lunes, 24 de diciembre de 2007

Cortylandia es napalm.

El pasado jueves 20 de diciembre, un grupo de personas llevaron a cabo una acción en uno de los centros neurálgicos del consumismo navideño, El Corte Inglés, y efectuaron su plan introduciendose entre el gentío atónito ante uno de los más llamativos espectáculos de estas fechas, el mísero escaparate ludico navideño: Cortylandia.

A pesar de la lluvia, varios centenares de personas se agolpaban viendo a los populares y rídiculos muñecos cantar el tema navideño que hace honor a esos grandes almacenes.Todo de cara a los más pequeños,desde los primeros años, y todo al disfrute del consumidor satifecho.

Muchos de ellos llevaban ya sus bolsas de regalos, otros esperaban a que terminase el espectáculo para comenzar sus compras. Mientras los autómatas cantaban su canción y aquellos que a menudo se comportan como tales los contemplaban absortos, emprendimos nuestra acción, consistente en repartir gratuitamente entre los presentes un CD de villancicos muy especial: Sólo contenía un villancico que, tras un minuto, se interrumpía para dar paso a la voz de una compañera que leía un comunicado, "Cortylandia es Napalm".

Varias decenas de personas se fueron a su casa felices, con su CD de regalo. Esperemos que estas Navidades, cuando se dispongan a escucharlo en familia,a más de uno se le traganten los deliciosos polvorones.Pensarán quizá que hemos usurpado la rutina habitual de cada año y el dulce ambiente mononucleósico familiar. Así es.Nuestro mensaje no es nuevo, no diremos nada que no haya sido dicho con anterioridad, mas justamente, ante el escenario del engaño, nuestro pesar toma aliento y escojemos las formas en que podamos ser escuchados para introducirnos en sus hogares, romper la hipocresía, exponer aquello que es raíz de todo cuanto nos es brutalmente dañino y bien lo saben y aun así no admiten, pues ya sabemos que la aceptación es transitoriamente dolorosa...

Es probable , pues no somos optimistas, que esto no vaya a cambiar nada. Escucharán atónitos y después seguirán cenando como si nada. Pero quizá algún tímido oído ande despierto esa noche y al ensancharse quiera decirle a los ojos que observen y a la mente que pregunte y averigüe...

Hoy nada puede ser tan facilmente alegre y despreocupado y ansiamos que lo sepan.

Cortilandia,La Sociedad de la Abundancia, es napalm y algún día la lluvia llegará también hasta sus hogares y no podrán refugiarse en ningún lugar.

Texto del comunicado:

Cortylandia es napalm

Queridos amiguitos, un año más la magia y la ilusión de la navidad llegan a vuestros hogares. Mirad que decorado hemos preparado este año para ti y los tuyos. Observad las luces y los anuncios. Observad las tiendas y esas grandes cenas de navidad. Observad vuestros excesos. Observadlos bien, porque la civilización que promueve el cartón piedra del alegre Cortilandia es la misma que arroja bombas sobre Irak y Afganistan.

Cortylandia es napalm.

"En cada regalo un poco más de navidad", dice el anuncio que preside la entrada de El Corte Inglés. Nunca un lema había sido tan acertado. El Corte Inglés es el espíritu de la navidad: en una mano la solidaridad, en la otra la muerte en el tercer y en el primer mundo. Mano de hierro, guante de seda. El Corte Inglés es la barbarie. El Corte Inglés es el
auténtico eje del mal.

Cortylandia es napalm.

Todo este escandaloso derroche persigue crear una realidad falsa que sustituya la aventura por el final feliz a lo Walt Disney, la rebeldía por una revista de tendencias y la comunicación por un cartel publicitario que germina en una filosofía particularmente fría.

Cortylandia es napalm.

Niños, niños, desobedeced a vuestros padres. Gritad, reid, bailad, arrancad las páginas de vuestros libros de texto y nunca, nunca dejéis de haceros preguntas. La sonrisa de Santa Claus es "el último grito". Mundo muerto. Se burlan de ti. Los Reyes son los padres. Todo esto debe ser destruido y, con ello, el aburrido "rasca y gana" que es este sistema.

Cortylandia es napalm.

Es probable que sólo queden un puñado de generaciones para el fin, y no nos referimos al móvil de tercera o cuarta generación que le has pedido a Santa Claus. La sociedad terrorista se ha impuesto, no con la fuerza de las armas sino con las de la propaganda. Cuando el diálogo se convierte en
propaganda la miseria es la dueña del mundo. La propaganda es el arma de destrucción masiva del nuevo milenio. El Corte Inglés es propaganda.

Cortylandia es napalm.

Ya no existen zonas neutrales. El estado de excepción es la norma. El mundo, de norte a sur y de este a oeste, vive en guerra permanente. Lo que ocurre aquí, en esta ciudad de mierda satélite del capitalismo salvaje, afecta a la totalidad. Nada está aislado.

Cortylandia es napalm

La mercancía lo gobierna todo. Pórtate bien y así serás premiado con un coche nuevo, una nevera nueva, un cuerpo nuevo, si no… ¿a quién le venderíamos la navidad?

Cortylandia es napalm y nosotros sus inversores.

Saludos a aquellos que, en este frio invierno, se están quemando los dedos.

Saludos y muchos ánimos a nuestros compañeros presos.

Saludos y todo nuestro apoyo a la chusma de los suburbios franceses que ha sido capaz de destruir toda esperanza de vivir unas tranquilas y rutinarias navidades.

Saludos y coraje para los resistentes de los poblados de los alrededores de Madrid que demostraron que la solidaridad aún sigue viva.

Saludos y fuerza a los vampiros y a los trabajadores de la noche.

Viva el gesto de aquella persona que tuvo la osadia de mear en el interior del retrete de Duchamp.

Vivan los salvajes.

¡Cortylandia es napalm!

(AUDIO)

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