su familia por la insostenible situación del país.

En el mes de mayo, el Pentágono invocó motivos de seguridad para restringir las bitácoras elaboradas por soldados donde contaban su experiencia personal sobre la guerra. El Departamento de Defensa esgrimió además motivos como el ancho de banda que consumen las webs de vídeos, fotos o blogs.

La guerra de los blogs

Sobre estas restricciones advertía a principios de 2007 Dahr Jamail, periodista independiente que durante ocho meses informó desde Iraq en su blog. Ante una pregunta de este periódico sobre si creía que los gobiernos tomarían medidas contra los blogs, Jamail no mostraba dudas: “Internet ha tenido un enorme impacto en el periodismo porque a través de los blogs surge una oportunidad de actuar como un control auxiliar. En ocasiones, también han forzado a los medios de masas a cubrir historias que de otro modo habrían sido censuradas o ignoradas. Lo más probable es que, en breve, los gobiernos comiencen a ahogar el fenómeno de internet. De hecho, esto está comenzando a pasar en EE UU”.

En una guerra en la que el periodista ‘empotrado’ (que pasa sus días enrolado junto a las tropas de combate) fue la figura predominante entre los corresponsales, los blogs fueron vistos en principio como un contrapeso. No es de extrañar que las bitácoras, capaces de poner en contacto a una persona con audiencias potencialmente masivas y, sobre todo, carentes de la red de filtros de edición de los medios, vivieran en Iraq su bautismo como fuente que tener en cuenta. Fue en los meses previos al ataque cuando el blog de Salam Pax, seudónimo de un misterioso ingeniero iraquí de 29 años, comenzó a recibir millones de visitas. Era el primer cronista de la red. Después siguieron otros muchos: civiles iraquíes, periodistas, analistas, diplomáticos o incluso soldados estadounidenses.

La información varía enormemente desde el punto de vista ideológico según qué blog se lea. Aun así, estos nuevos medios han permitido, cuando menos, tener acceso a una información diferente. Como escribió la revista Foreign Policy: si la guerra del Golfo dio a conocer al mundo el llamado efecto CNN, la guerra de Iraq supuso “la puesta de largo de los blogs”. Las noticias e imágenes que circulan por internet, junto a la presencia de actores informativos como Al Yazira, han permitido que se tenga una visión del conflicto muy distinta a la ofrecida en 1991, cuando la hegemonía exclusiva de la CNN convirtió la intervención bélica en una guerra sin imágenes de víctimas, dominada por una estética de videojuego. En la actual guerra los símbolos son otros: van desde las fotos de torturas en Abú Ghraib, pasando por el tiroteo a quemarropa sobre un iraquí en Faluya o la muerte en la horca de Sadam Husein, grabada en un móvil y colgada en la red.

Desde el punto de vista académico, algunos teóricos han visto la irrupción de estas informaciones abiertamente críticas como un ejemplo de “crisis de control tecnológico”, un efecto producido por el desfase de tiempo entre la aparición de una nueva tecnología y la capacidad de asimilarla. Un fenómeno similar a lo ocurrido en Vietnam, con la llegada de la TV en el frente. Ahora se intenta poner freno a los blogs, algo que no deja de ser irónico, sobre todo si se tiene en cuenta que la red fue una creación del Pentágono.

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