La Audiencia Nacional española acaba de sentenciar sobre el llamado caso SINTEL, una empresa filial de Telefónica que fue vendida a bajo precio a Jorge Mas Canosa, el empresario de origen cubano asentado hasta su muerte en Estados Unidos.
Después de una gestión desastrosa la historia terminó con casi dos mil trabajadores despedidos, grandes pérdidas para el Estado y altos beneficios para los empresarios.
Ahora, el juez ha dictaminado que los hijos del fallecido Jorge Mas y otros directivos, "guiados por el ánimo de obtener un beneficio económico a costa del patrimonio de Sintel (Sistemas e Instalaciones de Telecomunicación SA) (...) coadyuvaron conscientemente al desmantelamiento patrimonial de lo que era Sintel con el desgajamiento de sus sociedades filiales, todo ello con incumplimiento de las obligaciones tributarias de llevanza de la contabilidad mercantil o libros o registros fiscales". Vamos, que robaron.
La sentencia ha pasado casi desapercibida en la prensa y, sobre todo, que Jorge Mas Canosa no solo fue un ladrón sino un patrocinador de terroristas y financiador y amigo del ex presidente español José María Aznar.
Hace poco, el hijo de Mas declaraba a la cadena SER que “Aznar nos ha dicho que podemos contar con su apoyo al igual que el de la fundación FAES que él preside”, confirmando así que seguían las buenas relaciones entre Aznar y su familia.
El periodista Pascual Serrano mostraba hace ya siete años (aquí) las vinculaciones entre la familia Mas, el exilio cubano y las actividades criminales y terroristas que a su amparo se llevan a cabo, hasta el punto de que se barajaba que su organización, la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), con la que colabora Aznar, fuese declarada una “organización criminal”. Y otros medios han puesto de relieve sus vinculaciones personales, políticas y financieras (basta hacer una búsqueda rápida en google o, por ejemplo, pinchar aquí).
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