lunes, 28 de enero de 2008

Atentados del 11 de septiembre de 2001: el Parlamento japonés plantea las interrogantes de Thierry Meyssan.

El 11 de enero de 2008, los telespectadores japoneses tuvieron el privilegio de ver en vivo y en directo una sorprendente audiencia senatorial. El presidente de una comisión parlamentaria interrogó severamente al Primer Ministro y a los ministros de Relaciones Exteriores, de Finanzas y de Defensa señalándoles que, 6 años después de los atentados del 11 de septiembre, siguen sin poder explicar los hechos y sin poder confirmar si los atentados fueron efectivamente organizados desde una cueva en Afganistán. Reproducimos íntegramente este crimen de lesa majestad contra Estados Unidos.

Audiencia del 11 de enero de 2008 en el seno de la Comisión de Relaciones Exteriores y de Defensa de la Cámara de Consejeros (Senado), de la Dieta de Japón (Parlamento)

Consejero Yukihisa Fujita: Yo quisiera hablar de los orígenes de la «guerra contre el terrorismo».
Ustedes recuerdan seguramente que yo pregunté en noviembre si el terrorismo constituía una guerra o un crimen. La «guerra contra el terrorismo» comenzó después de los atentados del 11 de septiembre.
Lo que yo quiero saber es si esos atentados fueron cometidos o no por Al Qaeda.
Hasta ahora todo lo que ha dicho el gobierno es que creemos en la responsabilidad de Al Qaeda porque es lo que nos ha dicho la administración Bush.
Nosotros no hemos visto prueba alguna de la culpabilidad de Al Qaeda.
Así que yo quisiera saber ¿por qué el Primer Ministro piensa que los talibanes son responsables de los atentados del 11 de septiembre?
Quisiera saberlo porque el Primer Ministro era el secretario del jefe del Gabinete [1] en aquella época.

Yasuo Fukuda, Primer Ministro: Después de aquellos atentados nos hemos comunicado con el gobierno americano, y con otros gobiernos a diferentes niveles, y hemos intercambiado informaciones.
Según informaciones secretas obtenidas por nuestro gobierno, e informes reunidos por otros gobiernos, los atentados del 11 de septiembre fueron realizados por la organización terrorista internacional conocida bajo el nombre de Al Qaeda.

Consejero Yukihisa Fujita: Entonces, usted se refiere a la vez a informaciones secretas y públicas.
Mi pregunta es: ¿Ha realizado el Gobierno japonés su propia investigación con ayuda de la policía y de otros medios?
Se trata de un crimen, así que debe hacerse una investigación.
Cuando un periodista fue muerto en Myanmar, ustedes hicieron su propia investigación.
De la misma manera, puesto que 20 japoneses resultaron muertos durante el 11 de septiembre, el gobierno debió realizar su propia investigación y decidir si Al Qaeda era responsable.
¿Qué tipo de investigación hicieron ustedes?
En aquella época usted era secretario del jefe del Gabinete, usted era el mejor ubicado. ¿Qué pasó con esa investigación?

Yasuo Fukuda, Primer Ministro: Después de los ataques, la Agencia Nacional de Policía envió a Nueva York un equipo antiterrorista de emergencia.
Ellos se reunieron con las autoridades americanas y lograron reunir información sobre los japoneses desaparecidos.

Consejero Yukihisa Fujita: Por consiguiente, usted dice que por lo menos 20 japoneses fueron víctimas de ese crimen y que trabajaban en Nueva York.
También había japoneses en los aviones secuestrados.
Yo quisiera saber el número exacto de muertos en las torres y en los aviones.
¿Puede usted confirmar eso? Quisiera una respuesta del ministro de Relaciones Exteriores.

Masahiko Komura, ministro de Relaciones Exteriores: Encontramos los cuerpos de una docena de víctimas japonesas de los atentados del 11 de septiembre.
También fuimos informados por las autoridades americanas de la muerte de 11 personas más. Eso hace un total de 24 víctimas japonesas, de ellas 2 en los aviones.

Consejero Yukihisa Fujita: Me gustaría saber ¿en qué vuelos se encontraban las dos víctimas japonesas y cómo comprobó usted su identidad?
Si el ministro de Relaciones Exteriores no lo sabe, la respuesta de un colaborador será suficiente para nosotros.

Ryoji Tanizaki, jefe de división del Ministerio de Relaciones Exteriores: Ya que usted nos interroga sobre los hechos, yo le responderé.
Como dijo el ministro de Relaciones Exteriores, de las 24 víctimas, 2 estaban a bordo de los aviones.
Una de ellas estaba a bordo del vuelo 93 y la otra a bordo del vuelo 11 de American Airlines.
¿Cómo lo sabemos?
Bueno, no tengo la información ante mí, pero las autoridades americanas nos lo afirmaron y ellos generalmente utilizan las pruebas de ADN.
Pensamos, por tanto, que fue así que se nos informó a nosotros sobre la identidad de esas dos personas.

Consejero Yukihisa Fujita: Por consiguiente, usted está diciendo que no lo sabe porque no tiene los documentos.
Usted dice también que piensa que hubo pruebas de ADN, pero no está seguro de ello.
Lo que yo quiero decir hoy es que se trataba de un crimen, y los crímenes deben dar lugar a investigaciones.
El gobierno debe por tanto mantener informadas a las familias de las víctimas sobre los resultados de sus investigaciones. Además, en vez de limitarse a conmemorar cada año el aniversario del 11/9, ustedes deberían recoger información y actuar en consecuencia.
Durante los últimos 6 años, ¿han proporcionado ustedes información a las familias de las víctimas?
Me gustaría que contestara el ministro de Relaciones Exteriores.

Masahiko Komura, ministro de Relaciones Exteriores: O sea, usted no está preguntando ya cómo confirmamos la muerte de los japoneses sino que quiere saber qué información hemos proporcionado a las familias de las víctimas.
Hemos proporcionado a las familias información sobre los cuerpos y sobre el fondo de compensación. También sobre los 13 japoneses cuyos cuerpos fueron encontrados, hemos ayudado a las familias a ocuparse de los cuerpos.
Y, en ocasión de cada aniversario, corremos financieramente con la visita de las familias al sitio del World Trade Center.

Consejero Yukihisa Fujita: Yo no tengo mucho tiempo. Hablemos de toda la información que se ha disimulado, y de las dudas que alberga gente del mundo entero en cuanto al 11/9.
Muchos de los escépticos son gente influyente. En tales circunstancias yo creo que el gobierno japonés, que afirma que los atentados fueron perpetrados por Al Qaeda, tendría que proporcionar esa nueva información a las familias de las víctimas.
En ese contexto, me gustaría plantear algunas interrogantes.
Me gustaría pedir a todos los miembros de esta asamblea que miren las fotos y las imágenes que les he proporcionado.
Las mismas constituyen pruebas concretas, en forma de fotografías y de otros elementos de información.
En la primera foto, una simulación informática muestra lo grande que era el avión que se estrelló contra el Pentágono. Un 757 es un avión bastante grande, de 38 metros de envergadura.
Como ven ustedes, a pesar de haberse estrellado un avión de gran tamaño contra el Pentágono, solamente hay un hueco demasiado pequeño para ese avión.
En esta foto vemos varios bomberos trabajando, y ningún daño que haya podido ser provocado por un avión tan grande.
Miren el césped delante, y fíjense en que no hay ningún pedazo de avión.

Veamos la tercera foto –también del Pentágono– tomada de un reportaje televisivo estadounidense. El texto explica que el techo del Pentágono aún se mantenía intacto.
Nuevamente, aunque se supone que un avión de gran tamaño se estrelló allí, los daños no concuerdan.
Pasemos ahora a la foto siguiente, en la que se ve un agujero. Como sabe el ministro Komura, el Pentágono es un edificio muy sólido, y tiene muchas paredes. Sin embargo, el avión las atravesó.
Pero, como ustedes saben, los aviones se hacen con los materiales más ligeros que existen. Un avión hecho con ese tipo de materiales no podría hacer un hueco como ese. Ahora, tenemos aquí una foto que muestra cómo fue que el avión se estrelló contra el inmueble.

El avión dio media vuelta, evitando las oficinas del ministerio de Defensa, para estrellarse contra la única sección del Pentágono que había sido reforzada para resistir un ataque con bombas.
Al centro de la página 5 podemos leer el comentario de un responsable la US Air Force.

«Yo he piloteado los dos tipos de aviones utilizados el 11/9 y no puedo creer que sea posible, para alguien que pilotea uno de ellos por vez primera, realizar exitosamente ese tipo de maniobra.»

Como ustedes saben, tampoco se encontraron las grabadoras de vuelo de la mayoría de los aviones.
Había más de 80 cámaras de seguridad en el Pentágono, pero se negaron a presentar la mayoría de las secuencias de video. Como ustedes han podido comprobar, no hay imagen del avión o de sus restos en ninguna de esas fotos.
Es muy extraño que no nos hayan mostrado ninguna de esas imágenes.
Como ustedes saben, las fuerzas de defensa japonesas tienen su cuartel general en Ichigaya.

¿Pueden imaginarse ustedes que una hora después que un avión se estrellara en una ciudad como Nueva York, pueda estrellarse otro contra el Pentágono?

Ante tal situación, ¿cómo pudieron permitir nuestros aliados que se produjera un ataque de ese tipo?
Me gustaría que el ministro de Defensa respondiera a esto.

Shigeru Ishiba, ministro de Defensa: No tengo nada preparado, así que tendré que improvisar. Si se produjera una situación de ese tipo, la Defensa enviaría aviones interceptores para que derribaran el avión.
La Corte Constitucional alemana elaboró una legislación.
En el caso de Japón, nuestra reacción dependería del tipo de avión implicado, de las personas que estuviesen al mando del mismo y de sus intenciones.

Sin embargo, en función de nuestras leyes, podría resultar difícil que derribásemos un avión simplemente por volar a baja altura.
Probablemente tendríamos fuerzas de defensa que volarían cerca de él y que pedirían una decisión del Gabinete.
Si hubiera muchas personas a bordo del avión, tendríamos que discutir qué acción realizar.
Eso sucedió hace tiempo, cuando un Cessna se estrelló contra la casa de una persona llamada Yoshio Kodama [2].

También hubo un vuelo de la compañía All Japan que fue secuestrado, y cuyo piloto resultó muerto.
Sería mejor que nunca sucediera nada eso, pero tenemos que preparar nuevas leyes para tales situaciones, y debatirlas en el Parlamento.

Consejero Yukihisa Fujita: Como tenemos poco tiempo, me gustaría presentar una nueva prueba.
Miren esta pancarta, por favor. La primera foto es una de las que vemos a menudo, de las dos torres impactadas por los aviones secuestrados.
Yo comprendería que esto sucediera justo después de que los aviones se estrellaran, pero aquí vemos grandes pedazos de materiales que describen una gran trayectoria en el aire. Algunos fueron proyectados a 150 metros.
Ustedes ver en esta imagen objetos que vuelan, como si hubiera habido una explosión. Aquí tenemos una foto sacada de un libro.

Muestra a qué distancia fueron proyectados los objetos. La tercera foto es de un bombero que participó en los auxilios. Habla de una serie de explosiones dentro del inmueble, que parecía una demolición profesional.
Hoy no podemos proyectar videos, así que traduje lo que dice el bombero. Esto es lo que dice: «Se oía buum buum buum, como ruidos de explosiones».

Un equipo japonés compuesto de miembros oficiales del servicio de bomberos del ministerio del Territorio, de Infraestructura y de Transporte [3] interrogó a una sobreviviente japonesa que dijo que oyó explosiones mientras huía. Ese testimonio figura en un informe redactado con ayuda del servicio de bomberos del ministerio del Territorio, de Infraestructura y de Transporte.
Ahora quisiera mostrar a ustedes la siguiente imagen. Normalmente, se dice que las torres gemelas (WTC1 y 2) se desplomaron porque fueron impactadas por aviones. Sin embargo, a una cuadra de las torres gemelas se encontraba el edificio n°7 (WTC7).

Se puede ver en el mapa siguiente que ese edificio estaba a una cuadra. Ese edificio se derrumbó 7 horas después del ataque de las torres gemelas. Si yo pudiera mostrarles un video sería fácil entender, pero miren esta foto.
Es un edificio de 47 pisos que se cayó de esta manera.

El edificio se desploma en 5 o 6 segundos. Es más o menos la misma velocidad de un objeto que cae al vacío.
Este cae igual que lo que ustedes pudieran ver en un espectáculo de Kabuki. Además, mientras cae conserva su forma geométrica.
Recuerden que [este edificio] no fue impactado por ningún avión.

Ustedes debieran preguntarse si un edificio puede desplomarse de esa manera como resultado de un incendio de 7 horas.
Aquí tenemos una copia del Informe de la Comisión del 11 de septiembre. Es un informe publicado por el gobierno estadounidense en junio de 2004, pero no menciona el derrumbe del edificio del que yo acabo de hablarles. Eso no se menciona por ninguna parte en este informe.

La FEMA también publicó un informe, pero también omitió mencionar ese edificio [WTC7].
Muchas personas piensan, sobre todo después de haberse enterado de la historia del Edificio n°7, que hay algo raro.
Al tratarse de un accidente en el que murieron numerosas personas, habría que estudiar numerosas pistas.
No tenemos mucho tiempo, pero me gustaría mencionar también las opciones de venta [venta de acciones sospechosas antes del 11 de septiembre].
Justo antes de los atentados del 11 de septiembre –los días 6, 7 y 8– se registraron opciones sobre las acciones de 2 compañías aéreas [Americain y United Airlines] [cuyos aviones] fueron secuestrados por los piratas.

Hubo también opciones de venta sobre Merril Lynch, una de las firmas que más locales alquilaba en el World Trade Center.
En otras palabras, alguien sabía que había apostar a una baja sobre esas acciones para amasar una fortuna. Ernst Welteke, en aquella época presidente del Deutschen Bundesbank, cargo equivalente al de gobernador del Banco de Japón, dijo que había muchos hechos que prueban que las personas implicadas en los ataques sacaron provecho de informaciones confidenciales.

Dijo que hubo muchas negociaciones sospechosas que implican a sociedades financieras antes de los atentados.
El presidente del Banco Central Alemán quería que aquello se supiera. Me gustaría interrogar al ministro de Finanzas sobre esas opciones de venta.
¿Estaba el gobierno japonés al tanto? ¿Qué piensa usted de eso?
Me gustaría interrogar al ministro Nukaga sobre eso.

Fukushiro Nukaga, ministro de Finanzas: Yo estaba en Burkina Fasso, en África, cuando oí hablar del accidente.
Decidí volar directamente a Estados Unidos pero, cuando llegué a París, me dijeron que ya no había vuelos a Estados Unidos.
Por lo tanto, oí solamente lo que se reportó más tarde sobre los hechos.
Yo sé que hubo varios informes sobre los puntos que usted señala.
Así que decidimos que era obligatorio que las personas presentaran un ID [Identificación] para las transacciones bajo sistema de seguridad y las transacciones sospechosas y decretamos que el financiamiento de organizaciones terroristas constituía un crimen.

En todo caso, el terrorismo es una cosa horrible y debe ser condenado.
Un solo país no puede acabar con el terrorismo, para eso se necesita el concurso de toda la comunidad internacional.

Consejero Yukihisa Fujita: Me gustaría interrogar al especialista financiero señor Asao para que me hable más de las opciones de venta.
Tiene que haber un grupo de individuos que dispone de grandes cantidades de dinero, de información confidencial y de amplios conocimientos financieros para hacer algo así.
¿Es posible que unos cuantos terroristas en Afganistán y Pakistán realicen un conjunto de transacciones tan sofisticadas y a tan gran escala?
Me gustaría que contestara el señor Asao.

Consejero Keiichiro Asao: Las opciones de venta son una apuesta en la que se venden acciones a determinado precio en determinado momento.
En ese caso, alguien tiene que haber tenido a su disposición información confidencial para poder efectuar ese tipo de transacciones ya que, normalmente, nadie puede predecir el secuestro de aviones de determinadas compañías aéreas.
Por consiguiente, yo creo que se trataba ciertamente de un caso de delito de uso de información privilegiada.

Consejero Yukihisa Fujita: Señor Primer Ministro, usted era secretario del jefe del Gabinete en aquella época y, como señaló alguien, se trata de un suceso ante el cual la humanidad nunca se había visto.
Parece que ahora está saliendo más información que en los meses subsiguientes a los atentados.

Hoy vivimos en la sociedad de Internet y del audiovisual. Esas informaciones se hacen públicas. Por tanto, si miramos la situación, todo el punto de partida de esas dos leyes, el punto de partida de la propia «guerra contra el terrorismo», como han visto ustedes según las informaciones que yo les he presentado, no ha dado lugar a una investigación o análisis serio.
Yo no creo que el gobierno haya investigado como se debía, ni pedido explicaciones al gobierno estadounidense.
No hemos comenzado aún a reaprovisionar en combustible los navíos estadounidenses. Yo pienso, por tanto, que tenemos que volver al principio, y no sólo confiar ciegamente en las explicaciones del gobierno estadounidense, ni en las informaciones indirectas que nos proporciona. Hubo demasiadas víctimas. Pienso por tanto que tenemos que recomenzar desde el principio.

Tenemos que preguntarnos quiénes son las verdaderas víctimas de la «guerra contra el terrorismo».
Yo pienso que las víctimas son los ciudadanos del mundo. Aquí en Japón tenemos pensiones para las víctimas de la sangre contaminada por la hepatitis C que desaparecen. Pero todo lo yo he presentado hoy aquí está basado en hechos y pruebas verificables.
Hablemos de las cajas negras que se evaporaron, de los aviones que se evaporaron, de los escombros que se evaporaron.
También han desaparecido muchos restos de los edificios. La propia FEMA [4] ha dicho que eso le impidió investigar como es debido.

Tenemos que mirar esas pruebas y preguntar en qué consiste en realidad esta «guerra contra el terrorismo».
Veo que los ministros asienten, pero me gustaría hacer una pregunta al Primer Ministro Fukuda.
Míreme, por favor. He oído que cuando usted era jefe de gabinete del ministro, en aquel entonces, a usted le pareció que había cosas extrañas en esos atentados.
¿No piensa usted que había algo raro?

Yasuo Fukuda, Primer Ministro: Yo nunca dije que pensara que era extraño.

Consejero Yukihisa Fujita: Señor Primer Ministro, ¿qué pasa con el origen de la «guerra contra el terrorismo» y de la idea de que sea justo o no participar en ella?
¿Hay realmente una razón para participar en esa «guerra contra el terrorismo»?
¿Tenemos realmente que participar en ella? También me gustaría preguntar cómo luchar verdaderamente contra el terrorismo.

Yasuo Fukuda, Primer Ministro: En base a las pruebas que el gobierno americano nos proporcionó creemos que los atentados del 11/9 fueron perpetrados con Al Qaeda.
Nosotros tenemos que poner fin al terrorismo de Al Qaeda. Por eso es que la comunidad internacional está unida en la lucha contra el terrorismo.
En cuanto a una ley votada por su propio Partido Demócrata el año pasado y basada en la resolución 1368 de las Naciones Unidas –resolución que se votó en respuesta a los atentados terroristas contra Estados Unidos–, usted votó esa ley que estaba en correspondencia con esa resolución. ¿No es así?

Consejero Yukihisa Fujita: ¿Confirmó usted la cuestión de los cuerpos y los hechos detrás de esa resolución?
Porque esa fue la razón por la cual dice usted estar participando en esta «guerra contra el terrorismo».
Yo creo que para poner fin al terrorismo tenemos que votar una ley para ayudar verdaderamente a la gente en Afganistán. Me gustaría que el señor Inuzuka nos hable de la ley y de la lucha contra el terrorismo.

Consejero Tadashi Inuzuka: Entre los numerosos problemas que ha señalado el Consejero Fujita, el que más debe preocuparnos… es que los afganos puedan vivir en paz.
Es ese el núcleo del tema de la lucha contra el terrorismo.
Si no se discute sobre ese problema y nos conformamos con poner la gasolina sin pensar en la situación global, ni en la gente implicada, el debate en torno a esta ley no tiene sentido.
Esta ley debe hacerse para la paz y la seguridad en Afganistán. Nuestro país debe votar una ley antiterrorista.

[1] En Japón, el secretario del jefe del Gabinete (naikaku shokikancho) tiene rango de ministro. Es a la vez vocero del gobierno y secretario del Consejo de Ministros. El actual Primer Ministro, Yasuo Fukuda, ejerció ese cargo ante dos Primeros Ministros sucesivos –Yoshiro Mori y Junichiro Koizumi– durante 1 298 días, record absoluto en la historia del país.

[2] Ver «Yoshio Kodama, el yakusa de la CIA», por Denis Boneau, Réseau Voltaire, 8 de septiembre de 2004.

[3] En Japón, el servicio de bomberos depende del MLIT, el poderoso ministerio de Territorio, Infraestructura y Transport (Kokudo Ko-tsu-sho-), la mayor administración del país.

[4] La FEMA (Federal Emergency Management Agency) es la agencia estadounidense encargada del manejo de situaciones de crisis.

www.voltairenet.org

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