El gobierno del PSOE avanza en la profundización del proceso de Bolonia y en la aplicación de la LOU, intentando completar la incorporación de la enseñanza universitaria al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).
La mercantilización de la enseñanza
Las actuales reformas universitarias se basan en la Declaración de Bolonia, que marca “el objetivo de mejorar la competitividad del sistema de enseñanza superior europeo” y que parte del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) elaborado por la Organización Mundial del Comercio. Este acuerdo tiene por objetivo la “completa liberalización del mercado de servicios” e incluye el “comercio de servicios educativos”, con lo que la enseñanza deja de considerarse como un derecho básico y pasa a ser una mercancía que funciona según las reglas del mercado y del libre comercio. Las subvenciones públicas, que pueden considerarse como competencia desleal, se califican como “efectos distorsionadores en el comercio de servicios”, por lo que se restringen y se rigen por criterios exclusivamente competitivos.
A pesar de que la Declaración de Bolonia establece un marco europeo, la UE no tiene competencia en materia de enseñanza universitaria, por lo que no puede establecer normas obligatorias que afecten a la educación superior. Por lo tanto, para implantar el EEES es necesario que cada Estado establezca sus propias leyes. En el Estado español las directrices de Bolonia se establecen a través de la Ley Orgánica de Universidades (LOU) que aprobó Aznar y que Zapatero va profundizando a través de reales decretos.
Privatización
La LOU le abre las puertas de la universidad pública a las grandes empresas, que pasan a estar físicamente representadas en los órganos de dirección de la universidad, donde se deciden los planes de estudio e investigación –Consejo Social y Consejo de Gobierno- y en organismos externos como la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), que cumple un papel determinante. Así la universidad se convierte en un enorme laboratorio de investigación para las multinacionales, en una gran plataforma para la inversión privada y la obtención de suculentos beneficios; y en un centro de formación de mano de obra cualificada para las necesidades del mercado. La LOU representa una privatización encubierta y la pérdida de la autonomía universitaria (hiriendo de muerte a la libertad de cátedra).
Elitización
Los últimos reales decretos aprobados para profundizar la implantación de la LOU avanzan en la elitización de la enseñanza universitaria, imposibilitándoles el acceso a los trabajadores e hijos de familias trabajadoras. Mediante la aplicación de los eurocréditos –ECTS- (que triplican las horas de los anteriores créditos) se aumenta el precio de las matrículas y se exige dedicación a tiempo completo, con importantes incrementos en el volumen de trabajo por cuenta del estudiante (horas que también se pagan). A través de la división en Grado-Máster-Doctorado se reserva la formación cualificada a quien pueda costearse un Postgrado. De esta forma el acceso a la universidad pasa a restringirse enormemente, más aún teniendo en cuenta que además se endurecen los filtros y pruebas de admisión y se eliminan las actuales becas –sustituyéndose por “becas-préstamo” (que no son más que créditos bancarios).
Degradación de la calidad de enseñanza
El organismo creado por la LOU para garantizar la fiscalización de universidades, titulaciones y personal docente e investigador, es la ANECA. Esta agencia tiene como objetivo promover la competitividad y elaborar un ranking de universidades, para así orientar la inversión empresarial hacia las que mejor garanticen sus intereses. Habrá por lo tanto universidades de primera y de segunda clase, compitiendo continuamente por ser más rentables y conseguir financiación. Un gran número de universidades y titulaciones desaparecerán por no ser rentables y no atraer inversión privada. Además, como una dificultad añadida para la universidad pública, la LOU la equipara a la privada ante la ANECA. El hecho de poner a la universidad al servicio de las leyes del mercado y no de los intereses de la sociedad, y que la lógica del máximo beneficio desplace al pensamiento crítico-científico, representa un considerable deterioro de la calidad de la enseñanza y un cambio radical en el modelo de estudios superiores.
Precarización del personal
La privatización lleva incorporada la precarización de los trabajadores de la universidad (profesores, investigadores, becarios y PAS). La LOU convierte a la universidad en una gran ETT, admitiendo hasta un 49% de profesores e investigadores con contratos eventuales y donde va sustituyendo al funcionariado por becarios. Además, esta precarización disminuye irremediablemente la calidad de los servicios prestados.
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