lunes, 18 de febrero de 2008

Pretenden endurecer aún más la ley de Extranjería

El gobierno del PSOE se va a presentar a las próximas elecciones cargando con la “Directiva de la Vergüenza”, oficialmente conocida como Directiva de Retorno. Esta directiva se votará el mes próximo en el Parlamento Europeo y pretende unificar los criterios y coordinar la detención y la expulsión de inmigrantes en el ámbito de la UE. Prevé, entre otras cosas, la detención hasta 18 meses de los inmigrantes en proceso de expulsión y la prohibición de retorno a los expulsados durante 5 años.

Este gobierno viene aplicándose para llegar a las elecciones con los deberes cumplidos: el Frontex ha batido récords en la interceptación (más de 12.000) y en la expulsión de inmigrantes (más de 92% de los que entraron de forma irregular); ha establecido un protocolo de expulsiones que permite drogar y amordazar a los inmigrantes durante su expulsión; los centros de internamiento están a reventar y en condiciones deplorables; han aprobado una reforma del Poder Judicial que equipara a los inmigrantes de las pateras con delincuentes, al darles el mismo trato que al tráfico de personas. El ministro de Trabajo, Caldera, anuncia que están estudiando endurecer las condiciones para el reagrupamiento familiar, exigiendo que el familiar llegue con un contrato en origen (¿también a ancianos y niños?). Todas estas medidas son expresión del racismo institucional, abren la vía a la xenofobia y dan cobertura a la actuación impunede las bandas fascistas contra los inmigrantes (más de 4000 agresiones racistas y xenófobas en 2007).

También reconocen los acuerdos con Prodi y Sarkozy para coordinar y repartirse los gastos de las expulsiones de inmigrantes, o los que han firmado con los gobiernos de Mauritania o Marruecos, entre otros, para frenar la emigración en origen. Y tienen en la nevera, para después de las elecciones, la propuesta de la derecha de modificar la ley de extranjería introduciendo la supresión del empadronamiento y del permiso por arraigo, la denegación de la nacionalidad si se ha entrado de forma irregular, etc.

Nos quieren convencer de que este gobierno es campeón en las conquistas sociales y democráticas, pero, a la vista de los hechos, habrá que concluir que es profundamente antidemocrático con respecto a los trabajadores, inmigrantes o nativos (no hay más que ver la escalada en la represión sindical) y los pueblos.

Una nueva ofensiva contra los trabajadores inmigrantes

Esta ofensiva de recorte de derechos no es casual. Llegó la crisis tras años de inflarse los bolsillos con el ladrillo y la especulación a costa de la precarización, los recortes salariales y el endeudamiento de los trabajadores. Ahora les sobra mano de obra. En el sector de la construcción, donde los trabajadores inmigrantes son mayoría, prevén más de 350.000 despidos en 2008.

El gobierno y la burguesía temen la conflictividad social. Quieren evitar huelgas como la de la limpieza del metro (donde los trabajadores inmigrantes y nativos han ido de la mano), la de transportes de Barcelona, la movilización de los temporeros de la aceituna en Jaén… Para ello acudirán, una vez más, a los sindicatos mayoritarios para que les garanticen la paz social y firmen acuerdos bochornosos con la patronal, al tiempo que quieren endurecer la política migratoria con el fin de expulsar del país a gran parte de la mano de obra excedente: es decir, a muchos miles de inmigrantes. Este y no otro es el objetivo de la política de inmigración del PSOE y de la UE, objetivo compartido por la derecha y que cuenta con el visto bueno de los sindicatos mayoritarios.

Lucha y unidad­: “Nativa o extranjera, la misma clase obrera”

Se hace imprescindible organizar una respuesta unitaria de la clase obrera, sobre quién harán recaer los efectos de la crisis. Hoy más que nunca cobra vigencia lo de “nativa o extranjera, la misma clase obrera”. Aunque los trabajadores inmigrantes sufrirán el zarpazo de la crisis de manera más dura, ésta nos afecta a todos y sólo unificando la pelea contra las políticas antiobreras enfrentarlas. Unidad que urge más que nunca puesto que, al tiempo que los despidos se disparan, estamos asistiendo al discurso de la división entre trabajadores migrantes y nativos. “Los españoles primero” puede hacer pie en muchos trabajadores amenazados con engrosar el ejército de parados. La unidad de la clase obrera se vuelve indispensable para enfrentar la xenofobia y la división en nuestras filas.

Organizaciones de inmigrantes de todo el estado están impulsando una pelea unitaria contra estas políticas. La Red Estatal de Inmigrantes (REDI) acordó en su último encuentro estatal un programa de mínimos que denuncia esta situación: “Las políticas migratorias de la UE, a la vez que se centran en la lucha contra la inmigración “ilegal”, tratan de promocionar las migraciones regulares y temporales, subordinadas a las necesidades del mercado de trabajo europeo”. También denuncia que: “Los últimos cambios legislativos han ido dirigidos a evitar la entrada, dificultar la permanencia y facilitar la expulsión de las personas migrantes que se encuentran en España, en vez de destinar recursos a la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, migrantes o no, cada vez más precarias”.

La subordinación de las políticas migratorias a las necesidades del mercado de trabajo, como reconoce la REDI, es la razón de fondo que explica el endurecimiento de las leyes migratorias. Por eso, insistimos, en que sólo con la unidad de clase en las luchas contra los despidos, contra la carestía que empobrece aún más al conjunto de los trabajadores, contra la política rapiñera de las hipotecas y por un plan obrero contra la crisis, contra el recorte de libertades y la política migratoria que expulsa a miles de trabajadores de vuelta a la miseria, conseguiremos que esta crisis la paguen ellos. Como parte de esa lucha unitaria hay que exigir la derogación de la reforma del Poder Judicial, el cierre inmediato de los centros de detención, la retirada del protocolo de expulsiones, papeles para todos y la derogación de la ley de extranjería.

Si eres inmigrante, no puedes votar, pero si morir por la Patria

Mientras la vicepresidenta del gobierno afirma que “que permitir el voto a los inmigrantes no está en el horizonte del Gobierno”, impulsan campañas para reclutar trabajadores inmigrantes ofreciéndoles “un empleo estable y la mejor formación para su futuro” en el ejército. Puedes morir por la patria pero el derecho al voto no te corresponde porque eres inmigrante colombiano, ecuatoriano, peruano, etc.

Pagas impuestos, cotizas a la seguridad social, trabajas por una miseria con o sin contrato, aportas al estado bastante más de lo que recibes (según datos del propio gobierno) y a fecha de hoy eres uno más de ese 10% de la población de este país, pero no sólo te imponen una Ley de Extranjería sino que, aún cumpliéndola, te niegan un derecho elemental en esto que llaman democracia y no lo es.

¡Por el derecho al voto de los inmigrantes YA!

¡Abajo la Ley de Extranjería!


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