sábado, 8 de diciembre de 2007

La represión franquista en el cine.

Hace pocas fechas se ha estrenado en las pantallas españolas película de Emilio Martínez-Lázaro "Las 13 rosas". Cuenta la historia de trece jóvenes muchachas de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), asesinadas impunemente por la maquinaria franquista en lo que fue el inicio de esa larga noche de la dictadura.

Lo primero que hay que aclarar en este artículo es que a pesar de que las 13 rosas no sean anarquistas, la sensibilidad que a cualquier anarquista nos produce la injusticia provocada por un régimen como el franquista, montado sobre el odio, la opresión y el oprobio, no es un acontecimiento que podamos pasar por alto. Muchas de estas jóvenes, menores de edad, eran idealistas que tenían toda la vida por delante y que de forma súbita se la cortó el capricho de un régimen liberticida y criminal. Ellas son 13 nombres entre muchos nombres, muchos de ellos de anarquistas, que perecieron bajo la dictadura asesina de Franco.
Pero si el acontecimiento y el hecho podría haber dado para hacer una buena película que mostrara toda la crueldad generada por el franquismo, lo cierto es que el director no ha cumplido su objetivo. La película es inconexa, no deja clara la ideología que perseguían las jóvenes muchachas y acontecimientos trascendentales como para entender la tragedia se presentan como martillazos sin sentido, que de no conocer la historia de las 13 rosas es difícil de saber por qué aparecen ahí. Este último aspecto se ve cuando el asesinato del comandante de la Guardia Civil, Isaac Gabaldón Irurzún. También por la acusación que pesa sobre ellas de intento de asesinato a Franco el día del Desfile de la Victoria. Martínez-Lázaro, más acostumbrado a comedias como "El otro lado de la cama" no ha sabido tratar este acontecimiento.
Lejos de las críticas que podamos hacer a la ideología que defendían las JSU o su papel en la Guerra Civil española, la muerte de estas trece chicas se convierte en uno de los episodios más trágicos de la inmediata posguerra. Siete de las trece chicas eran menores de edad (entonces la mayoría de edad estaba marcada en 21 años) y el escándalo por este acontecimiento fue tal, que desde entonces no se fusiló a ningún menor de edad más. Y más teniendo en cuenta que el odio que tenían las autoridades contra todo lo que olía a "rojo" llevó a fusilar a estas jóvenes tan solo 48 horas después del suceso, cuando todavía no se había recibido ni el visto bueno de Franco para la ejecución.
Es difícil tratar un acontecimiento como un fusilamiento, pero lo que no se puede hacer de esto es materia gratuita. Se prefiere no contar una historia en el cine a contarla de forma deficiente. Por otra parte, un ejemplo de buen trabajo documental alrededor de este acontecimiento es el que nos ofrecieron José María Almela y Verónica Vigil con "Que mi nombre no se borre de la historia", título tomado de una frase de Julia Conesa, una de las fusiladas aquella trágica mañana del 5 de agosto de 1939. Se reconstruye un documental donde se narra los últimos días de la Guerra Civil en Madrid (quizá aquí es donde puede quedar mas cojo el documental, por insistir en algunos lugares comunes) hasta el fusilamiento de las jóvenes. A través de testimonios e imágenes de la época, se hace un alarde de buen montaje cinematográfico bajo un guión trabajado y bien estructurado, por lo que la historia de de las 13 rosas queda muy bien explicada.
Lo mismo cabría decir del libro de Carlos Fonseca. Este periodista reconstruye esta historia en "Trece rosas rojas", donde tras un trabajo de investigación en archivos militares, consultando la causa generado por ellos (la 30426), contrastando los datos con testimonios y documentándose bibliográficamente sobre la época, presenta un trabajo interesante y bien cimentado.
Está claro que las 13 rosas son asesinadas por el hecho de ser militantes antifranquistas. De esto no hay ninguna duda. Da por ello verdadero asco cuando determinados personajes del inframundo derechista, como Pío Moa, dice que aquellas jóvenes no eran inocentes porque eran estalinistas. Cuestión que para Moa es suficiente como para proceder a su fusilamiento.
Pero el trabajo de Martínez-Lázaro, lejos de aclarar y poder rescatar bien el tema, deja un mar de dudas. Lo primero porque como hemos dicho más arriba la película es inconexa y tiene muchísimas lagunas, que al espectador en más de una ocasión le puede hacer perderse. Lo segundo porque en las escenas carcelarias parece como si las presas estuvieran de vacaciones en la cárcel de Ventas. Esta prisión fue una de las más terribles de la inmediata posguerra. Impulsada durante el período republicano por la directora general de Prisiones, la radical-socialista Victoria Kent, tenía una capacidad para unas 400 presas. Con el final de la Guerra Civil en 1939 la prisión de Ventas albergaba a más de 3.000 personas hacinadas entre sus muros. Por ello se abusa en demasía de los recursos cinematográficos de mujeres cantando, atusándose el pelo, bailando claque en el patio de la prisión o haciendo bromas en la misa de la cárcel. La vida en las prisiones era mucho más dura y más terrible de lo que cuenta la película. Y más si tenemos en cuenta que eran presas sobre cuyas cabezas recaía la petición de pena de muerte (aunque es cierto que existían esos cantos sobre la prisión). En cuanto a la elección de las actrices, los mejores papeles lo representa Pilar López de Ayala (Blanca Brisac) y Marta Etura (Virtudes González). El resto esquematizan mucho a los personajes. Aparecen incluso personajes poco definidos como el que se hace pasar por novio de Julia Conesa, que unas veces aparece vestido de requeté y otra de militar sin explicar el porqué. O el personaje de la carcelera Carmen Castro, interpretado por Goya Toledo, que desde luego es un recurso cinematográfico del director.
Pero no todo son críticas a la película. El acto de un fusilamiento también tiene una parte sentimental de despedida. Y el final de la película, cuando entran en capilla y redactan sus últimas cartas a sus familiares, y al ser trasladadas a los muros del Cementerio del Este para ser ejecutadas, está bastante logrado. Sabe trasmitir la tensión de los últimos momentos de unas personas inocentes que mueren por sus ideas. Y es entonces cuando te acuerdas de tantos miles que pasaron por las mismas circunstancias en esa España de cruz y bayoneta, en esa España de las esperanzas aplastadas bajo la bota militar y la sotana clerical.
Está claro que todo esto son reflexiones particulares tras ver la película. Cada cual podrá sacar la lectura que quiera. Pero desde luego que un acontecimiento como este, y otros muchos similares, hubiese merecido un mejor trabajo.

Mauricio Basterra

www.nodo50.org/tierraylibertad

La memoria torcida

El Congreso de Diputados de la nación ha declarado 2006 como "Año de la Memoria Histórica". A finales del mes de julio el Consejo de Ministros del gobierno socialista aprobó un Proyecto de Ley de las Víctimas del Franquismo con el declarado objetivo de establecer medidas a favor de quienes padecieron persecuciones y represalias durante la Guerra Civil y la posterior dictadura de Franco.
Evidentemente, no es ninguna casualidad que todas estas manifestaciones hayan coincidido con el 70 aniversario de la Guerra Civil y que estemos ante una operación de manipulación a varias bandas.
Por un lado, los residuos del Partido Comunista (PC) se empeñan en hurgar esta zona delicada porque en algún sitio tienen que rascar votos. A la vez, intentan acaparar el espacio de la memoria sobre la Guerra como si fuese el principal, por no decir el único, actor que se enfrentó contra el levantamiento de las derechas. Y no deja de ser irónico que los herederos de los estalinistas, el PC de Llamazares y el PSUC de Saura, que entonces persiguieron con saña a anarquistas, cenetistas y poumnistas, hoy pretendan ser los campeones de la memoria histórica.
Por otra parte, al partido socialista, partido de gobierno que dice haber optado por la pacificación en todos los frentes, le interesa cerrar heridas todavía abiertas, aunque sólo sea con unas tímidas y roídas declaraciones.
El PP ni quiere ni sabría cicatrizar las heridas de la Guerra. Pero, a pesar de los alborotos de los hijos y nietos del franquismo, al sector supuestamente civilizado del PP, también partido de gobierno, le interesa hacer tabla rasa histórica de la Guerra y superar, para llegar al Ejecutivo, el incómodo recuerdo de las dos Españas.A todos ellos les debería picar la cara de cinismo político. Porque hagamos memoria en este supuesto "año de la memoria" y presuntas intenciones de reparaciones para los vencidos.
El primer entuerto surge hace ya más de 30 años en el primer abrazo de Vergara, en el que los hijos y nietos de los vencedores y parte de los vencidos (socialistas, comunistas y nacionalistas) pactan en secreto las "pautas de gobernabilidad" de la "transición" que preceden a los Pactos de la Moncloa. Una de ellas es el pacto de silencio sobre la reciente memoria histórica. Es decir, que había que lamerse las heridas en silencio otros cuarenta años para acceder a los pesebres de una democracia parlamentaria torcida.
Esto le permite hoy al señor Rodríguez Zapatero presumir que "este es un país donde somos todos ya hermanos políticos y de convivencia". No dice Zapatero que hay algunos hermanos que lo son más que otros. Así, quienes firmaron el pacto de silencio han recibido, aparte de varios miles de millones de su patrimonio histórico (los socialistas y la UGT), sustanciosas subvenciones de los presupuestos generales que les permiten mantener un aparato y bailar al son del sistema, así como el apoyo mediático con la versión políticamente correcta que les garantiza monopolizar el supuesto espacio político social. Quienes se negaron a ser cómplices de este silencio (los libertarios y la CNT), no sólo no han recibido subsidios ni soportes mediáticos, sino que ni siquiera se les ha devuelto el patrimonio histórico de sus abuelos. Así pues, los propios socialistas y comunistas contribuyen a que perduren heridas abiertas y a que subsistan esas dos Españas.
Tampoco dice Zapatero que sus reparaciones son puro sarcasmo. Los represaliados y exiliados de la Guerra y el franquismo, hoy han muerto todos. A eso han estado esperando los socios del pacto de silencio. Inclusos los hijos de la guerra y el exilio rondan ya los 70 años. Unas medidas que quizás, en otro contexto y con otro tratamiento, podrían haber tenido sentido hace 30 años, hoy son un pedo al aire y descarado cinismo.
Desde lo que era y es el sector más numeroso de las víctimas del franquismo, no se piden honores ni reconocimientos piadosos. Tampoco quiere, como el PSOE y los comunistas, justificar que hubo desmanes por ambos bandos, gracias y santo amén. Los presuntos "desmanes" de los vencidos ya fueron pagados con creces bajo el triunfalismo franquista. Ahora se les pide un nuevo ajuste de cuentas envuelto en una cínica hipocresía de supuesta concordia que queda simbolizada por la siniestra sombra de la monstruosa Cruz del Valle de los Caídos.
No, el colectivo de víctimas libertarias ni pide honores ni nada que no sea lo suyo. Sí pide que las memorias históricas, en lugar de ajustarse a objetivos políticos partidistas, se ajusten a la verdad histórica. También reclaman la revisión de los juicios sumarísimos del franquismo —y no sólo el de Companys—. Rechazan y denuncian la legitimación de los consejos de guerra que hacen hoy los señores del Supremo argumentando el supuesto derecho vigente del franquismo. ¿Acaso no tenía la República también una Constitución y unos derechos constitucionales tan válidos como la actual Constitución borbónica? ¿O es más constitucional una que otra como el caso de los supuestos hermanos?
El cinismo de todas estas manifestaciones queda aún más a la vista ante los gestos pusilánimes del Ejecutivo socialista de suavizar sus proposiciones para aplacar al PP y a una Iglesia Católica tan beligerantes hoy como en tiempos del Levantamiento y la Cruzada. Los mismos responsables del golpe de estado fascista que provocó y sustentó la Guerra Civil se están cebando hoy en demostrar que las raíces de la guerra de clases del trasfondo de la contienda siguen vivas: quienes viven a duras penas del trabajo y quienes se lucran explotando a los trabajadores.

Rebelión en la Cumbre de Santiago.

La frase “¿por qué no te callas?” ya forma parte de la historia de las relaciones entre el Estado español y Latinoamérica, evidenciando un conflicto entre las dos orillas.

Las últimas semanas del rey Juan Carlos no habían sido especialmente buenas. “Es a mí a quien tiene que dar un trato más humano”, le decía en un almuerzo a Esperanza Aguirre, cuando ésta le pidió que tratara mejor a Federico Jiménez Losantos. El periodista había clamado por su abdicación unos días atras. A principios de noviembre, Juan Carlos volvía a tener un disgusto: visitaba Ceuta y Melilla y el rey Mohamed VI -que lloró en brazos del rey de España cuando murió su padre, Hassan II- condenaba el “acto nostálgico y de una era sombría y superada”. El rey de Marruecos señalaba que la visita podía “poner en peligro el porvenir y la evolución de las relaciones entre ambos países” al tiempo que llamaba al embajador marroquí en Madrid a consultas “por un tiempo indeterminado”.

La mala racha, realmente, había empezado antes. A finales de septiembre de este año, la quema de fotos ‘reales’ en Cataluña llevó al rey a expresar su “preocupación” por unos actos que atentaban “contra la unidad de España”. Entre el 16 y el 20 de noviembre, el anuncio de las sanciones de 2.730 euros a los dos independentistas catalanes y las multas de 3.000 euros a cada uno de los autores de la caricatura “innoble” de los príncipes de Asturias, ponían otra vez de relieve el debate sobre la falta de libertad de expresión en torno a las figuras de la Casa Real.

Cuando ya la prensa empezaba a hablar de “annus horribilis”, el rey Juan Carlos desembarcó en la XVII Cumbre Iberoamericana como decano de estas reuniones. Desde 1991, año en el que comenzaron a celebrarse- casi al mismo tiempo que se iniciaba la penetración de las multinacional españolas en el continente- el rey había acudido sin excepción a todas las citas anuales.

Todavía se acordaba de su primer viaje a Costa Rica, en 1977, cuando el entonces presidente del país le dijo: “Hace 400 años que esperábamos la visita del rey de España”, según las conversaciones con el rey transcritas por Juan Luis de Villalonga.

Después de la cumbre, las cosas parecían haber cambiado radicalmente desde ese viaje donde los niños coreaban: “el rey ha vuelto”. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acusaba al rey Juan Carlos de “500 años de prepotencia imperial”, de mandarlo callar “pensando que todavía eran súbditos del siglo XVII, [del] siglo XVIII”. Más de un analista ha señalado las dificultades abiertas para la diplomacia española, sobre todo con el rey como máximo responsable, así como las dudas sobre su asistencia a las siguientes cumbres iberoamericanas. El presidente de Bolivia, Evo Morales, decía que en la cumbre se había sentido tratado como un ‘macaco’ y el vicepresidente de Nicaragua, Jaime Morales, declaraba a la prensa: “Por un lado el rey perdió los estribos, botó la corona, y nuestro amigo Zapatero perdió los zapatos”.

El diputado de Los Verdes, Francisco Garrido, adscrito al grupo socialista, señaló la “inaudita actitud de agresividad y nula cortesía” demostrada por el rey cuando mandó callar al presidente venezolano. Además de subrayar que el rey se “extralimitó” de sus funciones con sus palabras, Garrido señaló que España no puede “seguir presumiendo de estar aumentando el porcentaje de cooperación cuando las empresas españolas se han convertido en auténticas depredadoras neocoloniales en América Latina”.

“Momento de inflexión”

“Los mejores guionistas de Hollywood no lo hubieran hecho tan bien”, escribía Mario Vargas Llosa sobre una escena que, según él, dijo más sobre “las relaciones de España con América Latina que decenas de sesudos ensayos”. La visión de Vargas Llosa, curiosamente, fue compartida por las antípodas ideológicas. Aunque con interpretaciones opuestas. Vargas Llosa se refería a la “América Latina anacrónica, demagógica, inculta y bárbara” que rechazaba la oferta de “entrar en el primer mundo”, en referencia a las palabras de Aznar a Chávez. Fidel Castro, por su parte definía la escena en otro artículo como “un momento de inflexión” en la discusión sobre el carácter “iberoamericano” de esos encuentros, ideados para propiciar la penetración del capital transnacional, cuestionando el papel de las multinacionales españolas.

“El gran error de nosotros los latinoamericanos es no unirnos para proteger nuestros intereses. Ése es nuestro error, y estar sometidos a los intereses de los europeos, de los yanquis. ¡Ése es el gran error nuestro!”, comentaba el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que propuso terminar con la Organización de Estado Americanos (OEA), que definió como “un instrumento de los yanquis” para crear una institución de cooperación entre los países del Sur. Ortega le espetó a Zapatero: “Vos representás los intereses del Norte, lo querrás o no lo querrás, no te podés escabullir a esa realidad, José Luis, ¿sos o no sos de la OTAN?”.

El discurso de Ortega seguía señalando a las empresas españolas: “El inversionista no va a un país empobrecido a ayudar, ése es el cuento (...) Llega a hacer dinero”.

El periódico ABC coincidía con Ortega: “Como si tuviéramos algo que ocultar, como si ganar dinero no fuera legítimo (...), como si nuestras empresas hicieran en ese continente algo distinto de lo que hacen en España y que nos ha permitido alcanzar la media europea de renta per cápita y llegar a ser la octava potencia económica”. Todos de acuerdo.

UN VIAJANTE DE COMERCIO

Casi tanto como la frase “honda satisfacción” en los discursos de Navidad, los empresarios españoles han acompañado al rey Juan Carlos I en sus viajes por todo el mundo. En su visita a Argentina en 2003, el recién elegido presidente Néstor Kirchner advirtió al monarca que en su comitiva no incluyera, como es su costumbre, a los representantes de la CEOE, con el director de Relaciones Internacionales, José María Lacasa, a la cabeza. La Casa Real respondió que sólo lo acompañaría Francisco Luzón, amigo personal del rey y, curiosamente, brazo derecho de Emilio Botín. “Los empresarios españoles me corrían por todos lados”, decía Kirchner en Santiago. Mientras el rey mandaba callar y Zapatero decía que “nacionalizar no garantiza nada”, el presidente de la CEOE, Díaz Ferrán, inauguraba una cumbre paralela en Santiago con la flor y nata del empresariado iberoamericano.

www.diagonalperiodico.net

La defensa de los caricaturistas de ’El Jueves’ pide la nulidad del juicio.

El abogado de los autores de la caricatura de los Príncipes de Asturias en la revista El Jueves ha recurrido la sentencia imponía sendas multas de 3.000 euros, solicitando la nulidad y repetición del juicio celebrado en la Audiencia Nacional. Alega indefensión jurídica porque no se aceptaron varias pruebas aportadas por la defensa.

Para Plana, este recurso no tramitado tiene una "importancia capital" porque durante el resto del proceso judicial ya no se aceptaron ciertas pruebas que la defensa considera claves. "Si hubiesen tramitado el recurso, se habrían admitido pruebas", aseguró el abogado.

Entre ellas, destacan la solicitud al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para que remita el resultado de las encuestas sobre el prestigio de la Corona española desde agosto de 1999 hasta la fecha; la solicitud al Ministerio de Economía y Hacienda para que informe si el Príncipe de Asturias cobra alguna retribución, si lo recibe como "salario" o si consta en la Agencia Tributaria como trabajador autónomo; un informe pericial de un catedrático de Etica y Filosofía Moral sobre la incidencia de la portada en los derechos humanos, la dignidad personal y el honor; una pericial de un catedrático de Semiótica sobre la misma cuestión; y un dibujo satírico equiparable de la revista El Cocodrilo, que fue absuelta por los mismos delitos.

Todas estas pruebas deberían conllevar la absolución, según Plana, así como la que ya presentó de los caganers con la cara del Rey o del Príncipe y otros informes sobre las posturas sexuales explícitas, la reproducción de la caricatura en otros medios no secuestrados, la comparación con otras monarquías europeas o sentencias del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos que amparan la libertad de opinión y expresión.

Objetivamente injurioso

El juez central de lo penal de la Audiencia Nacional, José María Vázquez Honrubia, condenó el 13 de noviembre a Guillermo Torres y Manel Fontdevila como "responsables de un delito de injurias al Heredero de la Corona".

El juez, que adelantó el fallo una vez finalizado el juicio oral, explicó que el dibujo de Torres y Fontdevila es "objetivamente injurioso", y añadió que es "incomprensible e innecesario" que se utilice "este medio", en referencia al dibujo de los Príncipes, para criticar una medida del Gobierno.

De igual modo, el magistrado rechazó "absolutamente" que el dibujo pueda ampararse en el derecho fundamental a la libertad de expresión, ya que, según argumentó, "no cumple los criterios de idoneidad, proporcionaidad y necesidad" que exige la doctrina para aplicar este principio.

www.publico.es

"El derecho y la ciudadanía sólo tienen sentido en el socialismo" .

Entrevista con Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero, profesores universitarios y ensayistas.


Joxemari Carrere

Con el ensayo «Comprender Venezuela. Pensar la democracia. El colapso moral de los intelectuales occidentales» (Hiru, Hondarribia 2006) los profesores madrileños Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero recibieron el pasado verano el Premio Nacional del libro de Venezuela.

Estos profesores de la Universidad Complutense, aunque abordando otro tema, ahondan en parecidas tesis en su último libro «Educación para la ciudadanía (democracia, capitalismo y estado de derecho)» (Akal, 2007) escrito junto con Pedro Fernández Liria, recibiendo los más graves insultos y amenazas por parte de la derecha tanto mediática como política. La defensa del proceso bolivariano venezolano como prueba de fuego para la demostración de que la verdadera democracia sólo es posible en el socialismo, así como la defensa del estado de derecho ante la usurpación por parte de la derecha de ese concepto, revelan una, cuando menos, interesante aportación a los debates que se abren en lo que ya se conoce como socialismo del siglo XXI.

En su ensayo «Comprender Venezuela. Pensar la democracia» (Hiru, 2006 Hondarribia), hacen una defensa del proceso bolivariano desde la perspectiva de una verdadera defensa de la democracia, el parlamentarismo y el estado de derecho como valores del socialismo.

Carlos Fernández Liria.- Es caso de la revolución bolivariana en Venezuela es el caso de una excepción a una regla de hierro que ha existido durante todo el siglo XX, y es que cada vez que las izquierdas anticapitalistas han ganado las elecciones ha habido un golpe de estado que ha corregido ese desliz electoral. No ha habido ni un solo caso que no haya ha sido así. El primer caso en el que se ha conseguido vencer a un golpe de estado y resistir, ha sido, precisamente, en Venezuela.

Este caso no es una receta que se pueda aplicar en general, es más bien una excepción a una regla. Como decía Kissinger, puestos a elegir entre la democracia y la economía se ha elegido siempre lo segundo. Es por ello que el caso venezolano es verdaderamente interesante, ya que es la primera vez que se va a poder ensayar en la práctica si un socialismo capaz de avanzar por vía democrática es compatible con ella.

Nuestra tesis es que, por el momento, está demostrando ser mucho más compatible que el capitalismo; por lo cual pueden quedar en evidencia todos los mitos, todas las estafas, las grandes mentiras de toda la interpretación política del siglo XX. Puede ocurrir que se demuestre que lo que es realmente incompatible con la democracia es el capitalismo y, sin embargo, lo verdaderamente compatible con la democracia, el parlamentarismo y el estado de derecho sea el socialismo. Nosotros defendemos el parlamentarismo, lo que ocurre es que bajo condiciones capitalistas de producción los sistemas parlamentarios son dictaduras económicas disfrazadas de parlamentarismo.

Los discursos de izquierdas revolucionarias han solido utilizar otros argumentos.

C.F.L.-El caso de Venezuela puede dejar en evidencia todas esas cosas tan obvias, que, sin embargo, para la tradición marxista pasaron muy desapercibidas. Por ejemplo, los países que hacían una revolución se ponían a pensar en hacer algo mejor que el parlamentarismo, en lugar de decir sencillamente y a las claras la verdad, es decir, que no se puede ejercer el parlamentarismo en una situación de guerra. La realidad es la realidad y sí que es verdad que no se podía inventar nada mejor, pero, por lo menos, se podía no confundir las cosas en el plano teórico, dejando para el enemigo los mejores conceptos y verte tú obligado a inventar la pólvora.

Ustedes suelen reivindicar el estado de derecho como un concepto de izquierda, aunque parece que viendo el uso que se le da hoy en día no sea así.

Luis Alegre Zahonero- Nosotros lo que queremos es no regalarles este concepto, ¿a quien, al PP? Hasta ahí podíamos llegar, ni hablar. Son enemigos del estado de derecho, lo han sido toda la vida; desde la izquierda tenemos que reivindicarlo y denunciar a aquellos impostores que se presentan como defensores de un concepto del que realmente están en contra, ya que solo lo defienden en la medida que sea una pura farsa, una estafa, en la que no quepa el derecho a decidir en prácticamente nada. Solo defienden el cascarón y la palabra. Si te pones a analizar en serio lo que significa, te das cuenta de que es un concepto muy reivindicable, sobre todo ante esos que dicen defenderlo.

C.F.- En mi opinión ha sido una gran metedura de pata de la tradición marxista y de izquierdas el regalarle lo mejor al enemigo, es decir, regalarle los mejores conceptos republicanos de la tradición ilustrada y comprometernos por parte de la izquierda en inventar algo mejor de lo que tradición ilustrada había considerado lo mejor, la ciudadanía republicana y el estado de derecho. Había que inventar algo mejor que eso, había que inventar la pólvora, pero la pólvora ya estaba inventada y no había forma de remontar por encima del derecho, y por encima de eso sólo tienes consistencia religiosa.

La ciudadanía es otro de los conceptos que reivindican.

L.A.-La tesis fundamental que defendemos es que la ciudadanía, bajo condiciones capitalistas, es imposible. Es una estafa. Las condiciones de ciudadanía están secuestradas por el capitalismo; de tal forma que es un timo pretender ser republicano, ilustrado y defensor del proyecto de la ciudadanía sin combatir con todas las fuerzas el capitalismo. Estos conceptos que fraguó la mejor tradición ilustrada los tiene secuestrados el capitalismo. Reivindicamos un proyecto que sólo puede llegar a tener sentido en condiciones socialistas; es decir, que bajo condiciones capitalistas está abortado en su origen, quedando truncado inevitablemente antes de empezar y, por lo tanto, es una auténtica exigencia la que tenemos que atender, es un proyecto con el que nos tenemos que comprometer. Todo lo que publicamos es la tesis que defendemos, es un proyecto sólo viable en condiciones socialistas. Es una estafa pretender ser republicano sin ser socialista. Es lo que defendemos con argumentos más o menos afortunados, pero sí nos gustaría que se rebatiese con estos argumentos que ponemos en juego.

Hace poco han publicado «Educación para la Ciudadanía (democracia, capitalismo y Estado de derecho)», donde argumentan un rechazo a dicha asignatura, coincidiendo en este rechazo con la derecha, aunque curiosamente es la que ha desatado una campaña brutal contra su libro y contra ustedes mismos.

Carlos Fernández Liria.- Nosotros estamos en contra de la educación en valores. Desde la LOGSE, el Partido Socialista Obrero Español intentó implantar esto de la educación en valores, con temas y asignaturas trasversales. Y ahora pretende instituir una asignatura exclusivamente destinada a educar en los valores de la constitución española. Sabemos que una asignatura de ese tipo solo puede desembocar en una especie de pastiche ideológico políticamente correcto para explicar a los niños que tienen que estar muy contentos porque tienen una monarquía constitucional. Como personas de izquierdas que somos tenemos que estar en contra de eso. Lo que ocurre es que el Partido Popular y la extrema derecha están en contra también. Pero, claro, ellos están en contra porque ven peligrar el monopolio del adoctrinamiento educativo que han detentado ellos siempre. Las razones son completamente distintas. Lo que ocurre es que nuestra oposición a la asignatura no ha salido en los medios de comunicación, no tenemos ningún oligopolio mediático, entonces ha salido como que la izquierda apoyaba la asignatura y la derecha la atacaba; lo cual es completamente falso ya que también ha habido una oposición de izquierda a la asignatura. Ahora sí hemos salido, porque nuestra jugada ha sido introducir un libro que molesta tanto al Partido Popular como al Partido Socialista Obrero Español.

Las amenazas, tanto contra el libro como contra ustedes personalmente, han sido bastante serias, ya que el Gobierno de Canarias ha pedido la retirada del libro y Melchor Miralles (director de El Mundo TV) ha pedido públicamente su inhabilitación como profesores. ¿Con qué grado de seriedad las toman?

Luis Alegre Zahonero.- Bueno, viendo lo que está cayendo aquí no te puedes tomar ninguna amenaza en broma. Yo pienso que no se materializará en nada, pero la verdad, el nivel de amenazas que están cayendo... Que pidan la retirada del libro es curioso ya que ¿de dónde se va a retirar? No es un manual que esté en las escuelas, ¿Que se retire de las librerías? ¿Que se queme en las plazas públicas? En realidad no sé qué están pidiendo, ¿la vuelta a la Inquisición?


Golpe

«Cada vez que las izquierdas anticapitalistas ganan las elecciones hay un golpe de estado. En Venezuela se ha conseguido vencer a un golpe y resistir»

Compatibilidad

«Es la primera vez que se va a poder ensayar en la práctica si un socialismo capaz de avanzar por vía democrática es compatible con la democracia»

Ciudadanía

«La ciudadanía, bajo condiciones capitalistas, es imposible. Es un timo pretender ser republicano y defensor de la ciudadanía sin combatir el capitalismo»

Retirada

«Que pidan la retirada del libro es curioso. ¿De dónde? No es un manual que esté en las escuelas. ¿Que se retire de las librerías? ¿Que se queme en las plazas públicas»

Críticas al colapso intelectual de Occidente

Una de las cuestiones que critican duramente estos dos autores es el colapso moral de los intelectuales en Occidente al haber hecho dejación de sus funciones. «Vivimos en un mundo tan complejo que, cuando haces algo, en realidad, no tienes ni idea de lo que estás haciendo», relata el profesor universitario Carlos Fernández Liria.

«¿Qué oscura relación tiene el llamar a tu madre por el móvil para decirle que no vas a ir a comer, con el tráfico de coltán en la República Democrática del Congo y con una guerra que ha causado siete millones de muertos? Dejando de llamar por el móvil no solucionas nada, pero sí que es necesario que haya alguien que te explique en qué consiste actuar en este mundo tan complicado, qué pecados estructurales hay en tu afán de no pecar personalmente, utilizando la terminología de la iglesia de la liberación», añade.

La necesidad de intelectuales que definan este mundo y lo expliquen es, en opinión de estos dos autores, un reto en la sociedad actual, para poder saber a dónde llegan los límites de la responsabilidad moral, para saber hasta dónde llega la responsabilidad política.

Es en este contexto donde sitúan esa dura crítica a la intelectualidad, a la que acusan de haber hecho dejación de sus funciones.

«Vivimos en una sociedad nihilista, que significa fundamentalmente ignorancia, que solo podemos combatir con estudio, conocimiento, con reflexión, con editoriales. Pero, ¿cómo combatir eso si las editoriales, los medios de comuni- cación son de otros, precisamente de los que tienen la sartén por el mango en todo este cotarro?», se preguntan.

Ante esta situación ambos ven imprescindibles iniciativas como la que puso en marcha la escritora Eva Forest al fundar la editorial Hiru. A ella quieren homenajear y recordar, al tiempo que le agradecen haber creído en ellos publicándoles el premiado libro sobre Venezuela y los intelectuales.

«Eva nos dio un ejemplo de que es posible. Ella decía que hacer una editorial era fácil, pero en realidad es dificilísimo, aunque necesario».

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