sábado, 5 de enero de 2008

Entrevista a E.T.A: «Estamos convencidos de que todos tenemos sitio en el proyecto de Estado vasco»

¿Cómo valoran la evolución en la situación política desde el final del proceso de negociación?

Frente a Euskal Herria sigue alzándose el muro y la violencia permanente del Estado español. Al igual que en el proceso de negociación pasado, el muro con el que nos encontramos en el camino es el de la Constitución española y la negación a nuestro pueblo. El Estado español no ha llevado a cabo una verdadera transición democrática, y Zapatero ha tomado la misma senda de González y Aznar. Ha perdido una oportunidad inmejorable para reformar el Estado fascista que gobierna. Para dejar a Euskal Herria que siga el camino que desee.

Esto fue lo que pudimos comprobar en el proceso de negociación. Entraron al mismo con objetivos malintencionados y no tuvo recorrido. Desde entonces, tal y como han proclamado repetidas veces, han vuelto a mantener su apuesta por una política basada en la represión.

En lugar de dar pasos para respetar los derechos que corresponden a Euskal Herria, en vez de desactivar los mecanismos de tantos años de dictadura y de dar pasos hacia una verdadera democratización del Estado español, han vuelto a recetas del pasado. Y deben tener bien claro que el Estado español no será verdaderamente democrático, ni tendrá estabilidad ni paz, si a Euskal Herria no se le reconocen los derechos nacionales que le corresponden.

Zapatero ha realizado una elección, una elección equivocada, porque esto anuncia largos años de conflicto por parte del Estado español.

Por otra parte, el PNV, que representa a la burguesía vasca, ha traicionado de nuevo a nuestro pueblo. Durante el proceso dejó bien claro que apostaba por ir de la mano del PSOE. Hoy, decimos que está profundizando en ese camino. Su norte está en ganar las elecciones vascongadas de 2009 y en mantener su poder.

¿Cuál es el análisis que realiza ETA sobre la evolución de la reivindicación de la autonomía para Ipar Euskal Herria?

La valoración que hacemos de esa reivindicación es necesariamente positiva. Vemos esa alternativa renovada que la izquierda abertzale ha presentado a Euskal Herria como un paso que reclamaba la propia madurez de la situación política y del desarrollo de la lucha de liberación.

Una amplia mayoría de la sociedad reivindica un reconocimiento político e institucional que devolverá a Euskal Herria competencias y niveles de poder. Es imprescindible recuperar esos ámbitos de poder ante la colonización y la represión que proceden desde París, cuando lo que está en juego es la supervivencia de nuestro pueblo.

Un claro ejemplo es el hecho de que los sectores económicos locales, entre otros, están reivindicando la necesidad de esa estructura institucional fundamental como instrumento eficaz para asegurar el futuro económico de Euskal Herria.

Las medidas que adoptan desde Pau y París contra la voluntad popular también reflejan la necesidad que tiene nuestro pueblo de construir un marco autonómico propio. Es el caso de la autopista A-63 recientemente aprobada y de los daños que ocasionará esa vía. Nuestro pueblo necesita un marco autonómico que recoja las reivindicaciones de la ciudadanía vasca: en lo relativo a la oficialidad del euskara, en el ámbito de la ordenación del territorio, en el de la economía...

El marco autonómico para los tres territorios que propone la izquierda abertzale fija un primer solar en el camino de la creación del Estado de Euskal Herria. Ésa es nuestra apuesta. En cambio, hay quienes, como algunos sectores de PNB y AB, desde hace tiempo navegan a la deriva y continúan entendiendo y situando su perspectiva política, y por consiguiente el futuro de Euskal Herria, en la lógica del Estado de Francia. Ese camino a ninguna parte nos condena a ser «basque-français»; o, tal y como dicen algunos, «basque en France» o «français en Pays Basque». Y ahí Euskal Herria no tiene futuro.

Por el contrario, valoramos muy positivamente el encuentro que se está produciendo en defensa de la creación del Estado de Euskal Herria entre sectores abertzales que han trabajado en perspectivas políticas diferentes. Se han cerrado heridas del pasado, y eso provoca que se estén fijando los cimientos para que el proceso de lucha que se está gestando no tenga vuelta atrás.

Reivindican la necesidad de un Estado para Euskal Herria. En la situación política actual, ¿qué sentido le dan a esa reivindicación?

No es una simple reivindicación. La creación del Estado de Euskal Herria ha sido y es el objetivo de la resistencia revolucionaria que se ha producido en Euskal Herria en estos largos años. Es una opción que hará realidad la independencia. Muchos compañeros y luchadores han dado su vida en defensa de nuestro pueblo y de lo que hoy estamos reivindicando.

Porque, ¿qué otra opción le queda a Euskal Herria? ¿Ver a nuestro pueblo a la deriva, en el seno de España o de Francia, en función de las políticas que en cada momento apliquen Zapatero, Rajoy o Sarkozy a la hora de gestionar sus estados? ¿Ver a partidos como el PNV haciendo negocio y duplicando sus bienes aprovechándose de esta realidad?

Este pueblo tiene derecho a su propio desarrollo. En Europa tenemos otros ejemplos, como los de Escocia, Kosovo... Por tanto, no estamos hablando de utopías. Un pueblo, para garantizar su supervivencia, debe poder estructurarse, y es en ese contexto donde situamos al nuestro: soberano, con su Estado propio.

Sabemos que será un proceso gradual. Es un proyecto a desarrollar en distintas fases, porque vivimos realidades diferentes a raíz de la persecución política de los estados de Francia y España. Primero tendremos que pasar por el reconocimiento de Euskal Herria, la aceptación del derecho de autodeterminación y la consecución de un marco democrático. Una vez hayamos dado esos pasos, emprenderíamos el camino hacia la creación del Estado de Euskal Herria, que abriría la posibilidad de la independencia a este pueblo.

Y no tenemos la menor duda de que una amplia mayoría de Euskal Herria es partidaria del proyecto del Estado de Euskal Herria. ¿Por qué? Porque somos euskaldunes, ciudadanos vascos, y por eso mismo tenemos el deseo y la necesidad de ser dueños de nuestro pueblo. No entendemos que en nuestro pueblo gobierne ningún otro; no nos avergonzamos, lo reivindicamos con toda dignidad y orgullo. Creemos que todos tenemos sitio en el proyecto del Estado de Euskal Herria.

Pero no parece que por parte del Estado francés haya un cambio de actitud respecto a Euskal Herria.

El Estado francés es consciente de la fortaleza que la propuesta de autonomía política de la izquierda abertzale y esa convergencia entre abertzales han dado a la lucha de liberación. La respuesta del Gobierno de Sarkozy frente a ello está siendo el incremento de la represión, tal como nos lo demuestran las detenciones de los últimos meses.

Por ejemplo, consideramos que mediante las operaciones registradas en Garazi han querido cortar esa lucha y amenazar a la izquierda abertzale. Los mandatarios de Francia están cayendo en el mismo error del Gobierno español.

¿Preveían q ue la ofensiva del Gobierno español en materia represiva llegaría tan lejos?

Está claro, tal como hemos dicho con anterioridad, que el Gobierno español puso en marcha un proceso en el que no tendría que hacer «concesiones políticas». Tuvimos que escuchar constantemente cosas como «de ahí no pasaremos», «la Constitución no se reformará»... Valoraron que la Organización tenía un estado de salud débil y se ciñeron a una línea que pretendía el fin de la Organización, sin sumergirse en un proceso de verdad. Lo que vivimos en la actualidad, represión, represión y más represión, es el siguiente paso o capítulo de los cálculos que hicieron. Llevando a cabo una represión policial y judicial salvaje contra ETA y la izquierda abertzale, pretenden trazar el camino hacia una «negociación técnica» de cara al futuro. Como si quisieran hacer frente a la necesidad y el deseo de crear un Estado de Euskal Herria con esas inconsistentes recetas. Nos resulta extraño que, todavía hoy, con la experiencia de largos años de lucha, no se tenga claro por dónde pasa la solución y cómo se resuelve el conflicto.

En los últimos meses se están produciendo numerosas detenciones, y desde el Gobierno español se habla de la posibilidad de derrotar policialmente a ETA. ¿Qué responden a esas afirmaciones?

Es consecuencia de una lógica policial en la lectura del conflicto. Pero ETA nunca ha entendido los parámetros del conflicto en un sentido militar; no hay derrota militar posible, porque las raíces del conflicto son políticas. No hay victoria policial posible contra la voluntad de los ciudadanos vascos.

Nadie va a parar la voluntad de este pueblo de crear el Estado de Euskal Herria. Cada vez que quieren poner en solfa la dignidad de Euskal Herria no hacen más que fortalecer nuestra determinación por luchar.

En ese sentido, queremos hacer un llamamiento al pueblo para que se levante en contra de la opresión y la altanería de los estados de España y Francia, para que multiplique los trabajos de reconstrucción y para que se organice en la lucha. El proceso de liberación nacional no tiene vuelta atrás.

En el comunicado hecho público el 15 de diciembre pasado, ETA anunciaba que daría respuesta a «los ensayos de terrorismo de Estado contra los militantes vascos». ¿Qué es exactamente lo que querían dar a entender?

Como explicamos en el comunicado que dimos a conocer en aquella fecha, en el último año hemos constatado diversos movimientos de las fuerzas armadas españolas. En el transcurso del proceso de negociación abierto entre la organización y el Gobierno español, les advertimos que haríamos frente al terrorismo de Estado y que debían parar inmediatamente esas maniobras que estaban llevando a cabo. Tenemos muy presente que el Estado español, en toda su trayectoria, ha hecho uso, y está haciendo uso, del terrorismo de Estado. Sufrimos los tiempos de los GAL durante el mandato de Pérez Rubalcaba y Felipe González, y hoy tenemos a los mismos o a sus herederos al frente del Estado español.

Ha resultado significativo el esfuerzo que han realizado para ocultar esa denuncia de la Organización. Sin embargo, el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba nos mostró con palabras el sello de los GAL cuando, en clara amenaza dirigida a los luchadores vascos, declaró aquello de que el hacha ha cortado la cabeza de la serpiente. Con eso queda completamente al desnudo el sentido del pensamiento y de la estrategia de los dirigentes del Gobierno español: están dispuestos a utilizar todos los medios para torpedear el camino que lleva a la independencia de Euskal Herria.

ETA no va a dejar pasar las maniobras de guerra sucia de un Estado terrorista o la presión de las fuerzas policiales. Actuaremos contra los aparatos represivos que vayan a la caza de gudaris o ciudadanos vascos.

Acaban de atentar contra la sede del PSOE en Balmaseda.

Hacemos un llamamiento a los militantes del PSOE a que pregunten al ministro Rubalcaba, al presidente Zapatero o a fascistas como Ares hasta dónde están dispuestos a llegar en sus prácticas represivas. Están torturando salvajemente a ciudadanos vascos en los cuarteles de la Guardia Civil, haciéndoles la bolsa y la bañera, violándolos. Están condenando a ciudadanos vascos a morir en la carretera a consecuencia de la política de dispersión. Militantes independentistas están siendo condenados a cientos de años de cárcel. Los militantes del PSOE deberían reflexionar sobre las consecuencias que acarrean para todos esas situaciones.

Todas las fuerzas políticas miran ya a las elecciones al Parlamento español. ¿Cómo sitúan esa cita electoral en el contexto actual?

En primer lugar, bajo nuestra perspectiva, debemos decir que esas elecciones se sitúan en la crisis estructural que vive el Estado español. Y en el centro de la contienda entre PSOE y PP se encuentra la forma de solucionar esa crisis, cómo hacer frente a lo que reside en la base de esa crisis: la lucha de Euskal Herria.

El PSOE está tratando de demostrar que es capaz de hacer más que lo que hizo el PP contra la izquierda abertzale y la organización. Pero la línea represiva del PSOE es de mayor calado. El PSOE no puede aceptar la determinación y la capacidad de inicitiva que tiene la izquierda abertzale, porque es consciente de que el proyecto de la izquierda abertzale es invencible. Sabe que golpear salvajemente a la izquierda abertzale le reportará resultados a corto plazo, pero también tiene claro que nunca podrá acabar con la determinación por lograr la independencia.

Es ahí donde situamos la iniciativa que ha adoptado la izquierda abertzale de cara a estas elecciones ajenas. Ha hecho una apuesta por mostrar que existe un pueblo llamado Euskal Herria y reivindicar el Estado de Euskal Herria. Es por esa razón que pesa la amenaza de la ilegalización sobre ANV.

Lo que resulta extraño es que el Estado español, que intenta diariamente forzarnos a ser españoles, quiera dejar a la izquierda abertzale fuera de su legislación. Han intentado durante años ahogar las ansias de vivir de este pueblo en sus seudo-leyes y en sus estructuras, y ahora han caído en la resignación.

Es evidente que Euskal Herria no tiene sitio en la opresora legislación española.

Pero hay una cosa que se está socializando: que por encima de todas las actitudes democráticas, ni el PSOE ni el PP conseguirán variar la voluntad de la izquierda abertzale.

¿Pero no observan un cambio de actitud por parte de la izquierda abertzale?

No lo valoramos así. Vivimos un momento en el que hay que reforzar la lucha por la independencia. La izquierda abertzale siempre ha sabido cuál era la mejor opción para acumular fuerzas ante cada uno de los retos electorales. Corresponde a la izquierda abertzale hacer esa reflexión y estamos seguros de que lo hará con éxito. ETA llama a todos los ciudadanos a involucrarse en el proceso de construcción del Estado de Euskal Herria, dando en cada momento los pasos y las respuestas correspondientes.

¿Una victoria del PP no cerraría completamente las puertas a las posibilidades de negociación?

Como hemos manifestado hasta ahora, los términos del conflicto están situados en claves políticas, en los parámetros del enfrentamiento entre Euskal Herria y el Estado español, en ese muro que llevanta el Estado de España frente a los derechos de Euskal Herria. Estamos ante una cuestión de Estado, y desde esa perspectiva hay que verlo.

Por esa razón, la clave principal no reside en si está el PSOE en el Gobierno o está el PP, sino en el reconocimiento de los derechos de Euskal Herria por parte del Estado español. ETA, en los últimos treinta años, se ha sentado con gobiernos de distintos colores con la voluntad de dar una solución negociada y democrática al conflicto.

Por el contrario, todos los presidentes de España han utilizado todos esos intentos de negociación para buscar salidas en falso al conflicto, con el mezquino objetivo de debilitar a ETA y a la izquierda abertzale.

Todos son conscientes de que el conflicto que enfrenta a Euskal Herria con España y Francia sólo podrá superarse por la vía de la negociación. Antes o después tendrán que volver a ese camino; es decir, al reconocimiento de los derechos democráticos que asisten a Euskal Herria.

¿Y cómo valoran el respaldo ofrecido por el PSN a UPN para que siga en el Gobierno?

Como hemos dicho con anterioridad, es evidente que existe un pacto de Estado respecto a la cuestión vasca. Se trata de decisiones que se adoptan en Madrid. Sin duda, se impone la denominada «razón de Estado». Es así como valoramos lo ocurrido en Nafarroa. El PSOE ha situado la gobernabilidad de Nafarroa en las expectativas de lo que pueda ocurrir en las elecciones de España. No quiere mostrar su posición, y no lo hará hasta los comicios.

Porque está claro que después, y en vista de los resultados, darán pasos hacia una reforma.

Y no hay que olvidar que en Nafarroa, en el futuro, pretenden sellar el Amejoramiento impuesto al pueblo con la aprobación y la legitimación de los ciudadanos. Pero no con el objetivo de dar la palabra al pueblo y abrir las puertas a la creación de un Estado de Euskal Herria, sino con la única finalidad de situarlo bajo la reforma del Estado español.

Juan José Ibarretxe ha puesto sobre la mesa un proyecto político concreto. ¿Cuál es la posición de ETA al respecto?

En el 79 vimos a los dirigentes del PNV y de EE sometidos ante Suárez. Sin grandes disimulos, entonces negociaron de espaldas al pueblo y a las bases militantes. Viajaron hasta Madrid y llevaron a cabo el abrazo de La Moncloa, suscribiendo el Estatuto de Gernika.

Casi treinta años más tarde, y para desgracia de este pueblo, los vemos con las mismas intenciones.

No podemos valorar el Plan Ibarretxe al margen de las tensiones internas que vive el PNV. En el tiempo que Imaz ha sido su responsable principal, el PNV ha visto que su hegemonía y fuerza en la Comunidad Autónoma Vasca corría peligro. Los gestos realizados para seducir a diversos sectores del Estado español les han parecido excesivos a las bases jeltzales; indigeribles para algunos. Eso es lo que ha provocado el torbellino interno del PNV. Pero decimos claramente que el PNV ha hecho su apuesta desde una perspectiva de política y estabilidad del Estado español y que diseña sus estrategias en esa dirección, junto con los poderes de España y un PSOE que está en el Gobierno. El proyecto del Tren de Alta Velocidad es una buena muestra de ello, así como el respaldo ofrecido por el PNV a los presupuestos de España.

De esa forma, y teniendo en cuenta la actual situación política, Ibarretxe, junto al PNV, ha comenzado a preparar las elecciones que se celebrarán en 2009 en la CAV. Con el Plan Ibarretxe, han creado un instrumento sin parangón para representar una falsa confrontación con el Estado. Una «hoja de ruta» para recorrer el camino hasta 2009 y poner una alfombra roja a una nueva Reforma de España. Un nuevo fraude.

Pero Ibarretxe acusa precisamente a ETA de querer llevar a Euskal Herria al pasado.

Es otra mentira de Ibarretxe. Lo que nos lleva al pasado son las políticas y propuestas que nos condenan a vivir encadenados a un marco de España. Queremos trasladar a Ibarretxe que no hemos aceptado nunca, ni aceptaremos, el marco autonomista español.

De todas formas, con afirmaciones de ese tipo lanza mensajes interesados respecto a la violencia, desvirtuando el discurso sobre la violencia con una hipocresía, demagogia y cinismo sin límites. Como si no existiera la violencia aplicada por la Policía autonómica de España contra los ciudadanos. Habla de violencia, sin sonrojarse, cuando la precaria condición laboral de los trabajadores vascos causa más de cien muertos.

Una vez más, citan los accidentes laborales.

Sí, porque esos accidentes únicamente tiene un nombre: «Terrorismo patronal». En nuestra opinión, la situación resulta insostenible. La hipocresía de los empresarios no tiene límite. En el último año se han registrado más de cien muertes a consecuencia de los accidentes laborales, pero lo más grave es que no se observa ni un solo indicio de querer cambiar la situación.

Los sindicatos y los trabajadores han propuesto y exigido, una y otra vez, medidas para acabar con esta situación. Ha habido infinidad de movilizaciones, pero ninguna respuesta.

La respuesta y la prioridad de las administraciones públicas ha sido pasar la pelota de un laso al otro y rebajar los impuestos a la patronal. Lo hemos visto claramente en la actitud del Gobierno de Nafarroa y del Gobierno Vasco en el ámbito de la sanidad, cuando se niegan a la negociación con los sindicatos y trabajadores e imponen las condiciones laborales y su modelo por «decretazo».

El objetivo de la patronal pasa por explotar a la clase trabajadora y, en vez de mejorar las condiciones, profundizar en la miseria de las familias. Apilar y apilar beneficios por encima de todo, obviando todas las condiciones laborales.

Dicen que los empresarios crean riqueza, pero no concretan dónde se llevan esa riqueza. Llenan sus bolsillos y se enriquecen. ¿Qué clase de riqueza es ésa para nuestro pueblo?

Han mencionado el proyecto de Tren de Alta Velocidad. ¿Cuál es la lectura que ETA realiza sobre el desarrollo o la evolución de ese conflicto?

En Euskal Herria existen actualmente infinidad de conflictos sociales importantes y pequeños, pero no se observa ninguna intención o voluntad especial de resolverlos por medio del diálogo y de la razón. A fin de cuentas, están dando la razón a ETA una y otra vez. Si no hubiéramos intervenido en el conflicto de la Autovía las instituciones habrían impuesto, con la fuerza de las armas, su proyecto opresor. Lemoiz, Itoitz, el superpuerto, aeropuerto, incineradora y demás.

Y seguimos todo ello con gran interés, y también con intranquilidad, porque da la impresión de que los pseudo-políticos y tecnócratas que siguen aferrados al sillón no han extraido ninguna enseñanza de conflictos como el de Lemoiz o la Autovía de Leitzaran. Una vez más, están apostando a dejar que el conflicto se pudra, sin querer escuchar las sensatas críticas dirigidas por los ciudadanos.

Incluso se han atrevido a decir que se trata de un proyecto ecologista, necesario o imprescindible. Las últimas tonterías que hemos escuchado se quedarían precisamente en eso, en meras tonterías, si no fuéramos conscientes de que se trata de un proyecto que hipoteca el futuro de nuestro pueblo.

Han optado por la desinformación y la imposición. Si se hiciera una reflexión y un debate democrático en torno a las necesidades de Euskal Herria para estructurarse como pueblo y responder a sus necesidades de desarrollo se vería claramente que el TAV no es necesario. Si Euskal Herria, toda Euskal Herria, tuviera capacidad de decisión y estructuración, si contara con instrumentos de poder, habría que ver dónde terminaban estos proyectos. ¿Por qué esta actitud de evitar y prohibir consultas populares? ¿Qué temen esos que esgrimen la bandera de los demócratas de Euskal Herria? No aceptaremos imposiciones, que den la palabra al pueblo, y que la respeten.

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