miércoles, 19 de diciembre de 2007

Volver a Pakistán.

...por Abel Ortiz

El país que se inventó, financió y alentó, para debilitar a la India, y a Gandhi, durante el proceso “descolonizador” que llevaron a cabo los británicos recién terminada la segunda guerra mundial, asegurándose plato y tajadas, lleva, prácticamente desde entonces, desangrándose. Ciento setenta millones de personas, la inmensa mayoría musulmanes, viven prisioneros en un estado que se concibió como teocrático y que en la práctica está gobernado por una dictadura militar “amiga”, (con un muy reciente estado de excepción) esta si, con armas de destrucción masiva y varios conflictos regionales en marcha.

Pakistán acoge, por si fueran pocos, la mayor población de refugiados del mundo, procedente del fronterizo Afganistán, en un goteo continuo e incesante desde que los soviéticos decidieron enterrar su imperio en una guerra tan estúpida como la que ahora mantienen los estadounidenses y sus amiguitos. Entre los dos países un tráfico habitual de armas, drogas, espías, mercenarios, y soldados, convierten la región en uno de los lugares más peligrosos del mundo.

De Islamabad a nuestro Disney World particular, lejos de las minas, los bombardeos, los marines y los talibanes, los matrimonios obligatorios, la miseria en todas sus variantes, hay algo más que algunas horas de avión. A Ceuta llegaron recientemente ciento veinte pakistaníes, todos hombres, las mujeres y niños ni siquiera tienen esa “oportunidad”, cruzando medio mundo, sin dinero y sin papeles. Miren el mapa. Para llegar a Ceuta desde Pakistán, en esas condiciones, hay que hacer un viaje que nadie en este occidente insensibilizado haría ni loco. Huyen de una dictadura, de la guerra, del infierno. Un infierno en buena media, si no en toda, creado por occidente para servir sus “intereses”. Al llegar a Ceuta fueron recluidos en un centro de internamiento, detenidos. La puerta de Eurodisney al alcance de la mano, quizá el sueño de enviar a casa algún dinero, de empezar una nueva vida con los mismos derechos que los habitantes del bunker occidental. Que ingenuidad.

Al intuir que iban a ser enviados de vuelta a su país escaparon del centro y se refugiaron en un pequeño bosque junto al pantano del renegado. Cuarenta policías, con nocturnidad, fueron a por ellos. Una vez detenidos, tras un breve paso por otro centro, fueron trasladados al aeropuerto de Málaga. De allí a Islamabad. Repatriados. La ONU, la comunidad internacional, los gobiernos democráticos, los países avanzados, el fondo monetario, el banco mundial y demás inventos, cuentos, validan y suscriben estas actitudes, siempre dentro de la legalidad. Pero…. ¿Que mierda de legalidad es esta?

www.radioklara.org

1 comentarios:

Anónimo dijo...

dictadura militar “amiga” por que se conocen todos