
Naciones Unidas intentó persuadir infructuosamente al gobierno israelí para que levante la sanción que -según alega la organización- sólo contribuirá a empeorar la delicada situación humanitaria de Gaza.
La medida afecta incluso el ingreso de ayuda humanitaria que sólo puede pasar con la aprobación expresa de Barak.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Arye Mekel, minimizó el panorama que describen los palestinos. "Tienen interés en exagerar la situación", comentó el vocero. "La pelota está en su campo. Si detienen los cohetes hoy, todo volverá a la normalidad", agregó.
El director de la planta generadora de electricidad, Rafik Maliha, dijo que las turbinas dejaron de funcionar este domingo porque la terminal de suministro, Nahal Oz, estaba cerrada y ya no tenían reservas. Pero Mekel puso en dudas la afirmación y sostuvo que la paralización de la planta era innecesaria, ya que los palestinos de Gaza sí tienen reservas, así como gas para cocinar y diesel.
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