“África rechaza los EPA”, dijo Abdulaye Wade, presidente de Senegal, durante la Cumbre UE-África que tuvo lugar en Lisboa el 8 y 9 de diciembre, en referencia a los acuerdos de libre comercio que la UE quiere firmar con sus 77 antiguas colonias de África, Caribe y Pacífico (ACP) antes del 1 de enero de 2008. En esta fecha finaliza el plazo dado por la OMC para que los Acuerdos de Cotonú, que daban un acceso preferencial de las mercancías de los ACP a los mercados europeos, sean sustituidos por acuerdos de reciprocidad. Una reciprocidad que a nivel económico no se cumple, pues la UE multiplica por 30 el PIB de los países ACP.
Aunque Senegal y Sudáfrica, que encabezan el rechazo a los EPA, no lograron durante la cumbre una declaración conjunta contra unos acuerdos que, de ser aprobados, liberalizarán más del 90% del comercio entre Europa y los países ACP en los próximos 15 años, su postura es un reflejo de las reticencias de numerosos países en vías de desarrollo a firmar unos tratados que pueden tener consecuencias devastadoras sobre sus economías al obligarlos a eliminar sus tarifas arancelarias y a abrir sus mercados a unos productos europeos fuertemente subvencionados [ver DIAGONAL nº 63].
EPA transitorios
Ante estas reticencias y vista la imposibilidad de llegar a firmar los EPA en la fecha prevista, la Comisión adoptó una nueva táctica a finales de octubre, aprobada el 20 de noviembre por el Consejo de la UE, que se concreta en unos EPA en dos fases: la firma, en una primera fase antes del 1 de enero, de unos ‘acuerdos transitorios’ sobre el intercambio de bienes; y una segunda fase obligatoria para quienes suscriban los acuerdos transitorios, que tendrá lugar desde febrero de 2008, de negociación de unos ‘EPA completos’, que incluirán la liberalización de los servicios, las inversiones y la competencia, además de la propiedad intelectual. De momento, el Caribe es la única zona que ha aceptado firmar los EPA completos, mientras que al menos 15 países, de las otras cinco regiones de África y Pacífico que están negociando, han firmado o van a firmar acuerdos transitorios.
Aunque la UE ha presentado los acuerdos transitorios como una concesión, José Antonio Hernández, de la Campaña Justicia Económica de Oxfam, explica que implicarán “una liberalización de hasta el 97% del comercio y en unos plazos muy cortos: en algunos casos comenzaría en el mismo momento de la firma y el plazo máximo para liberalizar los bienes sería de entre 10 y 15 años”. El 86% de la liberalización en Botswana, Lesotho y Swazilandia se llevará a cabo en dos años. La eliminación de los aranceles provocará la pérdida de entre 15% y 34% de los ingresos fiscales de los países ACP. Según Hernández, otras disposiciones de los acuerdos transitorios agravarán aún más la situación de los países en desarrollo: unas cláusulas de salvaguardia de protección de las industrias incipientes inefectivas por su corta duración; la cláusula de la ‘nación más favorecida’, por la que la UE obligaría a un país firmante a aplicarle las condiciones más favorables que le aplique en materia comercial a un tercer Estado, lo que “dificultará las relaciones comerciales de los países africanos con potencias como China, India o Brasil”; unas ‘reglas de origen’ que pondrán en peligro la integración regional de los países ACP; y la obligatoriedad de eliminar unas tasas sobre las exportaciones que suponen un 20% de los ingresos públicos en países como Burundi o Guinea. Mientras, varias cláusulas permiten a la UE seguir subvencionando sus productos.
A las puertas del 1 de enero, la Comisión Europea, encabezada por el comisario de Comercio, Peter Mandelson, ha redoblado las presiones que venía ejerciendo sobre estos países para lograr su firma. Aunque los países menos avanzados (PMA) tienen la posibilidad de no firmar los EPA y acogerse al ya existente tratado comercial Todo Menos Armas, los países de renta media “seguramente acabarán firmando el acuerdo transitorio porque la UE no les da ni está dispuesta a buscar alternativas a los EPA. La UE defiende la postura de Mandelson de que ‘no hay plan B’: o los EPA o la aplicación de sistemas comerciales más desfavorables”, dice Ainhoa Marín, profesora de la Universidad Antonio de Nebrija. Los países que se nieguen a firmar se enfrentarán a partir del 1 de enero a unas tarifas arancelarias punitivas en caso de querer exportar a Europa. Además, según Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción, la UE ha presionado sobre otros planos: “Han usado el tema de la deuda externa señalando que no van a seguir los programas de canje o cancelación de deuda si no firman los acuerdos, han usado también la ayuda oficial al desarrollo diciendo que sólo la recibirán quienes firmen, se ha chantajeado con la inmigración como moneda de cambio y diciendo que se cerrarán aún más las fronteras...”.
En este contexto, la cooperación al desarrollo, que supuestamente debía ser prioritaria en los EPA, está ausente en la mayoría de los acuerdos, y los instrumentos de cooperación no se han negociado y no están ligados a los acuerdos transitorios. Mientras los seis bloques regionales que negocian separadamente con la UE quedan minados por la decisión de algunos de sus miembros de firmar acuerdos bilaterales con la UE, unos 60 países siguen reacios a firmar, y algunos de ellos, liderados por Sudáfrica, Senegal y Nigeria, exigen nuevas negociaciones para otro tipo de acuerdos.
África se mueve
Cerca de cien organizaciones, grupos y redes de la sociedad civil africana y mundial se dieron cita en Lisboa del 7 al 9 de diciembre para mostrar su oposición a las políticas económicas, comerciales, migratorias y en materia de derechos humanos que la UE mantiene en relación a África y para presentar alternativas. Tom Kucharz, miembro de Ecologistas en Acción, mantiene que “lo que hemos buscado en la contracumbre son las alternativas a la políticas de libre comercio: políticas donde haya soberanía alimentaria y donde los países decidan las medidas económicas que les permitan evitar las injusticias. Esto pasa por hacer un intercambio económico entre los países africanos, pero no intentar competir con la UE, que lleva a cabo una estrategia de saqueo”. A lo largo de todo el año, decenas de manifestaciones se han sucedido en toda África para exigir a los gobiernos que no firmen los EPA y a los Gobiernos europeos que paren su imposición de políticas económicas destructivas en África”.
El ‘peligro chino’
China espera que el valor de sus intercambios comerciales con el continente alcance los 100.000 millones de euros en 2010. Según Amélie Canonne, de la organización AITEC, “la UE, con los EPA, intenta también imponerse en el mercado africano ante la competencia china que en la actualidad es una amenaza importante. China propone condiciones más simples para los países africanos. Así que reservarse partes del mercado preferenciales a través de los EPA es muy importante para Europa”. Según la profesora Ainhoa Marín, “China presiona con una entrada muy importante en algunos sectores africanos, sobre todo el energético, y si la UE no incluye temas de liberalizar la inversión en los EPA, teme quedarse atrás, por lo que quizá la presencia de China esté haciendo que la UE quiera firmar acuerdos no sólo comerciales, sino mucho más allá. (...) Según la Estrategia de Lisboa, el objetivo de la UE tiene que ser hacer los mercados exteriores más abiertos para que las empresas europeas puedan hacer negocio”.
0 comentarios:
Publicar un comentario