Sin embargo, creemos que esta repulsa no puede legitimar el recorte de libertades políticas que está sufriendo una parte significativa de la sociedad vasca, ni el Estado de excepción de facto impuesto con el fin, no solamente de combatir las acciones de ETA, sino de aplastar el legítimo derecho del pueblo vasco a decidir pacífica, democrática y libremente su futuro.
Por ello, creemos que es necesario unir nuestra repulsa sin paliativos a crímenes como el de hoy a la defensa de una salida dialogada y pacífica al conflicto vasco, única forma de evitar una espiral de violencia y represión que ponga en peligro nuestras ya frágiles libertades democráticas tanto en Euskadi como en el conjunto del Estado español. Pero, a su vez, creemos que la izquierda abertzale debe desmarcarse de la tutela militar de ETA y rechazar explícitamente acciones como la de hoy, que, sin duda, ni apoyan ni comparten el grueso de sus militantes y simpatizantes.
7 de marzo de 2008
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