lunes, 25 de febrero de 2008

Califican de "falsos" los datos del CNI sobre yihadistas "suicidas".

Scotland Yard y la policía portuguesa califican de mentiras los datos de los servicios secretos españoles sobre los planes de yihadistas “terroristas” detenidos en Barcelona.

El 18 de enero fueron detenidos en Barcelona 12 ciudadanos de origen paquistaní y dos hindús acusados de estar preparando una cadena de atentados suicidas en los transportes públicos de la ciudad condal. La información sobre la desarticulación de la presunta célula islamista fue difundida por el Ministerio del Interior, y el propio Alfredo Pérez Rubalcaba ofreció una rueda de prensa de urgencia. Pero pocas horas después de anunciar la gran actuación de las fuerzas de seguridad, ya iban filtrándose datos significativos que ponían en duda gran parte del relato policial. De las detenciones se encargaron, por indicación directa del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), agentes de la Guardia Civil ante la estupefacción de algunos responsables del Cuerpo Nacional de Policía que habían hecho seguimientos a los detenidos durante tres años y no habían encontrado indicios que motivaran su detención. Después de haber sido interrogados durante cinco largos días, y a pesar de la inconsistencia de las pruebas, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ordenó el ingreso en prisión de una decena de los detenidos.

Los explosivos

Durante los registros en dos mezquitas y cinco viviendas del barrio del Raval, los agentes se esperaban encontrar gran cantidad de explosivos. El operativo de asalto planificado por los grupos especiales de la Benemérita desplazados desde Valdemoro, en Madrid, estaba pensado para situaciones de alto riesgo, similares a las del piso de Leganés donde se inmolaron siete yihadistas en abril de 2004. Pero nada fué como se imaginaban. Después de dejar patas arriba habitaciones y salas de oración, los agentes se encontraron tres relojes temporizadores, diez cables de cobre y pequeñas bolitas de acero. En una bolsa de plástico fuentes policiales afirmaron haber localizado en un primer momento 50 gramos de Triperóxido de Triacetona. Dos días más tarde, los análisis certificaron que se trataba de 20 gramos de Nitrocelulosa mezclada con diversos cloratos, un material que puede utilizarse después de una laboriosa transformación para elaborar material explosivo, pero que se encuentra también en la práctica totalidad de las lacas comerciales para madera que se pueden adquirir en tiendas de bricolaje.

Posteriormente, Interior defendió la tesis de que los explosivos estaban escondidos en un zulo y que eran buscados por un amplio despliegue policial entre Tarragona y Castellón. Pero a medida que pasaba el tiempo las fuentes policiales fueron diluyendo la pista y finalmente sostuvieron que quizás nunca hubo material explosivo en territorio del Estado español y que éste nunca llegó a salir de Argelia.

Mientras el CNI activaba una alerta internacional para localizar a seis personas que presuntamente integraban la célula pero que habían conseguido huir. En la madrugada del 22 de enero, un vuelo de Easy Jet que había despegado del aeropuerto del Prat fue rodeado por los equipos antiterroristas de Scotland Yard en el momento de aterrizar en Gatwick, Londres. Según los servicios secretos españoles, los ‘suicidas’ fugados habían conseguido escapar en ese vuelo. Seis ciudadanos paquistaníes fueron encañonados, esposados y detenidos. Durante 20 horas fueron intensamente interrogados en la comisaría de Paddington.

Incluso los agentes policiales llegaron a preguntarles sobre el contenido de diversos DVD con las últimas novedades de la cinematografía de Bollywood que llevaban. Haaris Elahi, uno de los detenidos, afirma que le espetaron:“¿En estas cintas hay instrucciones y entrenamiento para la inmolación?”. Pero los agentes de Scotland Yard pronto reconocieron el error. Mark Lyall Grant, portavoz de la Oficina de Exteriores del Gobierno británico, declaró que las informaciones del CNI, originadas en los servicios secretos franceses, según fuentes oficiales, eran literalmente falsas.

Scotland Yard liberó a los detenidos, que pertenecen al PML-Q, el partido gobernante en Paquistán. Por su parte el jefe de la Oficina de Coordinación de la Seguridad de Portugal, Leonel de Carvalho, afirmó que los datos que apuntaban a la preparación de una cadena de atentados en Francia, Reino Unido, Portugal y Alemania, vinculada a la célula de Barcelona, eran “meras especulaciones”.

El hijo de Ayud, el panadero de 67 años de calle Hospital afincado en Barcelona desde hace 30 años y detenido el 18 de enero, no pudo ver a su padre en la cárcel de Nanclares de Oca hasta 20 días después del arresto. La comunidad paquistaní se manifestó en Badalona el 10 de febrero para exigir su liberación. Según recoge el semanario catalán La Directa, fuentes de dicha comunidad, que defienden la inocencia de sus compatriotas, afirman que todo se debe a un montaje del ISI, los servicios secretos paquistaníes: “Aquí no es fácil entender hasta dónde son capaces de llegar. Han asesinado a centenares de disidentes y actúan con total impunidad fuera de Pakistán”. El ISI hace un intenso seguimiento de los paquistaníes residentes en Barcelona. Tras el asesinato de Benazir Bhutto disidentes paquistaníes se manifestaron ante el consulado de Barcelona. “Se trata de una venganza contra los disidentes por razones de Estado” sostienen estas fuentes.

Gira europea

Se da la circunstancia de que las detenciones de Barcelona se produjeron la víspera del inicio de la gira europea del presidente Pervez Musharraf. Su régimen dictatorial está buscando un consenso político en Europa que le respalde en sus políticas de guerra contra los talibanes y los sectores islamistas críticos.

¿Modificar el criterio de la opinión pública?

Robert Gates, Secretario de Estado de Defensa de los EE UU, apuntó algunas de las claves para entender lo sucedido. Durante su intervención en la Conferencia de Política de Seguridad de la OTAN celebrada en Munich el 11 de febrero afirmó que le preocupaba la presión de la opinión pública de algunos Estados europeos. Aseguró que la aportación militar en Afganistán de los diferentes ejércitos coaliados en la OTAN debía ser equilibrada, y que los EE UU no podían asumir sólo un número de bajas tan elevado.

Por ello Gates afirmó que era necesario modificar el criterio de la opinión pública: “la ciudadanía debe entender que las bases talibanes de Afganistán y Paquistán son el embrión de las células integristas que luego atentarán en Europa, como iba a suceder hace pocas semanas en Barcelona”. Un dato para la reflexión: la operación de la Benemérita en Barcelona fue bautizada como Operación Pantata, nombre que finalmente no fue usado públicamente por petición expresa del gobierno Bush. ‘Pantata’ forma parte de la terminología utilizada para algunos informes policiales de inteligencia que tienen su origen en el Pentágono.

www.diagonalperiodico.net

0 comentarios: