lunes, 3 de marzo de 2008

¿Votas o enriqueces? La financiación de los partidos políticos.

...por Diego Urioste

El diccionario de la Real Academia Española de la lengua define al político como una persona que interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado. A esto habría que añadir que hace de su profesión pública un negocio en vez de un servicio al estado y sus ciudadanos.

Las campañas electorales duran ya toda la legislatura, y el enfrentamiento entre partidos es cada vez más violento en lo dialéctico. Los partidos políticos, empresas al uso con plantilla de trabajadores, gastan cada día más sus recursos económicos en publicidad y marketing agresivo, buscando el mayor impacto mediático de su ataque al adversario. La estrategia política actual se basa más en machacar al contrario que de proponer alternativas y opciones basadas en ciertos posicionamientos ideológicos. De hecho el voto ideológico es cada vez más residual y marginal, y en todo caso este se guía más por la identidad e imagen de cada partido, creada en laboratorios publicitarios expertos en creatividad y personalidad corporativa. Son, en definitiva, las mismas tácticas que las de las empresas. El producto. el partido.

Parece que todo está permitido en la contienda política. un gesto, la vida privada, el pasado o las amistades son motivos suficientes para construir una nueva campaña. ¿Todo? No, todo no. Hay un terreno que ningún político tocará, nadie hablará de ello de verdad. Se trata del negocio de la política, de la financiación de los partidos y de su dependencia total.

Existe una legislación sobre financiación de partidos políticos (ver) que convendría leer, estudiar y dar un buen repaso. Pero es imposible pues sólo se puede hacer desde el poder, y es al poder al que no conviene. Del mismo modo que jamás cambiará el sistema electoral donde un partido con un millón y medio de votos como IU tiene 5 representantes y un partido como CiU, con 835.47, tenga 10 (el que tiene el doble de votos tiene la mitad de representantes).

En el libro de José Manuel Urquiza [1] se puede leer que la Ley Orgánica 3/1987, de 2 de julio, sobre financiación de partidos políticos, nació con el objetivo fundamental de establecer el marco normativo básico que discipline, con arreglo a principios de suficiencia y publicidad, la actividad económica de aquellos. Fue aprobada por consenso (obviamente) en el Parlamento y es de destacar el hecho de que tuvo como ponente al diputado socialista Carlos Navarro, que después fue condenado e ingresó en prisión por ser el máximo responsable del mayor entramado de financiación irregular de un partido político, que ha conocido este país (Caso Filesa, Malesa, Time Export). En declaraciones a los medios de comunicación, el Sr. Navarro había dicho por entonces: “Con la nueva legislación, los partidos dejan de ser cajas negras para convertirse en instituciones absolutamente transparentes y fiscalizadas, no sólo para el dinero público sino también para el privado” (Diario Ya, 20-06-87) He aquí un claro ejemplo de hipocresía política.

Según un artículo aparecido en El País, firmado por Jose María Irujo, el PP recibió durante la última década auditada por el Tribunal de Cuentas 20,4 millones de euros en donativos, en su mayoría anónimos, 10 veces más que el PSOE, según se desprende de las memorias de fiscalización de dicho organismo. Al PP le siguen en la cabeza de recaudadores CiU y el PNV, con 20,8 y 15,6 millones de euros, respectivamente. Ambos acaparan el 60% de todas las donaciones y son, proporcionalmente, los más agraciados. Pese a las subvenciones públicas, el endeudamiento de partidos como el PSOE y el PSC es preocupante. Juntos suman una deuda de 55 millones de euros; le siguen el PNV, con 19; CiU, 14; IU, 9; y el PP, únicamente 8. La deuda total vencida con la banca se eleva a 37 millones.La partida presupuestaria de subvenciones ordinarias a los partidos políticos, 58 millones de euros, está congelada desde 1997 por razones de austeridad.

Estas donaciones generan servidumbres y favores. Los partidos por lo tanto están a merced tanto de los propios donantes (empresas) como de los bancos que condonan sus deudas. Las elecciones no son un gran acto donde se cuestiona la política del estado, sino una lucha entre intereses “superiores”, entre corporaciones, empresas y bancos. El pueblo en esta democracia no es más que el sustento popular que nutre este sistema, el cual con su voto -su aprobación oficial- legimita el sistema y todo lo que ello conlleva. Sin nosotros, ellos no podría existir, no al menos bajo la denominada democracia. Por eso es comprensible que algunos no quieran seguir nutriendo a este monstruo con su voto y hayan decidido hacer campaña por la abstención.

Es el compromiso que adquieren los partidos políticos con distintas empresas y lobbys lo que decide las políticas durante su mandato. Tras todos los grandes debates políticos no hay diferentes sensibilidades ideológicas, ni criterios distintos, sino la defensa de distintos intereses financieros. ¿A quienes representan los políticos? Sin duda alguna y practicamente en exclusiva, a esas empresas y bancos.

Si Usted quiere seguir conociendo la verdad, si quiere leer ejemplos concretos de esta putrefacta macroempresa política, si quiere saber hasta dónde llega la megamáquina financiera, lea los siguientes enlaces del portal Solidaridad.net:

El PSOE debe más de 60 millones pese a sus pactos bancarios para cancelar deuda
Las cajas de ahorros prestaron a los partidos políticos 80 millones de euros durante 2004
La Caja de Ahorros de Jerez perdonó prestamos personales a Manuel Chaves y 31 dirigentes del PSOE
IU es el partido mas endeudado con la Cajas Andaluzas
El PSC debe 14 millones de euros a La Caixa desde hace 11 años.
El PSOE debe en total 48 millones y el PNV 19,8
El banquero Emilio Botín, un inesperado maestro para Zapatero

Nota:

[1] Corrupción Municipal, J.M. Urquiza; Edit. Almuzara. 2005.

urioste.wordpress.com

0 comentarios: